El caso Bud Light: fiasco de la ideología WOKE y derrumbe financiero

Las empresas u organizaciones que funcionan como voceros y ofrecen sus plataformas a información encaminada a la creación de sectas, entre el fanatismo y el oportunismo, e invierten en productos contaminados en su cruzada de adoctrinamiento, se distancian del consumidor

Autores01 de agosto de 2023Yoandy CastañedaYoandy Castañeda
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"El fiasco woke de la Bud Light"YC, 2023.

Recuerdo, de mi adolescencia, una frase que tenía tatuada a manera de grafiti en la pared desvencijada de mi cuarto: “No hagas todo que te dicen porque acabaras siendo el tonto que ellos quieren que seas”. Hoy la ideología “Woke” disfrazada de progresismo inyecta dosis extremas de pensamiento liberal y/o libertinaje, tratando de imponer su agenda corrosiva en la sociedad.

Los Estados Unidos de la administración Biden es una oda a la mediocridad moral, la pérdida de valores y tendencias disparatadas con el disfraz distorsionado de la llamada "inclusión". Una narrativa mundana que constituye una espiral descendente a la depravación y la inmoralidad. 

El presidente, secuestrado hasta la medula por la izquierda radical, desde el día cero, en la oficina oval, hizo público su apoyo a la ideología de género, a la propaganda transexual, permitiendo hasta nudismo trans en los jardines de la Casa Blanca.

Su administración ha sembrando semillas de odio y divisiones raciales. Desde su tambaleante raciocinio, sus políticas, en vez de fomentar la verdadera igualdad, ha fabricado abismos inquebrantables de ingeniería social y una especie de culto o fanatismo por grupúsculos u organizaciones militantes de la nueva izquierda radical. 

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No obstante, los individuos que no se dejan confundir ni adoctrinar, esos que no comulgan con tales delirios de la seudo intelectualidad marxistoide y la incitación al populacho, son irreductiblemente más y tienen el poder de enviar mensajes contundentes a los escribidores y activistas comprometidos con esas directrices.

La lección, tal vez, la ha aprendido recientemente la cerveza Bud Light, pues sus acciones de mercadotecnia fueron y constituyen una clase magistral de lo que NO se debe hacer en una campaña publicitaria. Ojalá hayan entendido que su contundente fiasco, ha sido la reacción lógica de mucha gente ante la imposición de una agenda política como es la ideología de género. 

La estrepitosa caída de la Bud Light es un hecho. Por primera vez, en más de dos décadas, no es la cerveza más popular en Estados Unidos. Se desplomó por encima de los siete puntos porcentuales. Y en el lugar de honor ahora aparece la Modelo Especial con el 8.4 por ciento de las ventas minoristas. Una verdadera bofetada, cuyo dolor se siente en las arcas y en la bolsa de valores. Esta explosión o implosión, de una u otra parte, es directamente proporcional a la falta de respeto de la birra americana a su nicho de clientes habituales. 

Diseño sin título - 2023-07-05T195206.301 (1)¿De quién es la cocaína hallada en la Casa Blanca?

El ya desmantelado equipo, responsable de la conceptualización y ejecución de las promociones, el pasado primero de abril, escogió al activista transgénero Dylan Mulvaney para realizar un anuncio en redes sociales. En un video patrocinado, el hombre trans habla de la marca con una lata personalizada. La empresa, al parecer, quería acercarse a “todes” pero se alejó de todos. Y es que la imagen, distante a la supuesta "inclusividad" resultó una manipulación burda, que los clientes habituales la tildaron de ofensiva y de mal gusto.

Celebridades como Kid Rock, se quejó de la campaña con Mulvaney e incluso, en un video que se hizo viral, le disparó a una caja de Bud Light con una ametralladora. Él y numerosas personalidades alentaron a un boicot contra Bud Light y a la empresa matriz Anheuser-Busch. Fue el principio de la debacle que condujo al desplome de las ventas. En medio de esta tormenta de reacciones la empresa respondió con una explicación sobre su relación con las personas “influyentes” en las redes sociales.

"Anheuser-Busch trabaja con cientos de personas influyentes de todas nuestras marcas como una de las muchas formas de conectar auténticamente con audiencias de diversos grupos demográficos", dijo un portavoz de Anheuser-Busch a la cadena CNN. "De vez en cuando producimos latas conmemorativas únicas para los fans y para los influencers de la marca". 

Pero más tarde, emitió un comunicado de su CEO, que enfureció a ambas partes. Brendan Whitworth, publicó una vaga declaración llamando a la unidad.

"Nunca hemos pretendido formar parte de un debate que divide a la gente. Estamos en el negocio de unir a la gente con una cerveza", dijo Whitworth. "Nuestra responsabilidad es con América". Afirmó que la empresa tiene "una orgullosa historia de apoyo a nuestras comunidades, militares, primeros intervinientes, aficionados al deporte y estadounidenses trabajadores de todo el mundo" y dijo que "seguirá trabajando incansablemente para llevar grandes cervezas a los consumidores de toda nuestra nación".

