¿A quién cantará Norah Jones en La Habana?

No creo que Norah Jones sepa mucho de Cuba ni le interese más que la posibilidad de ganar más fama y dinero. Y es que ella, por suerte para sí misma, no vive en La Habana, al contrario de lo que pregona el cartel promocional de sus conciertos en el Teatro Martí

Autores18 de noviembre de 2023 Luis Cino
Diseño sin título (22)

En vista de todo lo que se ha escrito y dicho ―a favor y en contra― de los conciertos que ofrecerá Norah Jones en La Habana en febrero del próximo año, me había propuesto no intervenir en la polémica. 

Primero que todo, porque no quería atacar a Norah Jones. Pero me duele que la dictadura que nos oprime utilice para su provecho a una intérprete que me gusta mucho, aunque no sea mi cantante de cabecera (esa sería Aretha Franklin o Janis Joplin).

Por estos días, críticos musicales como Oni Acosta y otros voceros del oficialismo proclaman su gusto por Norah Jones. En ellos jamás sospeché esa predilección por la música estadounidense que ―como les pasó a tantos cubanos de mi generación― tan caro les hubiera resultado en los años 60 y buena parte de los 70, cuando el castrismo se batía contra “el diversionismo ideológico” que implicaba escuchar “la música del enemigo”, o sea, toda la que fuera cantada en inglés.

El segundo motivo por el que me decido a romper mi propósito de no escribir sobre el proyectado viaje a Cuba de Norah Jones es por toda la mentira, el oportunismo, hipocresía, simulación e ignorancia que hay en las opiniones de muchos de los que opinan ―a favor y en contra― sobre el tema.

Quién me iba a decir que me iba a involucrar en una bronca donde Arleen Rodríguez, de Cubadebate, la periodista más próxima a Miguel Díaz-Canel, y los repulsivos cotorrones talibanes del programa Con Filo, estarían de parte de Norah Jones, defendiéndola de los ataques de “los odiadores”, como llaman a todos los que critican al régimen.

Diseño sin título¿Cuál es el valor real de la causa cubana?

Para empezar, no es que me oponga a los intercambios culturales entre Cuba y Estados Unidos. Todo lo contrario. Pero que no sean con truco. Que no  vengan con el cuento de que los conciertos de Norah Jones, incluidos en un paquete turístico que cuesta entre 3.000 y 8.000 dólares y más, serán parte de un intercambio cultural. Es otra treta de los mafiosos de GAESA para atraer turistas y vaciarles los bolsillos, como en el Santa María Music Fest. Solo que Norah Jones es una artista con muchísima más calidad que los gaznápiros y pelandrujos que se presentaron en el exclusivo cayo. Porque no se puede negar, como hacen muchos que critican a Norah Jones y que dicen ni siquiera saben quién es, la excelencia de la laureada cantante y pianista.   

Norah Jones, con su voz cálida y sensual, canta al piano de un modo tan íntimo que parece una amiga que nos cuenta sus problemas, en los que podemos vernos involucrados de lleno ―y a mucho gusto― antes de que vuelva a colocar sus deditos en el teclado y salga la próxima estrofa de sus labios. Solo que cuando se refiera a Cuba, lo más probable es que discrepemos.

No creo que Norah Jones sepa mucho de Cuba ni le interese más que la posibilidad de ganar más fama y dinero. Y es que ella, por suerte para sí misma, no vive en La Habana, al contrario de lo que pregona el cartel promocional de sus conciertos en el Teatro Martí.

Diseño sin título (1)Fidel Castro, el despreciable coleccionista de mártires

Norah Jones tal vez no sepa que en Cuba rige una dictadura que dura ya más de seis décadas. Ella parece estar bastante desinformada. Ha confesado que hasta hace casi 20 años no conocía la música de grupos como Led Zeppelin o Pink Floyd.

Cuando comenzó a tomar el rock en serio y no a escucharlo solo de refilón en la radio, ya cantaba y tocaba piano hacía rato. Hasta entonces, lo que había escuchado en su casa eran los discos de su mamá de Ray Charles, Billie Holiday, Aretha Franklin, Etta James, Joni Mitchell y la música country que le gustaba a su abuela texana. Luego se formó como pianista de jazz. De ahí la rara amalgama de soul, country y jazz que hace en la música que toca y compone.

Si tiene ese despiste y batiburrillo en la música, lo que le ha costado ser criticada por los majaderos puristas del jazz que se niegan a aceptarla, dígame usted cómo será en la política y la historia.     

Pero no se puede negar su valía artística. El caso de Norah Jones es una buena muestra para creer en todo ese lío de los genes. Es hija de Ravi Shankar, el más famoso ejecutante del sitar, con una neoyorquina, Sue Jones. Aunque papá Shankar, más allá de escogerle un nombre hindú ―Geelathi―, parece que no se ocupó de ella tanto como de la otra hija que tuvo con una mujer bengalí, Anoushka, de quien hizo una consumada intérprete del sitar desde que era una adolescente. Pero no hay quien dude que le legó en la sangre a su hija de Brooklyn una musicalidad fuera de serie. 

