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Pretender que el progreso es una enérgica marcha hacia la igualdad y que implica “justicia social” para los preteridos y "empoderar” a los marginados, es una mentira tan grande como un templo
La propiedad privada es la autonomía que necesitamos para tomar decisiones sobre nuestros propios bienes. Es la dignidad humana que te garantiza sustento y bienestar teniendo el control de tus propios recursos
Bogaciones19 de julio de 2023 Eva Sara LandauADEMÁS DE ESTE ARTÍCULO DE EVA SARA LANDAU, DIFRUTA DE LA EMISIÓN EN VIVO DEL SHOW "AL PAN PAN", DONDE PARTICIPA AL ANALISTA CONSERVADORA.
Te quiero hablar de derechos humanos. Pero antes, querido lector, te pregunto algo: ¿Tienes casa “propia”? Si la respuesta es "sí", te tengo una segunda pregunta: ¿Quién es realmente el dueño de tu casa cuando no pagas los impuestos sobre ella?
Ahora, entremos en materia.
Al parecer los políticos alineados al socialismo llevan al pie de la letra lo que se predijo en el Foro Económico Mundial en 2016: “No tendrás nada y serás feliz”.
Cuando escuché eso por primera vez se me erizó el cuerpo. Pues en la era nazi, mis abuelos y mi padre, que era un niño, cuando el Partido Socialista de los Trabajadores en Alemania dejaron sin nada a la familia, no fueron felices, al contrario, pasaron tiempo en campos de concentración, y fueron testigos de uno de los horrores más grandes de la humanidad.
Hoy en el siglo 21, nosotros somos testigos de algo similar, y no podemos seguir cubriendo una realidad usando medios de prensa o redes sociales para censurar a quienes tienen el valor de decir la verdad:
El COVID 19 o virus chino fue intencional, murieron miles de personas, encerraron miles de personas y metieron en campos de concentración a miles de personas con un eslogan muy bonito: “Es por tu bien, por el bien de todos y el bien de la madre tierra”.
De ahí nuevamente sale una idea grandiosa de cómo violar nuevamente nuestros derechos humanos a través del Foro Económico Mundial: “El Gran Reinicio”. Y sobre ese tema no voy a ahondar, pero sí te propongo que investigues en profundidad qué realmente es, y hacia dónde pretende arrastrar a la humanidad la famosa agenda 2030, tan hablada por muchos, pero entendida por pocos, y que repite una tragedia anunciada: “No tendrás nada y serás feliz”.
Ya en este momento, más de uno que me lea, estará agarrándose la cabeza, porque seguramente voy contra corriente de posiciones particulares, pero de eso se trata, de poder debatir, expresarnos, compartir ideas. Se trata, en definitiva, de ser libres, y no sólo a través de la Propiedad Privada, sino también con nuestros pensamientos y expresiones.
Como nieta e hija de víctimas del holocausto judío, y como boliviana perseguida por la tiranía del socialismo del siglo XXI, puedo hacer comparaciones entre el régimen nazi, y los dictadores de esta época sobre la propiedad privada, que no es otra cosa que un derecho humano. El derecho fundamental que tenemos los individuos de poseer, controlar y disfrutar nuestros bienes, sin interferencia de otros.
En las antigua Grecia y Roma se establecieron bases filosóficas y legales sobre la propiedad privada, basadas en el trabajo y esfuerzo individual, y también se estableció como un derecho humano en la Declaración Universal de 1948.
La historia de la propiedad privada como derecho humano ha evolucionado a lo largo del tiempo, desde sistemas comunitarios hasta el reconocimiento de la propiedad individual. Su protección y regulación son fundamentales para la democracia. Y de no hacerlo los Estados se convierten en dictaduras.
Los dictadores, por la fuerza, quieren abolir este derecho para tener el control total de las sociedades, quitándoles a los ciudadanos su autonomía y libertad económica. Te roban tus propiedades en nombre de la redistribución de las riquezas, pero lo cierto es que solo se la reparten entre ellos, los afines a sus partidos, dejando al pueblo en la total miseria en nombre de justicia social. Los dictadores quieren centralizar el poder económico, quieren que un grupo de personas que forman parte de sus elites sean quienes controlen todo para sus propios beneficios, nunca para el pueblo. Los dictadores violan el derecho humano de la propiedad privada para desaparecer la oposición. Un pueblo libre es peligroso para una dictadura porque significa resistencia a la tiranía.
Las dictaduras justifican la expropiación o robo de la propiedad usando palabras, frases y falacias como "desigualdad", "explotación", "acumulación de riquezas en manos de unos pocos", "crisis económica", "sociedad sin clases"... Pero la realidad es que solo ellos, los que gobiernan son los que marcan las diferencias, y son ellos, los totalitarios, los verdaderos explotadores. Solo ellos acumulan riquezas robando al pueblo. Ellos crean crisis económicas por falta de capacidad y hasta conveniencia. Y ellos son los que crean las perniciosas clases en la sociedad: la clase que ellos disfrutan con sus privilegios a costilla de sudor y sangre de los pueblos, mientras los pueblos viven en el abandono, fabricando mendigos, en la falta de dignidad humana.
¡La propiedad privada es sinónimo de libertad, es la libertad misma! La propiedad privada es la autonomía que necesitamos para tomar decisiones sobre nuestros propios bienes. Es la dignidad humana que te garantiza sustento y bienestar teniendo el control de tus propios recursos. Es la que permite el desarrollo económico y el progreso en sociedad. Es la que da estabilidad social y seguridad jurídica. Y por último, nos motiva a ser ciudadanos responsables.
Los nazis usaron políticas socialistas, iniciaron una guerra contra la propiedad privada, los derechos de propiedad fueran severamente restringidos por el nacionalsocialismo en nombre del bienestar público. ¿Qué diferencia hay con las políticas que manejan los dictadores y operadores de los Evos-Arces, Maduros, Castro-Canel y Ortegas?
Respetemos el pacto de San José en su artículo 21. Respetemos la Declaración de los Derechos del Hombre y el Ciudadano de 1789. Respetemos, practiquemos y promovamos el artículo 17 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
No tengamos miedo a que nos etiqueten, a contar la historia, a defender nuestros derechos fundamentales. Recordemos a Karl Marx cuando dijo: “La teoría del comunismo puede ser resumida en una frase: abolir toda la propiedad privada”.
Concluyo, querido lector, con lo que comencé: “No teniendo nada”, ¿realmente seremos felices?
*Texto expuesto por su autora en el Foro La Propiedad es un Derecho, organizado por el InterAmerican Institute for Democracy en la Universidad Internacional de la Florida (FIU). Eva Sara Landau es presidente de Global Human Rights League (GHRL). Trabajó en organizaciones de Florida en pro de la libertad y la democracia desde el 2007. Hoy colabora con instituciones de derechos humanos en Las Vegas, Perú, Argentina, Mexico y Nicaragua. Ha realizado estudios de derechos humanos en las universidades de Harvard, Stanford y London University. También ha sido capacitada por el Instituto de Diplomacia y Derechos Humanos de los Estados Unidos.
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