El motivo de la condena: cumplir con su deber de "satirizar las deficiencias de su sociedad". Algo que en el socialismo real supone un grave delito
Autores12 de julio de 2023
Luis Leonel Leon
El historial represivo de la dictadura cubana es tan largo como su radical anquilosamiento en el poder. Gracias a las redes sociales y a que a los cubanos, aunque de forma muy limitada, acceden a Internet e interactúan, aún con miedo, en las redes sociales, hoy se visibiliza más el ataque y la coacción permanente de los gendarmes del régimen en contra de quienes se arriesgan a levantar la voz más allá de la "crítica revolucionaria" en medio de una nación desesperada y largamente atemorizada.
Es imposible obviar que el Partido Comunista, a base de penalizaciones, adoctrinamiento, desinformación, propaganda y hambre institucionalizada, ha conseguido conservar la esencia real de la "revolución socialista" que decretara Fidel Castro en sus "conclusiones" a las tristemente famosas reuniones en la Biblioteca Nacional los días 16, 23 y 30 de junio de 1961, cuando dijo: "Dentro de la Revolución todo, contra la Revolución nada", frase icónica del autoritarismo castrista que marcó aquél discurso de advertencia, a punta de pistolas, destinado a silenciar a los creadores y pensadores díscolos de la época, que pasaría a la historia como "Palabras a los intelectuales".
La historia de la cultura cubana bajo la revolución socialista de la familia Castro y sus acólitos es una historia de incontables decepciones, vituperios, golpizas, calabozos, fugas y destierros. Ha ocurrido siempre. Pareciera un eterno retorno. Y ocurrirá así mientras no se le arrebate el poder ilegítimo a la cúpula comunista, que no deja de producir perros falderos, limpiadores de estiércol, cantores de poca monta, resentidos y tontos útiles.
Es el motivo por el cual, hace unos días, más de cien artistas de varios países, una buena parte de ellos comediantes o relacionados con el humor, publicaran una carta abierta a la dictadura cubana, e invitado al público a firmarla en change.org, para denunciar y condenar, a nivel virtual e internacional, el acoso de la policía política en contra del escritor, humorista, periodista y editor Jorge Fernández Era, un intelectual que, como expresa la misiva, ha cumplido con su deber de "satirizar las deficiencias de su sociedad".
El escritor, en los últimos años, ha sido abiertamente crítico con temas que la dictadura considera intocables (y punibles según su código penal revolucionario) como son la represión contra los manifestantes del levantamiento popular del 11 de julio de 2021, la ineficiente economía socialista, la política de censura o las falsas elecciones, entre otros aspectos que definen la lamentable actualidad cubana.
Por ello el régimen comunista, como suele hacer con los disidentes, le prohibió salir del país y además lo condenó a un año de prisión domiciliaria. El pasado 6 de abril fue detenido en una calle de La Habana. El humorista advirtió que habían interpuesto una denuncia en su contra por los supuestos delitos de “denegación de auxilio” y “desobediencia”, bajo el pretexto de no presentarse a citaciones de la policía. Una jugarreta habitual del castrismo para amedrentar y encarcelar a quienes públicamente se le oponen o dicen lo que, según el dictamen oficial, "no puede decirse".
Fernández Era, que ha optado por no callar, fue detenido dos días después de ser entrevistado por el cineasta Ian Padrón en su programa Derecho a Réplica, donde denunció una arbitrariedades del régimen, sobre todo contra la libertad de expresión.
Luego de ser "liberado" de la Unidad de la PNR (Policía Nacional Revolucionaria) donde lo mantuvieron detenido, protagonizó una polémica en las redes sociales al responder públicamente a la demagogia y el cinismo del humorista y cineasta Eduardo del Llano, a quien calificó como su “enemigo más enconado", según explica, "desde que en enero de 2020 le manifestara mi desacuerdo por el infame video donde se burló de la muerte de tres niñas en la Habana Vieja tras el derrumbe de un balcón”, dijo el autor, hoy condenado a prisión domiciliar.
