
La primera vez que escuché su nombre fue en los medios de comunicación del régimen de La Habana, controlados por el Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC). Lincoln fue muy odiado por Fidel Castro y sus acólitos
La dictadura comunista jamás ha concedido una amnistía. Solo en momentos en que le ha convenido fingir ser más o menos humanista o benévola, es cuando ha indultado a algunos
Autores21 de septiembre de 2023 Juan José López DíazLos presos políticos han sido utilizados como piezas de negociación cuando el régimen cubano ha querido dar una imagen diferente. La dictadura comunista jamás ha concedido una amnistía. Solo en momentos en que le ha convenido fingir ser más o menos humanista o benévola, es cuando ha indultado a algunos, convirtiendo dichas acciones en operaciones publicitarias a su favor.
Según cifras aportadas por organizaciones no gubernamentales, en Cuba hay más de 1.000 presos políticos, unos 700 participaron en las protestas pacíficas del 11 de julio de 2021, y entre ellos se incluyen varios menores de edad. Y esto es solo lo que se ha podido comprobar con nombres y sentencias, pues en los sistemas totalitarios, como se sabe, es imposible acceder a las cifras reales de las operaciones y crímenes cometidos por la policía política.
Recientemente se envió a MERCOSUR una solicitud de ayuda diplomática para gestionar la liberación sin condiciones de los actuales presos políticos en Cuba. El tema es complicado y aun cuando se trata de un aspecto común entre los cubanos, hay resistencia a estos esfuerzos humanitarios. El castrismo ha hecho mucho daño y no solo a los cubanos.
Es sabido que los regímenes represivos no conciben la amnistía. Sí pueden permitirse el lujo de otorgar indultos. El temor experimentado por los gobernantes totalitarios es inmenso y tienen que sancionar hasta el pensamiento crítico, la denuncia de sus atropellos y el intento de cambiar el régimen político. Es una realidad.
El último indulto, bajo la condición de que los presos políticos abandonaran el país, fue en el año 2007, con el llamado Grupo de los 75 de la Primavera Negra de Cuba, una brutal cacería de opositores y periodistas independientes que en 2001 fueron condenados de manera exprés y, por supuesto, sin un solo elemento, siquiera un vago aliento, del “debido proceso”.
Aquella acción de excarcelación y destierro fue protagonizada por el desaparecido Cardenal de La Habana, Jaime Ortega, desde luego bajo la tolerancia de Raúl Castro, hermano de Fidel Castro y aun el militar de mas alto rango en la isla. Hoy Miguel Díaz-Canel es la cara del poder totalitario de la familia Castro y sus íntimos aliados y beneficiarios.
Las anteriores liberaciones ejecutadas antes de que los prisioneros políticos llegaran al término de sus condenas, siempre injustas porque en Cuba la justicia está manipulada, empezaron bajo unas negociaciones autorizadas por el mayor de los Castro en 1978, mediante las cuales muchos de los que estaban cumpliendo duras sanciones por razones políticas tomaron el camino del destierro hacia los Estados Unidos.
En los años 70' la mal llamada “revolución" cubana pregonaba su “humanismo socialista”, al igual que casi todos los “ismos”, super-negativos, por cierto, y con apellido "socialista" mucho más. Pero durante la existencia del “socialismo real”, a pesar de su constante propaganda, ha sido incómodo mantener a tantos prisioneros por delitos inventados por la policía política, algunos por "salidas ilegales", entre otras conductas, la mayoría sin demostrada amenaza al poder político totalitario.
Si alguien se pregunta por qué inventar estos “delitos”, sobre todo contra la seguridad del líder, su vida o imagen, es decir, contra su supuesto honor, la respuesta no es complicada cuando se conoce o se reconoce la naturaleza del comunismo o socialismo real.
Producir falsedades por increíbles que parezcan y alimentar los mitos del líder es una constante en estos sistemas. Son mecanismos que les ayudan a aferrarse al poder. Debemos reconocer que estos personajes “revolucionarios” y sus “historias”, en gran medida, viven o sobreviven no solo por la represión, sino también por la atención que le prestan a su mitología.
Fidel Castro, quien gobernó Cuba por casi medio siglo con su estilo esquizofrénico paranoide, siempre conspirando contra los seres humanos, fue quien inventó, apoyado por su aparato de seguridad y propaganda, los atentados supuestos contra su persona. De eso hizo campaña y aún no pocos medios han contribuido.