Screenshot 2023-08-01 at 10.43.43 PMEl abogado de Hunter Biden inhala su bong mientras se intoxica el cielo de América

Sin embargo, para Jared Watson, profesor adjunto de marketing en la Universidad de Nueva York, "Bud Light malinterpretó su capacidad de llegar a un nuevo mercado objetivo y la reacción violenta a la que se enfrentaría con algún segmento de su mercado actual”.  Con la respuesta del CEO, "dieron medio paso atrás, lo que no satisface a su mercado actual". Mientras tanto, "este mercado al que intentan atraer (...) lo ve como un movimiento inauténtico. Y así acaban en una posición en la que no han satisfecho a nadie".

"La declaración de Whitworth es indefendible", escribió John Casey, redactor jefe de The Advocate, en un artículo en el que pedía el boicot a Bud Light. Mientras, Tim Calkins, director asociado del departamento de marketing de la Kellogg School of Management de la Northwestern University, agregó que la declaración era "notable por su falta de sustancia" y que "básicamente no decía nada". 

Dos vicepresidentes de marketing, Alissa Heinerscheid, de Bud Light, y Daniel Blake, de A-B, pidieron licencias voluntarias. ¿O acaso fueron despidos maquillados de diplomacia laboral?, no pocos se preguntan. 

En un artículo de “The Epoch Times”, Jeremy Tedesco, asesor principal de Alliance Defending Freedom (ADF), hizo énfasis en que “llegados a este punto, está claro que las empresas van a poner en peligro a sus clientes, el compromiso de sus empleados y las relaciones con sus accionistas si deciden impulsar un programa político concreto con su marca y sus recursos" y advierte que "definitivamente hay consecuencias negativas para las empresas que sigan por este camino de elegir un bando u otro en estos debates políticos”.

Para nadie es un secreto que un grupúsculo “progresista”, con un vasto poder económico, ejerce presión a directivos de empresas para construir contenido orientado a los intereses políticos de la extrema izquierda. “Tienen una campaña de presión de 360 grados para empujar a estas empresas, incluso en las posiciones que adoptan en cuestiones políticas polémicas”, subrayó Tedesco 

Un estudio de Vanessa Burbano, profesora de la Columbia Business School, titulado “The Demotivating Effects of Communicating a Social-Political Stance“ y citado por “The Epoch Times”, concluye que las empresas que asumen causas políticas obtienen pocos beneficios desde la perspectiva de sus empleados.

 

El informe citaba “pruebas sólidas de que comunicar una postura sociopolítica con la que los empleados no están de acuerdo tiene un efecto desmotivador”, mientras que “comunicar una postura sociopolítica con la que los empleados están de acuerdo no tiene un efecto motivador (estadísticamente significativo)”.

Las cabezas comenzaron a rodar en Anheuser-Busch. Esta semana se anunció el despido de unos 350 empleados. Y es que el efecto Mulvaney los sigue enterrando en el descalabro. El medio de prensa Daily Mail informó que la compañía ha perdido la increíble cantidad de 27 mil millones de dólares. 

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Según un análisis de Axios, las empresas Anheuser-Busch, Kohl's y Target experimentaron una pérdida combinada de aproximadamente 28.700 millones de dólares en valor de mercado debido a la controversia surgida en torno a sus políticas Woke relacionadas con el lanzamiento de colecciones de ropa LGBT para niños y campañas publicitarias que presentaban figuras transgénero, que han causado rechazo del público, sobre todo por su intención desmedida de adoctrinar a los más pequeños. 

No en balde la polémica de Target surgió debido al lanzamiento de su colección de ropa LGBT para bebés y niños. Las críticas llovieron sobre la empresa, entre otras cosas, por incluir trajes de baño femeninos que tienen espacio "extra para la entrepierna" y ayudan a esconder las partes íntimas masculinas. "Target" se volvió tendencia en Twitter y los usuarios empezaron a pedir un boicot. 

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La cadena minorista perdió más de 15.000 millones de dólares de valor en la Bolsa debido a la polémica. Al darse cuenta de la repercusión, la compañía declaró que había decidido retirar los artículos de su mercancía LGBT de sus tiendas. Sin embargo, las acciones del minorista llegaron a caer más del 20%.

Siguiendo los pasos de Target, poco tiempo después, la tienda por departamentos Kohl's lanzó su colección de ropa LGBT para bebés y niños. Los usuarios empezaron a mostrar su desagrado con la colección asegurando que los mensajes presentes en la ropa "no son apropiados para niños".

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Por su parte The Walt Disney Company, hace años naufraga en las profundidades de la ideología Woke y experimenta un declive constante. Un análisis del rendimiento financiero de Disney revela pérdidas cercanas a los 900 millones de dólares, principalmente debido a una serie de "películas inclusivas". 

Por ejemplo, la película "Strange World", que presentaba una relación romántica entre dos personajes masculinos, sufrió pérdidas significativas en la taquilla, alcanzando los 197 millones de dólares. De manera similar, "Lightyear", que incluía un beso entre dos personajes femeninos, perdió 106 millones de dólares en el mercado. Recientemente, la película de Pixar, "Elemental", que estaba dirigida al público infantil y presentaba un personaje "no binario" llamado Lake Ripple, también objeto de controversia y críticas.

La decadencia viene de la mano de esas ideas profesadas por la nueva izquierda. Las empresas u organizaciones que funcionan como voceros y ofrecen sus plataformas emisoras a información encaminada a la creación de sectas, entre el fanatismo y el oportunismo, e invierten en productos contaminados en su cruzada de adoctrinamiento, se distancian del consumidor. En pocas palabras, la subcultura Woke es sinónimo de fracaso y se nace notar cada vez más.

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