Screenshot 2023-10-24 at 12.07.58 AMLos jóvenes harán el cambio, pero al modo que aprendieron

Los que se hacen los tontos pidiendo que dejen que los cubanos podamos disfrutar de la música de Norah Jones saben tanto como yo que lo más probable es que su concierto en el Teatro Martí ni siquiera lo transmitan en la Televisión Cubana. Y ni pensar que la divisa que aportará aliviará nuestra hambre. Pero que no nos ciegue el despecho porque Norah Jones, como tantos otros artistas, se haya dejado envolver por las artimañas del régimen castrista. 

Por mi parte, sinceramente, preferiría que Norah Jones ―si sus conciertos en La Habana, o al menos uno de ellos, no va a ser abierto para todos los cubanos, como los de los Rolling Stones, Kool and the Gang, Rick Wakeman, Air Supply y Audioslave― cancele su viaje a Cuba. Y que se jodan los avaros oligarcas de GAESA.

Collage _El lado más soleado y más oscuro de mi calle_, LLL, 2023Todas las Habanas son Habanas perdidas

Texto reproducido en El Nuevo Conservador por cortesía de su autor y la agencia Cubanet. Luis Cino Álvarez reside en Arroyo Naranjo, Cuba, y a pesar de la represión desde 1998 ejerce el periodismo independiente. Entre 2002 y la Primavera Negra de 2003 perteneció al consejo de redacción de la revista De Cuba. Fue subdirector de Primavera Digital. Es colaborador de CubaNet desde hace 20 años. Trabajó como profesor de inglés, en la construcción y la agricultura. Sueña con poder dedicarse por entero y libre a escribir narrativa. Le apasionan los buenos libros, el mar, el jazz y los blues.   

IMG_4494El placer de elogiar la Academia (o quien pierde la historia pierde la guerra)

Te puede interesar
Captura de pantalla 2024-10-23 a la(s) 1.51.40 p.m.

Titiriteros del caos, la violencia y la pobreza

Hugo Balderrama
Autores31 de octubre de 2024

Evo sabe que, para estar en la mira de los cubanos, rusos, chinos e iranies, necesita tener poder de decisión sobre el territorio boliviano. Por ende, mientras el economista esté sentado en la silla presidencial, el cocalero ve truncada su carrera frente a Nicolás Maduro

Screenshot 2024-10-26 at 11.15.20 AM

Bolivia: no hay que pedir peras al olmo

Hugo Balderrama
Autores26 de octubre de 2024

Muchos opositores suelen criticar al MAS por haber desperdiciado la bonanza que dejó el gas, asumen que el asunto se trató de falta de conocimientos en temas económicos. No obstante, esa es una lectura muy miope y, todavía peor, benévola sobre la gestión del cocalero Morales y la actual

Captura de pantalla 2024-10-07 a la(s) 11.58.41 a.m.

La paz, sinónimos y antónimos

Luis Beltrán Guerra
Autores11 de octubre de 2024

Permítanme preguntarles excelsos académicos, si negarían que tales gobiernos terminan en “dictaduras oprobiosas”, pues los gobernantes al percatarse de que el pueblo sufragó, pero ya no cuenta, se apegan al mando a través de las más variadas escaramuzas, entre ellas, maniobrando resultados electorales o actuando como dictadores, sin admitir que son

Lo más visto
Captura de pantalla 2024-11-09 a la(s) 5.32.41 p.m.

Los porqués del demoledor triunfo de Donald J. Trump y el tsunami rojo

Leonardo Morales
TuDayUSA09 de noviembre de 2024

Trump sobrepasó los 300 votos electorales contra 226 de Kamala Harris. Una diferencia de 75 sufragios del Colegio Electoral y casi los 93 que había en juego en los siete llamados estados “bisagra”. Todos se los llevó Trump. Una clara paliza a Harris y a la extrema izquierda de Bernie Sanders, Alexandria Ocasio-Cortez, Ilhan Omar y muchos otros congresistas y donantes

Captura de pantalla 2024-11-10 a la(s) 8.50.59 a.m.

He estado pensando en el poder de las consignas

Padre Alberto Reyes
Religión10 de noviembre de 2024

El tiempo ha transitado por nuestra tierra, con su paso lento y continuo, y nos ha visto empobrecernos y entristecernos, nos ha visto sufrir en silencio y a gritos, pero siempre al ritmo obsesivo de las voces de mando que nos piden seguir caminando “Hasta la victoria siempre”

trump pelea atentado puño

El mandato celestial de Trump

Julio Shiling
TuDayUSAHoy

Trump y los republicanos ganaron a lo grande con la ayuda de los demócratas que estaban hartos de la locura de la izquierda. Así lo reflejaron tanto los que votaron como los que decidieron no hacerlo. Un votante demócrata tradicional que sí votó por Kamala, en realidad votó tácitamente por Trump. Antes había «demócratas de Reagan». Ahora hay demócratas de Trump. Esto hay que aprovecharlo

Suscríbete al newsletter para recibir periódicamente las novedades en tu email