La verdad sin color sí importa

La verdad, esa que anda desnuda, no tiene color de piel. Al menos, no le importa. Hay mucho dolor histórico, sí. Existió la opresión o discriminación racial, sí. Pero desde hace décadas fuimos llegando a un punto en las sociedades, no sólo la estadounidense, donde los que presuntamente defienden los derechos de las minorías, lo hacen más de boca para afuera y de bolsillos hacia adentro. O enarbolan su discurso virulento cuajado de mentiras y manipulación con el fin de cimentar una determinada agenda política que les permita seguir lucrando con la inocencia de los ideales. Incluso, no pocos de los líderes de estos grupúsculos oportunistas se alejan del pensamiento de los propios lideres del movimiento por los derechos civiles. 

Martin Luther King dijo: “Sueño que un día, en las rojas colinas de Georgia, los hijos de los antiguos esclavos y los hijos de los antiguos dueños de esclavos se puedan sentar juntos a la mesa de la hermandad”. Sin embargo, vemos que hay organizaciones, como la marxista de extrema izquierda Black Lives Matter, que lejos de promover la equidad entre los hombres lo que buscan es crear conflictos sobre supuestas diferencias raciales, fabricadas para sustentar una cadena delincuencial, vociferando el pretexto de sufrimientos y leyes absurdas que sólo pertenecen al pasado. Una ecuación compuesta por saqueos, donaciones, dinero del contribuyente desviado o por debajo de la mesa, manipulación mediática, demagogia política, y mentes débiles, serviles o complacientes, que se arrodillan pidiendo perdón, como promovieron Joe Biden y Kamala Harris. 

Yo no tengo amigos negros, o mulatos, o chinos. Yo tengo amigos. Nunca me ha importado ni me importará el color o tono de su piel. Porque lo que importa es la esencia de la gente. “Yo no soy negro, soy un hombre”, subrayó King, algo que debería aplicarse a la inversa. Ser blanco no me convierte en racista. Esa es una de las más miserables falacias que intentan sembrar todos esos personajes de tercera clase cuyo objetivo es obtener poder y dinero manipulando los sentimientos de la gente.

Por suerte, hay mucha gente, de todos los colores y nacionalidades, que piensa como yo. Entre ellos Byron Donalds, congresista republicano por Florida, quien criticó el discurso, profundamente racista, de la Asociación Nacional para el Avance de la Gente de Color (NAACP, por sus siglas en inglés) donde desaconsejan a los afroamericanos viajar a Florida, por considerarlo "un estado hostil para esa minoría", según un artículo del periodista César Menéndez publicado en Diario las Américas. 

“La advertencia es estúpida y tonta”, afirmó Donalds, en el programa “Fox and Friends”, tras conocer la recomendación de la organización que, supuestamente, defiende los derechos civiles. 

La NAACP ha divulgado, con muy mala fe, que la “bajo la dirección del gobernador Ron DeSantis, el estado de Florida se ha convertido en hostil para los Negros Americanos y en conflictivo para las ideas democráticas sobre las que nuestra unión fue fundada”. Una gran mentira con la que intentan atemorizar a las personas, no solo a los afroamericanos de otros estados. 

Sobre esta falsa informacion difundida por la NAACP, el legislador Donald, afroamericano nacido en Brooklyn, ha dicho en el programa de televisión: “Eso es realmente estúpido. No tiene ningún sentido. Mira, he vivido en Florida desde 1996, tras graduarme en la escuela, fui a la universidad, me casé, comencé una carrera, viví una vida normal, fui a la iglesia, crie a mis hijos, entrené deportes (...). No sé de qué está hablando NAACP, ese planteamiento es político, no tiene ningún sentido. Deberíamos centrarnos en asegurar que la gente tenga la oportunidad de lograr lo que Florida está alcanzando y cómo prospera, mucho mejor que otros estados, como Nueva York o California. La única hostilidad que siento es este golpe de inflación en mi bolsillo”. 

Y continuó enfatizando: “Porque esa inflación que golpea a todos, eso sí es hostil. Cuando sube el precio de la gasolina, que sigue subiendo y es hostil. Es hostil el hecho de que el fentanilo siga llegando a todas las comunidades de nuestro país debido al [presidente] Joe Biden. Tal vez la NAACP debería centrarse en eso, porque eso sí es hostil”. 

Y es que, el tema del racismo suele ser muy lucrativo para quienes organizan las campañas. Las fundadoras marxistas de Black Lives Matter (BLM) recaudaron decenas de millones de dólares y se negaron a revelar su origen. Se trata de las izquierdistas Alicia Garza, Patrisse Cullors y Opal Tometi, que nadan en las ganancias derivadas de su lucha. Tras la muerte de George Floyd, el 25 de mayo de 2020, un delincuente común, que no debió haber muerto bajo un justificado arresto policial, y que fue automáticamente transformado en héroe por la izquierda radical y la prensa comprometida hasta los tuétanos con esta ideología: las donaciones millonarias a la organización crecieron exponencialmente hasta alcanzar los 90 millones de dólares, según The Associated Press.

Es un hecho, como define la periodista Elena Berberana en el sitio Libertad Digital: “El trío de féminas, que adora públicamente a la ex terrorista de los Pantera Negra y asesina, Assata Shakur, ha sacado una gran rentabilidad de su ideología liberticida”. Lejos de ser castigadas o repudiadas cada una de las manifestaciones convocadas por BLM “que terminaron en una oleada de violencia, saqueos, destrucción de comercios, monumentos y estatuas, incendios en numerosas ciudades estadounidenses y víctimas mortales, sus artífices son premiadas con jugosas cantidades millonarias”. 

El operar de BML y la izquierda radical es conocido, repetido y siempre de alguna manera encuentran mono neuronales cómplices, que apoyan estos comportamientos. La propia Cullors en el ya lejano 2015 aseguró: "Somos marxistas entrenadas”. Entonces esperaron la oportunidad de lanzar su agenda comunista bajo el amparo del partido “vaselinoso” demócrata, que da alas a otros grupos como Antifa, el brazo armado del movimiento. 

Son socialistas que viven del dinero capitalista. Son activistas que se ponen los ropajes del antirracismo para amasar fortunas. El propio FBI, a pesar de sus cuestionables vínculos con los demócratas, en 2020 acusó a Tyree Conyers-Page, administrador de la página de BLM en Atlanta, por cometer fraude electrónico, lavado de dinero y malversación de 200.000 dólares en donaciones: “Page está acusado de utilizar tensiones e incertidumbre sin precedentes debido a los disturbios civiles generalizados y una pandemia global para llenar su propia cuenta bancaria”. 

El rapero afroamericano Kanye West, utilizó un atuendo con la frase "White Lives Matter" durante la semana de la moda de Paris, en Francia, e intensificó sus críticas a BLM:  "Todos saben que Black Lives Matter fue una estafa. Ahora se acabó”. 

Entonces: ¿Es la National Association for the Advancement of Colored People (NAACP) el último soldado del partido demócrata? ¿Acaso no es tan obvio que lancen su cizañero informe justo cuando Ron DeSantis pudiera anunciar su candidatura? ¿Cuánto dinero corre bajo la mesa? 

Lo que sucede es simple de entender con solo esparcir las piezas del rompecabezas sobre la mesa: los hostiles problemas que menciona el representante Donalds, que sufren los estadounidenses de todos los colores, es la ineficiencia y la mala fe que intentan maquillar, con su fabrica de mentiras y odios, la administración Biden-Harris y su partido vaselinoso. Mantengamos los ojos abiertos y no nos dejemos estafar.