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Juanita Baró: una artista que va por donde la lleve la emoción
El azul es mi color favorito y también me gustan mucho las historias que cuentan los patakines, y sobre las advertencias, como aquella de que “el pez por la boca muere”
Autores27 de octubre de 2023 Entrevista de Luis Cino (para CubaNet)Talentosa, apasionada y siempre auténtica, si una palabra define a la bailarina, coreógrafa, actriz y cantante Juanita Baró es ARTISTA, así con mayúsculas.
Su carrera artística de más de cinco décadas se inició en el Conjunto Folklórico Nacional y continuó en el cine y la televisión, primero en Cuba y luego de 1980 en los Estados Unidos. Siempre ha tenido éxito en todos los campos en que ha incursionado. Y los momentos difíciles los ha enfrentado con valor y entereza.
En Miami, donde reside desde hace más de cuarenta años con su esposo, el escritor Manuel Ballagas, Juanita accedió cordialmente a responder este cuestionario para CubaNet.
CubaNet — ¿Cómo llegaste al arte?
Juanita Baró: El arte tocó mi corazón desde que me sentaba a colorear a los pies de mi padre mientras le escuchaba cantar, guitarra en mano, quizás recordando sus tiempos de cantante en un sexteto en su natal Matanzas.
CN: ¿Qué te reportó haber sido bailarina en Cuba durante el auge de la danza folklórica y contemporánea?
JB: Todo lo que pude aprender en el Conjunto Folklórico Nacional. Lo más importante fue aprender de África y sus valores culturales, sobre la música y las danzas cubanas, y haber llegado a ser cantante y bailarina solista, además de coreógrafa y regisseur en la compañía. Todo eso unido a la satisfacción de haber representado a Cuba en Alemania, Hungría, Polonia, la Unión soviética, Bulgaria y Checoslovaquia.
CN: Eres bailarina, actriz, cantante y pintora. ¿En cuál de esas facetas te sientes más cómoda y realizada. ¿O acaso esos campos se complementan entre sí?
JB: Todas esas facetas, excepto la pintura, las estudié en Cuba. En todas ellas logro concentrarme y me voy por donde me lleve la emoción. Todo tiene que ver con la capacidad de concentrarte en tu personaje, aunque la danza tiene el don de llevarte con la música y solo te controlas con los aplausos del final. La actriz está para defender su personaje. La actuación se complementa más con la danza cuando eres un personaje, como en El Lago de los Cisnes, una danza amorosa, o interpretando a los orishas.
CN: ¿Te resultó difícil asumir ser la esposa de Manuel Ballagas, un escritor censurado, permanentemente acosado y al que finalmente enviaron a prisión?
JB: Para nada me fue difícil. Como buena hija de Tauro, jamás abandono lo que quiero. Mi gran fuerza fueron mi esposo y mi bebé. Me casé por la notaría y por la Iglesia. Con fuerzas como esas nadie puede.
CN: Te fuiste de Cuba en 1980, durante el éxodo de Mariel. Cuéntanos de aquellos días.
JB: Después de haber estado tantos días en la Embajada de Perú en La Habana cualquier cosa es mejor que el dolor y el horror de ver a compatriotas tuyos lanzándote piedras y escupiéndote. Pero gracias a Dios los cubanos de Estados Unidos nos acogieron como solo saben hacerlo las personas de buenos sentimientos. Fueron como lo Reyes Magos para nosotros. A los jóvenes nos dieron la oportunidad de aprender inglés en el Miami-Dade College. A mí me contrataron para un episodio de una popular comedia de televisión de ese entonces, ¿Qué pasa, USA?, que aún se retransmite.
CN: ¿Cómo ha sido el exilio para ti?
JB: Divino en todos estos años. Primero, una señora me apadrinó un local para crear una compañía de danza que llamamos Ballet Folclórico Cubano. Hice TV en comedias y telenovelas, trabajé durante 10 años con Teatro Avante, de Miami, que auspicia el Festival de Teatro Hispano de esta ciudad, como actriz y coreógrafa, representando a los cubanoamericanos en festivales de teatro de Costa Rica, México, Francia, Colombia, España y también ciudades de Estados Unidos. Andy García quiso que yo fuera la entrenadora de danza en la primera película que dirigió The lost city, con guión de Guillermo Cabrera Infante; y trabajé como coach en las películas The Pérez Family, junto a Marisa Tomei, Alfred Molina y Angelica Houston; y The Specialist, con Sylvester Stallone. Como actriz, la última película que hice fue Plantadas, de Lilo Vilaplana, sobre las presas políticas cubanas.
CN: ¿Es cierto que fuiste quien inspiró la canción Juana La Cubana?
JB: En Miami había un famoso cantante cubano de guarachas llamado Titi Soto. Un día llegó a mi escuela de danza, para que yo le montara una coreografía a un grupo de chicas sudamericanas que iban a estrenar una canción de él. Comencé mis clases para que aprendieran algunos pasos, de modo que se fueran adaptando. Y él les gritaba: “Sigan bailando como Juana”. Ellas, al final de la clase, se movían en el salón cantando “baila como Juana la cubana”. Así nació ese estribillo.
CN: ¿Cuál ha sido tu mayor satisfacción como artista?
JB: Haber podido dejar mi legado en Cuba cantando y actuando en el cine en filmes como El cimarrón, El otro Francisco, Los días del agua, Color de Cuba, así como en la película alemana Luz sobre la horca, y la checa Descenso al infierno. Fui también jurado en el programa Para bailar. Mis 13 años de trabajo en el Conjunto Folklórico Nacional me valieron ser incorporada a la UNEAC por ser una artista destacada. Lo que más me emocionó es que el carnet me fue entregado por el poeta Nicolás Guillén.
CN: En tu pintura se me antoja que priman el azul, el mar (¿Yemayá?), los peces. Son como patakines gráficos ¿Qué hay de eso, y por qué?
JB: Sobre lo de las pinturas estás acertado. En Cuba vivíamos en Tercera y C, en el Vedado. Teníamos detrás el Malecón y siempre me fascinaba pararme en el muro y contemplar el mar. El azul es mi color favorito y también me gustan mucho las historias que cuentan los patakines, y sobre las advertencias, como aquella de que “el pez por la boca muere”. Hay muchas cosas que pinto que me quedaron de Lydia Cabrera, a quien por fin conocí acá en Miami y hasta bailé en seis conferencias que dio sobre “las dos aguas”.
CN: Siendo la musa de tu esposo, ¿te molesta que aparezcas en algunos de sus cuentos, en circunstancias peligrosas, arriesgando la vida e incluso, como en Hotel Paris, armada con una navaja?
JB: Nada de lo que hace Manolo me molesta, mucho menos algo literario. Sé que cuando alguien es creativo siempre se va a lanzar a lograr lo que desea. Me gusta que se arriesgue y no sea aburrido.
Texto reproducido en El Nuevo Conservador por cortesía de su autor y la agencia Cubanet. Luis Cino Álvarez reside en Arroyo Naranjo, Cuba, y a pesar de la represión desde 1998 ejerce el periodismo independiente. Entre 2002 y la Primavera Negra de 2003 perteneció al consejo de redacción de la revista De Cuba. Fue subdirector de Primavera Digital. Es colaborador de CubaNet desde hace 20 años. Trabajó como profesor de inglés, en la construcción y la agricultura. Sueña con poder dedicarse por entero y libre a escribir narrativa. Le apasionan los buenos libros, el mar, el jazz y los blues.
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