Trump y los republicanos ganaron a lo grande con la ayuda de los demócratas que estaban hartos de la locura de la izquierda. Así lo reflejaron tanto los que votaron como los que decidieron no hacerlo. Un votante demócrata tradicional que sí votó por Kamala, en realidad votó tácitamente por Trump. Antes había «demócratas de Reagan». Ahora hay demócratas de Trump. Esto hay que aprovecharlo
Llega el final de Biden, según fuentes cercanas
Probablemente el argumento al que eche mano para decirle adiós, en contra de su voluntad, a la reelección, sea el de los “problemas de salud”, que también son ciertos
TuDayUSA18 de julio de 2024Luis Leonel Leon¿Cuándo el presidente Joe Biden anunciará oficialmente el fin de la absurda campaña para su reelección?
Según han dicho NewsMax y otros medios, pronto podríamos tener la respuesta a esta pregunta que muchos estadounidenses vienen haciéndose cada vez con mayor frecuencia e intensidad.
Incluso se ha llegado a rumorear que pudiera ser este fin de semana. Depende de cuán rápido procese las presiones y opciones de sus colegas demócratas el empecinado Biden, quien, según dijo, se contagió con CODIV 19 y está aislado, descansando en su casa de verano en Delaware.
Algunos, quizá prejuiciados por las artimañas de los demócratas, creemos que se ha “aislado” para pactar, lejos del mundanal ruido político de Washington DC, los términos de su salida.
Y ojo, puede que sea el inicio de una salida progresiva, en dos partes, primero la salida de la campaña y luego de la presidencia. Kamala Harris, la primera mujer vicepresidente, sería así la primera mujer presidente, además de “afroamericana”, al menos por sucesión. No es una mala publicidad para los demócratas en tiempos en que los cupos y privilegios de la llamada "inclusividad" son a veces más importantes que la capacidad. En realidad, aunque se han manejado otras posibilidades, Harris es la única más o menos congruente que les queda para intentar, como dicen, “detener” a Trump, a quien no han podido impedir legalmente estar en la boleta electoral de noviembre. Incluso se salvó de una bala que iba directo a su cabeza.
Sea como sea, lo que no pasará es que el presidente acepte públicamente la verdad rotunda que su partido y el país contemplan a flor de piel: Donald Trump, sobre todo después del 13 de julio, convertido en una especie de héroe sobreviviente a un intento de asesinato, ha ganado mucha más fuerza entre el electorado, incluidos los jóvenes, mientras que Biden, cada vez más desatinado, va en evidente picada.
Hasta el momento no existe un comunicado oficial de la retirada de Biden, pero se ha filtrado que varios líderes del Partido Demócrata como Barack Obama, Nancy Pelosi y el representante Jamie Raskin, le han dicho al presidente que decline su nominación. Declaraciones de otros demócratas han revelado que lo más conveniente para su alineación política, cuyo propósito fundamental es permanecer en la Casa Blanca, es que Biden, quien hasta el momento y a pesar de sus muchos desvaríos se ha mantenido reacio a abandonar el poder, entienda que llegó la hora de hacerse a un lado.
Los tramposos guiones de los demócratas (al igual que en el caso de los comunistas) suelen ser mejores que sus terribles puestas en escena. El aislamiento de Biden en Delaware resultaría oportuno. De consumarse el hecho de su salida del juego, probablemente el argumento al que eche mano para decirle adiós, en contra de su voluntad, a la reelección, sea el de los “problemas de salud”, que también son ciertos, algo que no ha podido ocultar la Casa Blanca, así como su inestabilidad psíquica. Biden, viejo lobo de la demagogia y las manipulaciones demócratas, alegaría entonces que los médicos consideran que su salud le impide cumplir con las exigencias de la campaña y que por ello, a pesar de que muchos le han pedido que por favor no abandone la carrera, no pondrá en riesgo el triunfo de su partido ante la amenaza del autoritario Trump, por el bien del pueblo. Una salida muy a lo “demócrata”, muy socialista, muy falsa, muy woke.
En medio de los crecientes rumores y las declaraciones de personas cercanas a la campaña de Biden, la cadena de televisión Newsmax ha asegurado que Biden decidió abandonar este jueves la campaña. La noticia, curiosamente, comenzó a circular mientras miles de personas se reunían en Milwaukee, para presenciar lo que se supone sea el evento político más significativo del año antes de las elecciones presidenciales de noviembre, la Convención Nacional Republicana, con Donald Trump como protagonista, quien ha aceptado allí su nominación.
