
un puñado de ojos que duermen desvelados en el fondo del mar
un puñado de ojos que duermen desvelados en el fondo del mar
Una botella trajo noticias de la isla; inexactas, brumosas
Todo lo que inventaron lo echaron a la mar. ¡Tuvieron que gritar para salvarse!
La moda de los sordos es el síndrome colectivo del adiós. Los sordos no son sordos patológicos, son sordos por venganza
Yo me sentí borracho de palabras. Busqué la letra del principio para empezar de nuevo…
Ella le canta al jubileo de lo incierto. Incrustada en un muro se va cuando nos vamos
Que te apasiona la libertad de las hormigas, con sus coronas de Álamo, formando escuetos trillos
La última vez que ofreciste una lámpara, fue para que presenciaran tu mísera función
¡No hay en tu voz un grito que no sea inocente! De la buena intención nació la ira, de la excesiva amabilidad nació la burla
La última vez que retrasaste el salto, lo pagaste con la apatía de las focas
De la polea al miedo, de la movilidad a la memoria
La libertad nos ha tomado por sorpresa y no estábamos listos para un lujo excesivo
In 1964, the U.S. consulate in Stanleyville was taken over by Congolese rebels of “Lumumbist” inspiration (associated with the African nationalist Patrice Lumumba), known as the Simba. For 111 days, they held hostages, only to be rescued in a joint U.S.-Belgian operation called Operation Dragon Rouge, in which the Cubans also participated
Las consecuencias son devastadoras. Podemos verlo hoy en día en sociedades gobernadas férreamente por minorías vociferantes que convencieron a las mayorías silentes de que no hay nada que hacer, en África, Asia, América Latina e incluso en Europa
De haberse prestado para aquella desvergüenza, Vargas Llosa hubiera quedado atrapado, quizás para siempre, en el chantaje del régimen de La Habana, como otros escritores y artistas. Y no hubiera sido el escritor ni el promotor del liberalismo clásico que fue
Pero lo de Unamuno fue un monólogo pues no quiso entablar un diálogo con Cristo que puede transformar a todo ser. No tuvo quietud interior para oírlo, como le ocurre al hombre de hoy que se queda solo con su propia existencia, con sus luchas; agónico hasta el final con su pensar y su vivir porque carece de espiritualidad y de profundidad. Porque le cuesta hacer un alto en esa loca carrera de la vida para encontrar a Dios y compartir sus inquietudes
Kennedy subvaloró la peligrosidad del régimen comunista instaurado en Cuba, que un año después facilitaría a los soviéticos instalar misiles nucleares apuntados contra Estados Unidos. Con su desidia y sus titubeos, le sirvió, en bandeja de plata, una victoria, más que todo propagandística, a Fidel Castro para seguir consolidando su dictadura comunista