
Durante años, el General y el reguetón fueron la encarnación de la música que me resultaba insoportable. Pero eso fue hasta que llegó el llamado reparto
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CubaLibre30/12/2024 Luis CinoRepite en esta lista el presidente designado por el general Raúl Castro para sustituirlo (al menos teóricamente) al frente de la “finca-república” y del partido único y mantener la continuidad del castrismo. Reincidió en sus inútiles reuniones, en la solidaridad con Hamás (con kufiya y todo), el somnífero pódcast Desde la Presidencia, los recorridos por todo el país y en hablar boberías acerca de “la resistencia creativa”.
Su más divertida ocurrencia fue en el X Congreso de la UNEAC, donde, ocupados como estaban por la lucha contra la colonización cultural, le dio por decir que había que convertir al reguetón en “un arma de la Revolución”. Parece estar pensando en El Micha, Jorge Junior u otro repartero para sustituir a Silvio Rodríguez y Vicente Feliú. Probablemente, la idea se la sugirió Lis Cuesta, conmocionada como estaba por el asesinato en Miami de El Tiger, un cantante al que nunca pusieron en la radio ni la TV cubanas, a pesar de lo mucho que gusta en la Isla.
Dicen los santeros que el gobernante tiene osogbo, y parece que sí, que lo persigue la salación. El que sin dudas es el gobernante más inepto que ha tenido Cuba mantiene el epíteto ofensivo y procaz con que lo bautizaron hace años (singao), más los demás insultos que se ha ido ganando (incluso entre los fidelistas nostálgicos) durante el quinquenio que ha durado su desastrosa gestión.
Por cierto, Lis Cuesta comparte el primer puesto de esta lista con “el dictador de su corazón”. Además de no perderse uno de los viajes del gobernante al exterior, este año la “no primera dama” cubana siguió organizando costosos eventos gourmets con invitados extranjeros y hasta ostenta un doctorado en Ciencias. ¡A ella qué le importa lo que digan, envidiosos como son, los odiadores!
El general de Ejército y ―desde que no está su hermano Fidel― “líder de la Revolución” o lo que queda de eso que llaman así, sigue con el pie en el estribo. Como mismo no tuvo prisa en hacer durante su mandato presidencial las reformas que el país precisaba desesperadamente, tampoco tiene prisa para morirse. Con 93 años, una vez más defraudó a los que se estaban afilándose los dientes con los rumores de su muerte.
Como tronado del año, el que fuera ministro de Economía y Planificación superó a Jorge Luis Perdomo Di-Lella. Sería porque la gente le tenía más roña a Gil, que con sus ordenamientos y reordenamientos y la hiperinflación resultante, nos ha puesto a pasar más hambre que los ratones en una ferretería. Ni de Gil ni de Perdomo se sabe sus paraderos. Tampoco se dijo cuáles fueron “los errores cometidos”, pero los podemos suponer.
Como si no bastara con sus explicaciones farragosas acerca del estado de las termoeléctricas y las caídas del Sistema Electroenergético Nacional (SEN), tarea en la que ha sido secundado en tono triunfal por el periodista del NTV Bernardo Espinosa, el ministro de Energía y Minas calificó de “indecentes” y “cobardes” a los compatriotas que protestaron por los apagones.
El primer ministro, cuando recomendó a los que pudieran que fueran adquiriendo paneles solares y plantas eléctricas, decepcionó a los que todavía pensaban que a diferencia de Díaz-Canel, a veces aterrizaba y entraba en contacto con la realidad. Y en el IX Pleno del Comité Central del Partido Comunista, con una mano enyesada a resultas de un accidente, se apeó, con tantos problemas como hay, con una muela bizca acerca de la necesidad de reforzar el trabajo político-ideológico.
El vanidoso nieto de Fidel anunció a bombo y platillo que iba a tirar la casa por la ventana celebrando su cumpleaños el 5 de diciembre en su lujoso bar EFE, en El Vedado, justo cuando los apagones estaban en su apogeo. Y efectivamente, a pesar de los pesares, celebró el fiestón. A él plin lo que pitaban sus compatriotas en las redes sociales. ¡Envidiosos que son! Respondió que tenía derecho a celebrar su cumpleaños como cualquier joven normal. Y más si es revolucionario. A él, que no ocupa cargos en el Gobierno, qué le importa si afecta la memoria de su abuelo, que siempre se mostraba tan austero, aunque se sabe que no lo era. El bambollero jovencito, como sus primas y primos, piensa como vive. O sea, a todo tren, como un príncipe. Y parece creer que todos los jóvenes cubanos viven como él.
Otro príncipe de la continuidad castrista es Manuel Anido, el hijo de Lis Cuesta e hijastro de Díaz-Canel. Luego de acompañar a su mamá y al padrastro en sus viajes al exterior, incluso al Vaticano, en calidad de “asesor del presidente”, ahora, no se sabe en calidad de qué, anda en Madrid y frecuenta restaurantes lujosos que tampoco se sabe con qué dinero costea. Y para matar de envidia a Sandrito, El Cangrejo y los demás príncipes de la corte castrista, es novio ―según hizo constar la revista Hola― nada menos que de Ana de Armas.
Es verdad que nadie manda en el corazón, pero ¡qué puntería la de Ana de Armas para venir a empatarse con el hijastro de Díaz-Canel! ¡Con tantos hombres como hay en el mundo, venirse a enamorar de Manuel Anido, el entenado consejero del mandante designado por la dictadura que oprime y arruina a su país! Ana de Armas, que aceptó un rol en una película apologética sobre los espías de la Red Avispa, ni siquiera cuando la Seguridad del Estado interrogó y amenazó a su hermano por relacionarse con disidentes, aprovechó su proyección internacional para pronunciarse sobre la situación en Cuba y reclamar cambios. Menos lo hará de ahora en adelante. Al contrario, quizás ahora sean más frecuentes sus viajes a La Habana, no solo para visitar a sus familiares y amigos y presumir de su triunfo en Hollywood, sino también para departir con sus suegros.
Otro que repite en esta lista. Amenaza con superar como cotorrón del oficialismo a Humberto López. Sigue impenitentemente cínico, siempre a la defensiva de “los odiadores” y secundado por otros zoquetes, conduciendo el programa Con filo. El programita, que ahora es los martes, después de la telenovela, compite cerradamente con FAR Visión por ser el más impopular de la TV Cubana. Al inefable Michel le ha dado por aconsejar, cuando empieza el programa, que suban el volumen del televisor para que los vecinos, y sobre todo el responsable de vigilancia del CDR, sepan que tiene sintonizado “el programa de la contrapropaganda comunista”.
El canciller del régimen sigue presentando cada año en la ONU resoluciones sobre la necesidad de que Estados Unidos levante el “bloqueo”. Enfrascado además en que el Departamento de Estado retire a Cuba de la lista de países patrocinadores del terrorismo, sigue sacando la cuenta de los varios cientos de millones de dólares que, según asegura, el país ha perdido por causa del embargo. El resto del tiempo lo dedica, venga al caso o no, a expresar la solidaridad del gobierno que representa con las peores causas del mundo: Hamás, Hezbolá, Irán, Putin, Maduro…
Publicado originalmente en Cubanet.
Durante años, el General y el reguetón fueron la encarnación de la música que me resultaba insoportable. Pero eso fue hasta que llegó el llamado reparto
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