
Es tan torpe el régimen tardo-castrista que quiere vender, no solo al mundo exterior, sino a los propios cubanos en medio de su cotidianidad dolorosa, la imagen de un país muy diferente al real
Se ha hecho más evidente el derrotismo y la impotencia luego de la brutal represión de las protestas de los días 11 y 12 de julio de 2021, los más de 1.000 manifestantes encarcelados y las leyes contra el disenso
CubaLibre06/09/2025 Luis CinoCuando hay apagones, a pesar de que cada vez son más frecuentes (dos y tres veces al día) y de más horas, los toques de cazuela en La Habana ya no son tan atronadores como años atrás. Son pocos los que se suman a la protesta. Y hasta hay quienes se quejan del ruido de los calderos, como si les molestase tanto como la oscuridad, el calor y los mosquitos. “Total, qué van a conseguir con eso”, comentan. Prefieren intentar dormir, tirados en el suelo del portal o la azotea, empapados en sudor, con los insectos picándolos y zumbándoles en los oídos, o seguir sentados en la puerta, en espera de que pongan la luz.
Cuando alguien, exasperado por la existencia miserable en que nos ha sumido el régimen de la continuidad, revienta y grita en la calle “¡Abajo la dictadura!”, “Patria y vida” o algún improperio contra Díaz-Canel, lo más probable es que muchos de los que lo ven, en vez de sumarse a la protesta, se alejen presurosos, fingiendo no oír, o comenten que “ese está loco, es un comemierda que lo único que va a conseguir es que le caigan a palos y lo metan en la cárcel”.
Si aparece la Policía, golpean al que protesta, lo arrastran hasta el carro patrullero, lo montan a empujones y se lo llevan esposado, la gente se limita a mirar. Si acaso, comentan en voz baja “Qué abuso” y alguno, con mucho disimulo, graba la escena con el móvil.
Aunque ni remotamente con la masividad de antes, siguen acudiendo a las marchas y a cuanto bochinche convoca el régimen, esos que dicen temer que los boten del trabajo o del centro de estudio si faltan. Y hasta fingen su poquito de entusiasmo, para contentar a los mayorales que los arrean y llevan la lista de asistencia.
Cualquiera creería que son felices, que no les hacen mella el hambre ni los apagones, los que arrollaron y rumbearon en estos días en las calles de Santiago y Matanzas, o los jóvenes que perreaban y se retorcían en el concierto de Danny Ome y Kevincito 13, dos reguetoneros que viven en Miami y que se prestaron para participar en los festejos por el 26 de Julio a pesar de que uno de ellos es hijo de una activistas de las Damas de Blanco y exprisionera política.
Muchos, principalmente en el exterior, han llegado a la conclusión de que los cubanos de acá se han adaptado a todas las privaciones y desgracias que les ha impuesto el régimen, y están conformes y obedientes, dispuestos a aguantar lo que sea. Y que por eso, por sumisos y aguantones, por no sublevarnos, nos merecemos todo lo que estamos pasando y mucho más.
No es así de simple. Los que así piensan pasan por alto los mecanismos de domesticación de los regímenes totalitarios. Máxime, si el castrismo se ha prolongado durante 66 años, tiempo más que sobrado para intimidar, engañar, manipular, desorientar e inducir la mentalidad de campamento a más de cuatro generaciones de cubanos.
Padres y abuelos, cuando se acabó el tiempo de las glorificaciones y vino el desengaño y la decepción, transmitieron a sus descendientes la doble moral, el simular para no señalarse y buscarse problemas, cuidarse de todos, aprender a vivir bajo “esto”, tratar de acomodarse y sacarle provecho a lo que se pueda mientras se pueda…
Tanto como el miedo a la represión, o tal vez más, la apatía y la inercia durante demasiado tiempo han hecho mucho daño a los cubanos. Ha convencido a muchos de la irrevocabilidad de su miseria, de la imposibilidad de hacer algo para cambiar la situación. Por eso, resignadamente, repiten, como un canto a su derrota, que “esto no hay quien lo arregle, pero tampoco quien lo tumbe”.
Los que quieren un cambio, pero sin ser ellos los que vayan presos, cojan los golpes o pongan el muerto, siguen esperando por la ayuda de “los americanos”, los rusos, los chinos, o aparezca “por allá arriba” algún reformista a lo Gorbachov que, “cuando se mueran los viejos”, se decida a mover fichas. Pero, si tienen algún familiar en el exterior que sea generoso con las remesas, no les apura demasiado que eso ocurra.
Para justificar su miedo, muchos buscan excusas que casi siempre terminan en críticas a la diezmada y desunida oposición y recriminaciones al exilio. Particularmente, se sienten insultados por los comentarios y las exhortaciones de ciertos influencers y youtubers, como si por el hecho de estar fuera de Cuba no tuvieran derecho a juzgar lo que aquí ocurre o deja de ocurrir.
