
La primera vez que escuché su nombre fue en los medios de comunicación del régimen de La Habana, controlados por el Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC). Lincoln fue muy odiado por Fidel Castro y sus acólitos
sinvergüenzas habituales, como Carlos Lazo (el “agentón” de la organización Puentes de Amor), Hugo Cancio, Carlos Saladrigas y otros personajes, que prefieren llenarse los bolsillos haciendo negocios con la dictadura antes que preocuparse por la libertad de sus compatriotas
Autores10 de octubre de 2023 Luis CinoLas mipymes, las llamadas "micro, pequeñas y medianas empresas", promocionadas como la panacea para aliviar el desabastecimiento en Cuba, son otra jugarreta de las que acostumbra a utilizar el régimen castrista cuando está en aprietos. Y nunca ha estado tan en aprietos y con el agua al cuello como lo está ahora, cuando los cubanos, a fuerza de hambre y privaciones, estamos a punto de estallar.
De momento, les está saliendo bien la jugada a los mandamases continuistas. No importa que solo una exigua cantidad de cubanos puedan pagar —haciendo grandes esfuerzos la mayoría de ellos si no son receptores de remesas o están en negocios turbios— los precios exorbitantes de los alimentos y otros productos básicos que ofertan en las mypimes. Lo principal para el interés del régimen es que con estos “actores económicos”, que compran en el exterior con la mediación de empresas estatales, están logrando evadir el embargo estadounidense y engatusar a la administración Biden para que haga nuevas concesiones.
Adicionalmente, la dictadura está consiguiendo dividir aún más al exilio. Incluso, algunos de los que hasta hace poco eran de los más radicales han caído en la nueva trampa del régimen, se declaran favorables a las mypimes y hasta se reúnen con “los emprendedores” de visita en Miami, un gesto que, si no fue calculado, pudiera a la larga resultar contraproducente para alguna de las partes involucradas.
Eso, por no hablar de los sinvergüenzas habituales, como Carlos Lazo (el “agentón” de la organización Puentes de Amor), Hugo Cancio, Carlos Saladrigas y otros personajes, que prefieren llenarse los bolsillos haciendo negocios con la dictadura antes que preocuparse por la libertad de sus compatriotas.
Hablemos claro. Basta de hipocresía. Que no hablen más del bienestar y el alivio de las necesidades de los cubanos: eso es lo que menos les importa a los mercachifles y alcahuetas que aceptan tejer con esos sucios hilos y hacerse cómplices de la extorsión chantajista a la que somete el régimen a los cubanos. A los de acá usándolos de rehenes para los que los de allá, los emigrados, envíen remesas, comida y medicinas a sus familiares en Cuba para que no mueran de hambre. Y a esa extorsión se suman gustosos los oportunistas e inescrupulosos de las agencias de Miami con conexiones en el Palacio de la Revolución, GAESA o alguna de sus dependencias más o menos camuflajeadas.
Si a los rollizos mandamases continuistas les importara el hambre de los cubanos, en vez de dedicarse a alentar la importación de alimentos por las mipymes para revenderlos en Cuba con su precio multiplicado varias veces, concederían libertades económicas, facilidades y estímulos para que la mayor parte de esos alimentos que hay que comprar caro y al contado en el exterior (como el pollo y el arroz) puedan ser producidos en la Isla.
Pero en vez de eso, los mandamases siguen apostando por los mismos métodos testarudamente estatistas mil veces fracasados, culpando al bloqueo de todos los desastres, buscando tiranos a quien aliarse y que los mantengan, y proclamando que solo en el socialismo está la solución de los problemas de Cuba.
En realidad, a los mandamases del continuismo no les interesa que se desarrolle el sector privado, sino que tratan de asfixiarlo. Mientras más débil y reducido sea, más fácil les será suprimirlo a la hora de dar marcha cuando vuelvan a sentirse fuertes. Pasó en la Unión Soviética cuando Stalin dio por terminada la Nueva Política Económica (NEP) que había implementado Lenin seis años atrás para rebasar el caos ocasionado por el comunismo de guerra bolchevique. Pasó en Cuba hace poco más de veinte años, cuando el petróleo del régimen de Hugo Chávez le permitió a Fidel Castro emprender la contrarreforma de las medidas que se había visto obligado a adoptar durante la etapa más dura del Período Especial.