Una vez más, producto de su incontinencia verbal seudo revolucionaria desatada en las redes sociales, la mezquindad de Eduardo del Llano ha quedado expuesta. Mientras Fernández Era estaba preso en la unidad policial, Del Llano escribió en su Página Oficial de Facebook: "El tigre que enfrenta al dragón en primavera es valiente como la flor de loto. El conejo que enfrenta al tigre en primavera es, en cambio, un poquito comemierda / Lao Tsé Tsé (“La mosca”) 1675-1567".
También en Facebook, Fernández Era develó que Del Llano, su ex colega en el grupo humorístico Nos y Otros, “ha sacado provecho del asunto dibujándose como el preocupado socio que llama a todo el mundo enterándolo de que Era está preso y de que, a pesar de nuestras diferencias, me quiere un montón y no desea su mal”.
El humorista compartió lo que Del Llano le escribió, luego de su arbitraria detención, en abril pasado: “Ven acá, ¿quién tú te piensas que eres? En cualquier otro país de América Latina estarías con dos tiros en la cabeza ahora mismo, sin más explicaciones (...). Si algo han demostrado tu relato y el de Alina [la profesora Alina Bárbara López, quien también fue arrestada por protestar pacíficamente a causa de su encierro] sobre los hechos es la extraordinaria bondad, generosidad, humanidad de la Policía y la Seguridad en este país. De veras: me parecen de ranking mundial", fue la defensa que hizo Del Llano de la represión contra Fernández Era y en general del pueblo cubano.
La decadencia de Del Llano, quien anteriormente escribió guiones críticos y dirigió cortometrajes que satirizan problemáticas de su país, ha ido avanzando desde un innecesario coqueteo con el oficialismo cultural hasta convertirse en uno de los artistas que de manera más radical y acalorada defienden el sistema comunista y buscan no sólo paliar sino justificar las violaciones de derechos humanos que la policía política comete sistemáticamente, incluso contra sus colegas o ex colegas. En el 2020 llegó a confesar: "A ver si entienden de una vez que YO APOYO eso que ustedes llaman "la tiranía" y "la sangrienta dictadura castrista".
Fernández Era termina su respuesta a Del Llano de manera contundente, desnudando el mezquino comportamiento del artista hoy totalmente plegado al oficialismo: "Escucha bien, consanguíneo apócrifo: que yo haya salido en "libertad" de la unidad de la PNR de Lawton tras la "breve detención" de cinco horas no se lo debo a que te rebajaste a suplicar por Era a un funcionario, sea cual sea su categoría. Mis verdaderos hermanos son los que acompañaron a Laide (su esposa) junto a los muros de la estación de Aguilera, dispuestos a permanecer con ella por veinticuatro o más horas; los que se sentaron en esta sala desde la que escribo preparados —todavía es testigo el televisor de mi casa— a partir junto conmigo con carteles que exigieran la liberación de mi hermana Alina; los que escribieron en las redes los cientos de mensajes que aún no acabo de leer; los que se plantarán junto a mí en esta lucha que sé larga, pero de la que saldré con el pundonor de que careces. Y no me jodas más".
Eduardo del Llano, en un acto de cinismo, o como me dijera un colega, de demagogia rateril, ha firmado también la petición en chance.org a favor de Fernández Era. Quiero pensar que, a esta altura del torneo, pocos serán los que se dejen engañar.
¿Por qué Eduardo del Llano se empecina en actuar de tal modo? ¿Por qué ha escogido no sólo no apoyar, o al menos guardar silencio ante la represión contra Fernández Era, sino que ataca a un humorista que sí se arriesga a decir lo que realmente siente y piensa, consciente de que le puede costar mucho más que esta condena domiciliaria? Quizás nunca lo explique con sinceridad. Lo podemos intuir. Ojalá me equivoque.
¿Por qué todo artista debería oponerse a que este humorista cubano permanezca encarcelado en su casa? La respuesta, para muchos más que los firman la petición en change.org y carta abierta al régimen, es de una obviedad tajante. Para otros, un espejo de sombras vergonzosas.
