
La primera vez que escuché su nombre fue en los medios de comunicación del régimen de La Habana, controlados por el Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC). Lincoln fue muy odiado por Fidel Castro y sus acólitos
Madres que, como muchos otros, van despertando, cada vez más, se oponen a la desenfrenada sexualización y politización de los niños y adolescentes
Autores07 de junio de 2023La historia lo ha demostrado una y otra vez: la única herramienta y fuerza verdaderamente capaz de vencer las amenazas y acciones que pretenden desmoronar nuestra civilización, que no han sido pocas, es estar muy conscientes, como individuos y como sociedad, de que es inexcusable pelear cada día para conservar los valores que nos han hecho de verdad progresar. De ello dependen la vida y la libertad.
Más claro, solo el agua clara, aunque su comprensión nade en aguas oscuras.
Todo comienza y va contra la educación desde edades muy tempranas. Cada vez son peores las acciones que distorsionan la enseñanza, el desarrollo, los intereses, la biología, las visiones y la vida en general de nuestros hijos. Se trata de una situación extremadamente grave, que no sólo ocurre en los Estados Unidos, sino en casi todos los países.
No podemos dejarnos embaucar por la cultura woke, por los progres, todos esos que se hacen llamar liberales y que hieren la libertad. Falsos progresistas que, en mayor o menor medida, son totalitarios. El espíritu conservador sigue siendo el responsable de cuidar y mantener la llama del desarrollo individual, que es la única fuerza capaz de hacer progresar las sociedades y las generaciones.
Las libertades individuales viven bajo el bombardeo constante de la colectivización forzada de grupos e intereses totalitarios. Es la Nueva Guerra Fría. Una nueva y a la vez ancestral batalla, que nunca termina, entre el bien y el mal. Esta NeoGuerraFría de controlar e idiotizar al individuo a través la cultura colectivista, es parte fundamental de una agenda global apoyada y financiada, manera demagógica y a la vez vulgar, por instituciones internacionales, corporaciones y multinacionales erradas, ONGs, grupos de interés y partidos políticos.
Quieren que este irracional ataque a las esencias mismas de la individualidad, la familia y la sociedad, se asuma como la "nueva normalidad" y que nos resignemos ante la falsa idea de que cambiarlo es imposible. Esa es la estrategia para totalizar y paliar la distorsión que promueven. Y ante esto, los individuos tenemos la capacidad, el derecho y el deber de oponernos. Es la única forma de impedir que el horrible desastre se aleje del camino hacia la solución. No podemos dejarnos convencer. No tiene sentido errar los ojos y abrirle la boca al veneno.
Que la vida no siempre es fácil, es algo que todos sabemos. El paisaje social, en las últimas décadas, se ha tornado más complejo. Pero, por suerte, hay muchos individuos abriendo los ojos. Hay muchos grupos felices de pelear. Y nuestro deber ético y social, en vez de arrodillarnos ante la desinformación, la infamia y el temor a la estigmatización, es aplaudir su trabajo y esfuerzos, apoyarles para que sigan luchando por todos.
Ahí está Moms For Liberty. Madres que, simplemente, no quieren que sus hijos sean lanzados al pantano. Madres movidas por el potentísimo motor del amor a los hijos y que merecen, al menos, nuestra atención y reconocimiento. Madres que, como muchos otros, van despertando, cada vez más, se oponen a la desenfrenada sexualización y politización de los niños y adolescentes. Y es que, a pesar de las intensas campañas de confusión, es fácil darse cuenta de que no es bueno violentar las etapas de la vida, mucho menos las de los más inocentes.
Hace unos días, Southern Poverty Law Center (SPLC) ha redactado un reporte donde tergiversa la realidad y difama a Moms For Liberty, describiendo a estas madres como odiadoras. Varias organizaciones que militan en la izquierda, con ánimo de descalificar y cancelar a las personas y grupos conservadores, suelen tildar de fascistas a quienes en realidad defienden las libertades individuales y se oponen radicalmente al fascismo y toda forma de totalitarismo.
Ante esto, los padres se han expresado en las redes sociales, e incluso Christian Ziegler, presidente del Partido Republicano de Florida, respondió directamente: "La acción del SPLC al estigmatizar a Moms for Liberty como un grupo de odio es una distorsión grotesca y un manifiesto intento de amordazar y satanizar a aquellos padres que luchan por mantener un papel activo en la educación de sus hijos". Ziegler entiende que "las preocupaciones expresadas por los padres sobre contenido explícito, material sexualizado, y la elección del currículo son legítimas. Ignorar estas preocupaciones tachándolas de odiosas y extremistas sin buscar un diálogo fructífero, menosprecia a los padres y no aborda los verdaderos problemas en cuestión".
En su página web SPLC califica a Moms for Liberty como "una organización de extrema derecha que participa en actividades contra la inclusión de estudiantes y se auto identifica como parte del movimiento moderno de derechos de los padres" y que "combaten lo que consideran el 'adoctrinamiento despierto' de los niños abogando por la prohibición de libros en las bibliotecas escolares y apoyando a los candidatos para cargos públicos que se alinean con los puntos de vista del grupo. También usan sus múltiples plataformas de redes sociales para atacar a maestros y funcionarios escolares, abogar por la abolición del Departamento de Educación, promover una propaganda de conspiración y difundir imágenes y retórica de odio contra la comunidad LGBTQ".