Para cuando llegue ese nuevo bandazo —o antes, al paso que van las cosas—, de las alrededor de 9.000 mipymes existentes hoy solo quedarán las que fueron prohijadas por el régimen, las de sus paniaguados, que arrancaron con ventaja y le sirvieron para su jugada engaña-bobos. A las otras Mipymes, las verdaderamente privadas, las habrán ido recortando y estrangulando.
Pueden los mandamases de la maraña seguir hablando de “nuevos actores económicos” y de “modos de producción que se complementan”. Allá quien le haga caso a sus eufemismos y su semántica engañosa.
Los mandamases no renunciarán —porque creen que en eso les va su supervivencia— a utilizar el hambre y la miseria como instrumentos de control social, pero la rosca tiene un límite, y nunca se sabe si la tuerca aguanta una vuelta más.
Texto reproducido en El Nuevo Conservador por cortesía de su autor y la agencia Cubanet. Luis Cino Álvarez reside en Arroyo Naranjo, Cuba, y a pesar de la represión desde 1998 ejerce el periodismo independiente. Entre 2002 y la Primavera Negra de 2003 perteneció al consejo de redacción de la revista De Cuba. Fue subdirector de Primavera Digital. Es colaborador de CubaNet desde hace 20 años. Trabajó como profesor de inglés, en la construcción y la agricultura. Sueña con poder dedicarse por entero y libre a escribir narrativa. Le apasionan los buenos libros, el mar, el jazz y los blues.
La primera vez que escuché su nombre fue en los medios de comunicación del régimen de La Habana, controlados por el Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC). Lincoln fue muy odiado por Fidel Castro y sus acólitos
No había un solo asesor principal de Clinton que apoyaba las sanciones contra la dictadura cubana, y Clinton pronto comenzó una serie de "obsequios" unilaterales a Castro, ocultos en el lenguaje de la política de "pueblo a pueblo". En consecuencia, me enfoqué en la necesidad de quitarle el embargo al Presidente de Estados Unidos y ponerlo dentro de los parámetros de la ley de Estados Unidos a través de legislación
Es una pena que mientras las naciones del mundo, incluida una gran parte de África, está buscando como mejorar la competitividad de sus economías, nuestros países todavía sigan de rehenes de una recua de hampones
En tres generaciones, los nativos americanos ya eran sacerdotes, profesores, políticos e historiadores, jamás se los trató mal, menos se practicó un genocidio. Además, el sentido de pertenencia a España era tan fuerte que durante las conspiraciones contra la corona que Simón Bolívar y otros organizaron, mal llamados Procesos Independentistas, los nativos pelearon a favor del Rey
El caos total llega cuando son el 80% o más: se establece un control absoluto del islam sobre la sociedad, eliminando toda forma de disidencia, respeto a los derechos humanos y libertad individual como ocurre en los países de mayoría musulmana
Esa retorica continuó hasta bien entrados los años 80. Por ejemplo, las notas de prensa del Periódico Granma y los discursos de Fidel Castro enfatizaban en la reducción de la influencia de la economía norteamericana en el mundo
In 1964, the U.S. consulate in Stanleyville was taken over by Congolese rebels of “Lumumbist” inspiration (associated with the African nationalist Patrice Lumumba), known as the Simba. For 111 days, they held hostages, only to be rescued in a joint U.S.-Belgian operation called Operation Dragon Rouge, in which the Cubans also participated
Las consecuencias son devastadoras. Podemos verlo hoy en día en sociedades gobernadas férreamente por minorías vociferantes que convencieron a las mayorías silentes de que no hay nada que hacer, en África, Asia, América Latina e incluso en Europa
De haberse prestado para aquella desvergüenza, Vargas Llosa hubiera quedado atrapado, quizás para siempre, en el chantaje del régimen de La Habana, como otros escritores y artistas. Y no hubiera sido el escritor ni el promotor del liberalismo clásico que fue
Pero lo de Unamuno fue un monólogo pues no quiso entablar un diálogo con Cristo que puede transformar a todo ser. No tuvo quietud interior para oírlo, como le ocurre al hombre de hoy que se queda solo con su propia existencia, con sus luchas; agónico hasta el final con su pensar y su vivir porque carece de espiritualidad y de profundidad. Porque le cuesta hacer un alto en esa loca carrera de la vida para encontrar a Dios y compartir sus inquietudes
Kennedy subvaloró la peligrosidad del régimen comunista instaurado en Cuba, que un año después facilitaría a los soviéticos instalar misiles nucleares apuntados contra Estados Unidos. Con su desidia y sus titubeos, le sirvió, en bandeja de plata, una victoria, más que todo propagandística, a Fidel Castro para seguir consolidando su dictadura comunista