¿Por qué Jorge Fernández Era ha escogido abrir los ojos, no bajar la cabeza, no guardar silencio? La respuesta es simple e imbatible, tanto que llega a herir y excitar rencores, temores, deshonores ajenos. La historia de la cultura cubana en tiempos de revolución, en este sentido, también se repite.
Luego de los sucesos del 11 de julio de 2021, Fernández Era se ha posicionado, cada vez más, como un opositor a las acciones violentas del régimen castrista, por lo cual ha sufrido detenciones, censura, interrogatorios, encarcelamientos en unidades policiales.
En 2016 publicó su más reciente libro, Cruentos de humor, editado por Guantanamera, en Valencia, España. Licenciado en Periodismo en la Universidad de La Habana en 1991, Fernández Era integró Nos y Otros desde 1988 hasta su disolución casi una década después. Es autor de los libros Cincuenta cuentos de nuestra Era, Obra inconclusa y Cada cual a lo mío. Humor en bruto para gente no tan bruta. Sus relatos satíricos han sido incluidos en antologías dentro y fuera de su país. Editó publicaciones periódicas como el semanario Cartelera de La Habana y Cubadisco.
Gracias a la petición de firmas en change.org, liderada por el autor y humorista cubano radicado en New Jersey, Enrique Del Risco (Enrisco en sus publicaciones humorísticas), la represión contra Fernández Era ha alcanzado mayor visibilidad, sobre todo fuera de la isla.
Jorge Fernández Era ha agradecido el apoyo, al menos virtual, de miles de personas en las redes sociales. Este valiente humorista, por una arbitraria sentencia castrista, ha sido condeando a un año de prisión domiciliaria. Vale insistir en el motivo de la condena: cumplir con su deber de "satirizar las deficiencias de su sociedad". Algo que en el socialismo real supone un grave delito.
Más de cien artistas de diversos ámbitos relacionadas con el arte de hacer reír nos hemos unido para ofrecer nuestro apoyo público a nuestro colega Jorge Fernández Era, injustamente perseguido en su país por hacer su trabajo. Invitamos a los colegas que lo deseen a expresar su apoyo a la causa de Fernández Era, que es la de todos nosotros y pueden empezar firmando esta carta:
Hay que reír para ver
Nosotros, humoristas, artistas y escritores, denunciamos la campaña de acoso y descrédito que se ha lanzado contra nuestro colega Jorge Fernández Era.
Fernández Era, una referencia para el humor cubano durante cuatro décadas, ha sido editor y autor de varios libros, ha galardonado con numerosos premios nacionales e internacionales a lo largo de carrera.
Pese a lo anterior en los últimos tiempos el escritor ha sido excluido en todos los medios con los que colaboraba, se le ha prohibido viajar al exterior y encima se le ha condenado a un año de arresto domiciliario por el simple delito de satirizar la realidad cubana. Consideramos que, como cualquier humorista, Fernández Era está cumpliendo con su deber: satirizar las deficiencias de su sociedad. Las autoridades cubanas no están cumpliendo con el suyo persiguiéndolo.
Disculpen por recordarles su contenido de trabajo, pero es deber de un gobierno arreglar lo que no funciona en su país, sin hostigar a los que intentan hacer reír con lo que funciona mal, tarea tan difícil que lo que merece es un premio.
Se nos dirá que con la prisión domiciliaria se le evita a Fernández Era entrar en contacto con una realidad que tanto le incomoda, pero tenemos entendido que el escritor es mayor de edad y debe permitírsele salir de su casa si es su deseo, aunque sea para tropezarse con todo lo que no parece agradarle. Los humoristas son así de masoquistas, pero el masoquismo es una de las tantas opciones de las que disfrutamos los adultos. Por otra parte, creemos que si los imperialistas y sus secuaces insisten en que en Cuba no hay derechos, está muy feo que la policía y la Seguridad del Estado le den la razón al imperialismo.
Por todo lo anterior, exigimos públicamente que cese inmediatamente la persecución contra un colega que no ha hecho otra cosa que cumplir con su deber como humorista y ejercer sus derechos como ciudadano. Si no saben en lo que consisten los deberes de un humorista y los derechos de un ciudadano, prometemos explicárselo en una nueva carta, con muchas más firmas.
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