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Miguel Ángel Asturias, reivindicado por el castrismo
Cuando en 1967 le confirieron a Asturias el Premio Nobel de Literatura —fue el segundo latinoamericano en recibirlo, luego de la chilena Gabriela Mistral en 1945— muchos escritores izquierdistas latinoamericanos, entre ellos Gabriel García Márquez, lo atacaron con saña, calificándolo de “traidor” y “vendido”
Autores26 de julio de 2024 Luis CinoPremio Nobel de Literatura 1967 y autor de Hombres de maíz, El señor presidente y Mulata de tal, entre otros notables títulos, el escritor Miguel Ángel Asturias fue un estudioso de las culturas indígenas de su país y es considerado uno de los más importantes e innovadores autores de la literatura latinoamericana.
Con un panel y otros homenajes en la Casa de las Américas con motivo de los 50 años del fallecimiento en Madrid en 1974 del escritor guatemalteco Asturias, la cultura castrista y sus adláteres de la más rancia izquierda latinoamericana, han decidido reivindicar a quien fuera durante décadas un autor denostado.
La estrecha vinculación con el gobierno izquierdista de Jacobo Arbenz le costó a Asturias, luego del derrocamiento de Arbenz en 1954, doce años de exilio, durante los cuales peregrinó a Cuba y la Unión Soviética. Pero acabó siendo execrado por la más recalcitrante izquierda de Latinoamérica, que lo tildó de “reformista y contemporizador con la reacción” por haber aceptado en 1966 el cargo de embajador de Guatemala en Francia que le ofreció el gobierno del presidente Julio César Méndez Montenegro.
Por esa razón, cuando en 1967 le confirieron a Asturias el Premio Nobel de Literatura —fue el segundo latinoamericano en recibirlo, luego de la chilena Gabriela Mistral en 1945— muchos escritores izquierdistas latinoamericanos, entre ellos Gabriel García Márquez, lo atacaron con saña, calificándolo de “traidor” y “vendido”.
Inicialmente, Asturias no se decidía a aceptar el puesto diplomático, pero el expresidente Jacobo Arbenz lo convenció para que aceptara, ya que consideraba que el gobierno de Méndez Montenegro, del Partido Revolucionario, que había sido electo con el apoyo de gran parte de la izquierda guatemalteca y la anuencia del Partido Guatemalteco del Trabajo (comunista), e incluso de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), sería el mejor modo de poner fin a la guerra civil que desde 1960 ensangrentaba al país.
Asturias desempeñó el cargo de embajador hasta 1970. Durante los cuatro años que ocupó el cargo, tuvo que soportar los ataques de quienes lo acusaban de traidor por ser representante diplomático del gobierno de Méndez Montenegro, que una vez en el poder, lejos de pactar con la guerrilla, dio luz verde al ejército para que desatara una feroz ofensiva antiinsurgente.
El escritor fue recriminado hasta por su hijo, Rodrigo Asturias, que se negó a asistir a la concesión del Nobel, y se unió a la guerrilla, donde llegaría a ser comandante con el alias Gaspar Ilón, el nombre de uno de los personajes de la novela Hombres de maíz.
En 1960, la novela Weekend en Guatemala, de Miguel Ángel Asturias —que había viajado a La Habana invitado por Casa de las Américas para ser jurado del primer concurso literario de dicha institución—, fue publicada por la Imprenta Nacional de Cuba y utilizada por el régimen para advertir que de producirse una invasión, en Cuba no se repetiría lo ocurrido con el gobierno de Jacobo Arbenz, que capituló ante los invasores.
Cuando Asturias aceptó el puesto diplomático que le ofreció el gobierno guatemalteco, los comisarios culturales del castrismo la emprendieron duramente contra él.
El ensayista Jorge Fornet en su libro El 71, anatomía de una crisis (Editorial Letras Cubanas, 2013) afirma que “si hubo una figura que personificó desde la segunda mitad de la década del 60 el antimodelo de intelectual propugnado por la Revolución Cubana fue Miguel Ángel Asturias”.
Recordemos que en esa época (como en otras) los comisarios culturales del castrismo, que no escatiman en dogmatismo e intolerancia, también atacaron y acusaron de traición, entre otros destacados intelectuales latinoamericanos, a Mario Vargas Llosa, Nicanor Parra, Octavio Paz, Carlos Fuentes y hasta al muy comunista Pablo Neruda.
Publicado originalmente en Cubanet.
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