Algunas personas que lean la anterior descripción pudieran asumir que Moms for Liberty es grupo diferente al que realmente es. Pero el extenso artículo de SPLC tiene partes donde su intención de desvirtuar se desvanece. Por ejemplo, SPLC cita la posición de Tiffany Justice, fundadora de Moms for Liberty, en una entrevista en Fox News el 7 de julio de 2022: “El Sindicato Nacional de Maestros (NEA), se reunió y redactó una propuesta para reemplazar la palabra 'Madre' por 'Persona que da a luz'. Esto es una locura e insulta a todas las mamás de EE. UU. Pero no se preocupen, el alivio está llegando... Porque mientras el Sindicato de Maestros impulsa una agenda enfocada en todo menos en educar a nuestros hijos, los padres estadounidenses se están levantando y recuperando nuestros distritos escolares. y volver a poner el foco en la educación de nuestros hijos. Para ser claros, no verás a 'Mamás por la libertad' renombrada como 'Personas que dan a luz por la libertad''en el corto plazo".
SPLC no publica las palabras deTiffany Justice para respaldar su posición sino todo lo contrario, pero quien lea lo anterior entenderá que sus declaraciones están respaldadas, en primer lugar, por el sentido común, y que simplemente se oponen a la propaganda ideológica con que se trata de violentar los derechos de los padres. Lo mismo ocurre con estas palabras de Justice en entrevista con C-SPAN-2: "Yo crío a mis hijos. El gobierno no lo hace. No somos co-padres con el gobierno. Y hay ciertos temas delicados sobre los que nos gustaría dirigir la conversación para nuestros hijos... Los padres están muy preocupados por esta idea sobre el género identidad que nunca se discutió en nuestras escuelas públicas, y ahora está ocupando un asiento de primera fila en la educación de nuestros hijos". Aunque, otra vez, SPLC cree que podría socavar la razón de ser de Moms for Liberty, el sentido común vuelve a relucir.
Acciones y actitudes como esta del SPLC se traducen en un evidente intento de deformar la verdad. Analizando el panorama surgen preguntas cardinales: ¿Los que desarrollan estas agendas y los que, a veces sin pensarlo, las repiten o apoyan, comprenden que pocas cosas pueden resultar más poderosas que el amor y la protección de las madres? ¿Las madres y padres de SPLC, sin vendas en los ojos y más allá de cualquier agenda, están pensando claramente en el futuro real de sus hijos, de sus nietos, de la humanidad?
No creo que todos los implicados, o aquellos que sirven de altavoces, estén entendiendo la dimensión profunda y capital del problema. Y no creo que, sobre todo, se den cuenta de lo pernicioso que pueden resultar los efectos. Para ellos y para todos.
En su comunicado Ziegler define este "ataque inédito y difamatorio por parte del SPLC" como un "insulto a los derechos de los padres y un asalto a sus preocupaciones genuinas". El presidente del GOP de Florida asegura que su partido "se mantiene firme e inquebrantable junto a los padres, defendiendo su derecho constitucional a decidir qué es lo mejor para sus familias. La sexualización y politización de nuestros niños es un acto de maldad, y no nos detendremos ante nada para derrotarla".
Esta es una declaración que, de ser ampliamente difundida, muchos la apoyarán sin duda alguna. Pero usted y yo, y todo el que simplemente se preocupe por comprobarlo, veremos que son pocos los medios de comunicación (o incomunicación) que se hacen eco de la verdad. Pero, aunque resulte negativo e incómodo, lo más importante no es que los medios actúen de este modo.
Lo más importante es que los individuos, sin miedos ni complejos, con total libertad, no le abramos la puerta a la instauración de la falacia y la falta de visibilidad como una patología colectiva. Eso sería un grave error y un grave peligro. No lo cometamos.
Difamar a Moms for Liberty como un grupo de odio es una distorsión grotesca, absurda y resentida. La desenfrenada sexualización, ideologización y politización de nuestros niños, es un terrible acto de maldad. Y hay algo muy vital que deben escuchar y en lo que trabajar los legisladores y líderes comunitarios: estos actos de maldad deben ser condenados. Y lo antes posible. No pueden seguir haciendo daño a los niños y la sociedad toda. Hay que frenar, desde el derecho, el acoso desmoralizante y colérico contra la humanidad.
Observando, desde el terreno, lo que ha estado sucediendo durante décadas y el peso que sienten las últimas generaciones de padres, tengo fe en que muchos abandonarán el inmovilismo y cada vez aumentarán los que se sumen a la defensa de la educación de sus hijos, rechazando sin temores ni complejos el adoctrinamiento, parta lograr extirpar de los poderes institucionales y públicos la oscura agenda del ataque al sentido común y los valores fundamentales, cuyo propósito no es otro que, desde edades tempranas, normalizar el control intelectual, la ceguera colectiva y los procesos de idiotización de la sociedad.
Desde El Nuevo Conservador, insistimos en que voltear la mirada hacia otro sitio, es negarse a comprender que lo correcto y decente es luchar para defender a nuestros hijos y a la par conservar, con todo el derecho que nos asiste, los intereses y logros que han hecho grande al ser humano a lo largo de la historia.
Sé que, a pesar de bombardeo ideológico y el contubernio de los medios de comunicación al servicio de intereses partidistas, es inevitable que la sociedad en general despierten del actual letargo. Hay dos posibilidades: permitimos que destruyan la humanidad o destruimos la agenda que intenta destruirnos.
Hay un viejo refrán, sabio como casi todos, que nos alienta y recuerda que "tanto va el cántaro a la fuente hasta que se rompe". Los oscuros intereses acabarán rotos, sobre todo, por el instinto natural que la humanidad posee para defenderse.
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