Se ha hecho más evidente el derrotismo y la impotencia luego de la brutal represión de las protestas de los días 11 y 12 de julio de 2021, los más de 1.000 manifestantes encarcelados y las leyes contra el disenso de un Código Penal de características nazi-estalinistas que criminaliza hasta los comentarios en las redes sociales.
Pero el descontento sigue creciendo. No hay forma de pararlo. Cada vez son menos los que lo disimulan. Solo los privilegiados por las migajas de la elite y algunos ancianos testarudos que no quieren dar su brazo a torcer y siguen repitiendo que “con Fidel esto no pasaba”, creen que los cada vez más detestados mandamases comunistas tengan capacidad y voluntad política para salir de la crisis. Menos aún son los que creen en las justificaciones, pretextos y promesas de los mandamases. Conocemos sus mecanismos perversos. La credulidad ingenua en lo que dice el régimen hace mucho tiempo que se acabó. Lo que queda es el cinismo disfrazado de pachanga y la apatía. Esta inercia maldita que cotidianamente nos está matando. Pero también se acabará. Más temprano que tarde. No hay de otra. Nos va en ello la vida como nación.
Publicado originalmente en Cubanet.
Es tan torpe el régimen tardo-castrista que quiere vender, no solo al mundo exterior, sino a los propios cubanos en medio de su cotidianidad dolorosa, la imagen de un país muy diferente al real
A diferencia de las revoluciones de Francia y de las Trece Colonias, la Revolución Bolchevique impuso al Estado sobre el individuo, conculcándole sus libertades civiles y políticas
En sus últimos años no le hacía mucho favor la imagen de un anciano testarudo y frágil que escribía confusos editoriales para CubaDebate y el periódico Granma que llamaba Reflexiones y firmaba como “Compañero Fidel”, en los que hacía predicciones apocalípticas y uso y abuso del corta y pega
Durante años, el General y el reguetón fueron la encarnación de la música que me resultaba insoportable. Pero eso fue hasta que llegó el llamado reparto
¿Será que la gratitud por dádivas concedidas hace décadas es un cheque en blanco extendido a sus amos, para tener que aguantarles, sin chistar y aplaudiendo, todo lo malo que han hecho después y que es cada vez peor?
A partir de aquel tiempo de ansias y esperanzas, que finalmente se vieron frustradas, Cuba y los cubanos ya no fueron los mismos
La Carta de los Diez significó el primero y mayor de los retos por parte de intelectuales que ha tenido que enfrentar la dictadura castrista. Los firmantes de la declaración fueron sometidos a todo tipo de represalias y acosos. Pero lo peor recayó sobre María Elena Cruz Varela
Luego de seis décadas de cultura domeñada, censuras y prohibiciones, los testaferros intelectuales del castrismo se han dado a la tarea de reinterpretar las Palabras a los Intelectuales para mostrar que la ordenanza del Máximo Líder dejaba bastante campo a la creación artística, siempre que fuera “dentro de la Revolución”
Las dictaduras de Cuba, Nicaragua y Bolivia se saben en la misma condición que la de Venezuela. Los gobiernos paradictatoriales ya han empezado a actuar a favor de los intereses criminales de sus mandantes
Hombre renacentista, además del arte y la arquitectura, le fascinaba la poesía. Escribió en varias revistas como Verbum, Espuela de Plata, Nadie Parecía, Orígenes, y con la ayuda de José Lezama Lima, en 1940 publicó un libro de poemas
Después de la caída de las torres se ha hecho muy difícil rodar en las calles neoyorquinas sin permiso. Esto nos costó ser arrestados en cierto momento que vieron a uno de los actores con una pistola plástica, para una escena que ni siquiera terminó en la película...
A diferencia de las revoluciones de Francia y de las Trece Colonias, la Revolución Bolchevique impuso al Estado sobre el individuo, conculcándole sus libertades civiles y políticas
Es tan torpe el régimen tardo-castrista que quiere vender, no solo al mundo exterior, sino a los propios cubanos en medio de su cotidianidad dolorosa, la imagen de un país muy diferente al real
La respuesta la tiene uno de los mayores expertos bolivianos en la materia, Mauricio Ríos García
Ahora en Bolivia la tragedia consiste en un país con democracia que el año 2003 avanzaba en el camino del desarrollo sostenible ha sido llevado a la miseria bajo la narrativa del socialismo del siglo 21, convertido en una dictadura satélite de Cuba y Venezuela
La desfachatez puede tener su encanto, el encanto de la persona “dura”, sin límites, capaz de lograr lo que quiere a cualquier precio… pero es un encanto a corto plazo
Opinión de Sayde Chaling-Chong García, presidente de la Alianza Iberoamericana Europea Contra el Comunismo (AIECC)
Se ha hecho más evidente el derrotismo y la impotencia luego de la brutal represión de las protestas de los días 11 y 12 de julio de 2021, los más de 1.000 manifestantes encarcelados y las leyes contra el disenso