
Memorias ilustradas de un cubanito que nació con la involución: un enema de plutonio para los castristas
El lavado de cerebro es algo que no viene solo. Viene previamente acompañado de algo que se llama miedo. Si tus padres tienen miedo, claro está que no podrán oponerse a ese lavado de cerebro. Al contrario, debían siempre dar muestras de su apoyo al comandante y a la revolución








Como si no bastara con sus explicaciones farragosas acerca del estado de las termoeléctricas y las caídas del Sistema Electroenergético Nacional (SEN), tarea en la que ha sido secundado en tono triunfal por el periodista del NTV Bernardo Espinosa, el ministro de Energía y Minas calificó de “indecentes” y “cobardes” a los compatriotas que protestaron por los apagones.
El primer ministro, cuando recomendó a los que pudieran que fueran adquiriendo paneles solares y plantas eléctricas, decepcionó a los que todavía pensaban que a diferencia de Díaz-Canel, a veces aterrizaba y entraba en contacto con la realidad. Y en el IX Pleno del Comité Central del Partido Comunista, con una mano enyesada a resultas de un accidente, se apeó, con tantos problemas como hay, con una muela bizca acerca de la necesidad de reforzar el trabajo político-ideológico. 





