Hace 16 años, el 19 de febrero del 2008, la agencia de noticias Reuters, publicó un texto firmado por Esteban Israel titulado "Fidel Castro deja el poder tras casi medio siglo", donde afirma lo siguiente: "Sobreviviente a más de 600 intentos de asesinato por parte de la CIA y diestro orador que llegó a dar un discurso de más de 7 horas, Castro ha sido el gobernante con mayor permanencia en el poder en más de un siglo". Lo último es innegable. Y también es cierto que castigaba al pueblo con interminables discursos que casi todos detestaban.
Pero que sobreviviera a "más de 600 intentos de asesinato por parte de la CIA" es un miserable absurdo que ha contribuido a legitimar la leyenda del criminal dictador y a convertir al victimario en víctima. Un acto de vergüenza sin par. Con la información a la que hoy se acceder, hay que estar muy desinformado, ser muy ingenuo o muy mal intencionado para creer o propagandizar esos embustes pregonados por el sistema y sus voceros, unos pagados y otros tontos útiles.
Pero, nos guste o no, debemos reconocer que en parte gracias a esas campañas mediáticas basadas en mentiras, se construyó la mística cínica el dictador en jefe. Ningún otro dictador del mundo ha protagonizado semejante puesta en escena repetida una y otra vez.
Es triste admitir que no sabemos cuándo llegará el fin de la dictadura. Desgraciadamente es imposible profetizar ese anhelo de millones de cubanos de dentro y fuera de la isla. Pero esperemos y sobre todo trabajemos juntos los cubanos para pronto ver la liberación de tantos prisioneros políticos, algunos de ellos declarados "presos de conciencia" por Amnistía Internacional.
No olvidemos que la retórica del régimen, apoyada por el silencio o la confabulación de la izquierda mundial y gran parte de los medios de comunicación, insiste en negar o poner en duda la existencia de prisioneros por razones políticas en la isla. Más de mil han sido reconocidos. Otra realidad es que cada vez son menos los que creen las tamañas falacias y negaciones del castrismo. Los presos políticos cubanos necesitan cruzar con vida los barrotes del régimen.
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No había un solo asesor principal de Clinton que apoyaba las sanciones contra la dictadura cubana, y Clinton pronto comenzó una serie de "obsequios" unilaterales a Castro, ocultos en el lenguaje de la política de "pueblo a pueblo". En consecuencia, me enfoqué en la necesidad de quitarle el embargo al Presidente de Estados Unidos y ponerlo dentro de los parámetros de la ley de Estados Unidos a través de legislación
Es una pena que mientras las naciones del mundo, incluida una gran parte de África, está buscando como mejorar la competitividad de sus economías, nuestros países todavía sigan de rehenes de una recua de hampones
En tres generaciones, los nativos americanos ya eran sacerdotes, profesores, políticos e historiadores, jamás se los trató mal, menos se practicó un genocidio. Además, el sentido de pertenencia a España era tan fuerte que durante las conspiraciones contra la corona que Simón Bolívar y otros organizaron, mal llamados Procesos Independentistas, los nativos pelearon a favor del Rey
El caos total llega cuando son el 80% o más: se establece un control absoluto del islam sobre la sociedad, eliminando toda forma de disidencia, respeto a los derechos humanos y libertad individual como ocurre en los países de mayoría musulmana
Esa retorica continuó hasta bien entrados los años 80. Por ejemplo, las notas de prensa del Periódico Granma y los discursos de Fidel Castro enfatizaban en la reducción de la influencia de la economía norteamericana en el mundo
En 1884, a propósito de un notable ensayo del filósofo inglés Herbert Spencer, Martí escribió el artículo “La Futura esclavitud” que publicó en Nueva York. Nos dice muy muy claramente cual es su pensamiento acerca del socialismo, comunismo o colectivismo
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Las órdenes escritas en Nueva York fueron enviadas por Gonzalo de Quesada desde Key West a La Habana a Juan Gualberto Gómez, quien debía darles curso. Pocos días después Juan Gualberto Gómez ponía el cable convenido, y fijaba la fecha del 24 de febrero para el alzamiento
No había un solo asesor principal de Clinton que apoyaba las sanciones contra la dictadura cubana, y Clinton pronto comenzó una serie de "obsequios" unilaterales a Castro, ocultos en el lenguaje de la política de "pueblo a pueblo". En consecuencia, me enfoqué en la necesidad de quitarle el embargo al Presidente de Estados Unidos y ponerlo dentro de los parámetros de la ley de Estados Unidos a través de legislación
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