Un artículo en The New York Times, publicado este jueves, deja entrever que ante la latente posibilidad de perder las elecciones de noviembre, Biden reconoció que mejor que perder sería renunciar a la campaña. El popular diario neoyorkino asegura que “varias personas cercanas” al presidente han reconocido que “la realidad se está imponiendo” y que es probable que la noticia se haga pública en los próximos días, así como designación de la vicepresidenta Kamala Harris como sustituta de Biden. Aunque en contraposición a esto último, el analista político Mark Halperin, dijo en entrevista con Newsmax que sus fuentes cercanas a Biden creen que el presidente “respaldará una convención abierta y no a la vicepresidente Harris”. Ya veremos.
“Varias personas familiarizadas con las conversaciones, que comprenden su psicología y son sensibles a su enfermedad actual, dijeron que sus allegados dudaban en presionarlo para que diera una respuesta mientras padecía Covid. Su médico dijo el jueves que no tenía fiebre, pero que estaba experimentando síntomas respiratorios”, han reportado para The New York Times los corresponsales en la Casa Blanca, Michael D. Shear, Peter Baker y Katie Rogers, luego de entrevistar a cuatro personas de los círculos más cercanos a Biden, quienes compartieron la información de manera anónima y describieron un panorama muy delicado en torno a Biden.
Es decir, ¿puede que Biden, el engañoso autoritario que acusa de dictador a Trump, se escude en su enfermedad para intentar alargar su salida del juego? ¿O definitivamente, a pesar de su reticencia a soltar la batuta, el dinosaurio de Washington está de salida? Los murmullos apuntan a lo último.
Con estos personajes acostumbrados a ejercer el poder durante décadas, nunca se sabe a ciencia cierta, pero a Biden le será difícil atrincherarse y no ceder a las presiones, tiene mucha gente en contra y hasta algunos demócratas le podrían colgar el cartel de "autoritario" que hasta el momento sólo le han colgado a Trump. Todo puede suceder en el (a veces impredecible y siempre impúdico) juego de la política, pero creo que Biden tendrá que tomar el camino de salida.
Según NBC News, Biden reconoció en privado que ha pensando en tirar la toalla: “Desde que un desastroso debate en Atlanta cambiara la trayectoria de su campaña hace tres semanas, Biden ha intentado una y otra vez atrincherarse, haciendo frente a los esfuerzos para desbancarlo del poder (...), pero ahora hay una sensación palpable de que el suelo se ha movido debajo de él, según cinco personas con conocimiento de la situación, incluso entre algunos de los más desafiantes partidarios internos del presidente que ahora creen que la escritura está en la pared”.
“Una persona con conocimiento de las proyecciones dijo que la campaña de Biden ahora espera recaudar solo el 25% del dinero de los grandes donantes que originalmente había proyectado recaudar en julio. Eso es una degradación adicional con respecto a la expectativa de la semana pasada de que la recaudación de fondos de grandes cantidades de dólares disminuiría. hasta en un 50% (...). El dinero se ha “agotado”, dijo esta fuente”, se lee en la página web de Telemundo.
Tal parece que los demócratas no quieren esperar más para dar la noticia, con sus retoques y manipulaciones habituales, que el final de la carrera de Biden ya es oficial. Este miércoles en una entrevista con BET News, el propio Biden, por primera vez, aceptó que podría cambiar su decisión de continuar aferrado a la reelección si una cuestión de salud se lo impidiera: “Si me surgiera alguna condición médica, si los médicos vinieran a decirme que tengo éste o aquél problema”, dijo Biden, quien en noviembre cumplirá 82 años, 4 años más que Trump y 20 más que Obama, su principal colaborador y compañero de fórmula durante dos administraciones.
En este caso la salud de Biden es una vieja y a la vez funcional excusa, pues no es menos cierto que desde hace bastante tiempo su estado físico-mental no se muestra acorde con el ejercicio de la presidencia de un país. Los demócratas (que irónicamente acusaron a Trump de padecer un trastorno mental) saben que Biden está débil, que su administración ha hecho un mal trabajo, que mucha gente no lo quiere, y están conscientes de que mientras más se demoren en dar la noticia, más potencia adquirirá la campaña de Trump, quien no ha dejado de ganar terrenos y adeptos.
Obama y los demás capos del Partido Demócrata no tienen a mano otra jugada que cambiar a su candidato Biden, ya desechable, aunque todavía útil para intentar trasladar su “legado” a la insípida y casi fantasmal Kamala Harris. Es el pataleo final de los ahorcados. La lectura de los recientes acontecimientos y el sentir del pueblo americano, indican que Trump (a quien podrían haber asesinado el 13 de julio, pero milagrosamente sobrevivió) muy probablemente regrese en 5 meses a la Casa Blanca, donde Biden no estará entonces para aceptar su derrota.
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