Karl Marx pretendió que el filósofo debe querer cambiar al mundo, transformarlo. Siguiendo esta actitud, millones de “profesores” actuales mantienen ideas elevadas, que hacen aterrizar con velocidad de guillotina. Se ven en el papel de sumos sacerdotes, cuando menos de iniciados e intérpretes, pero en los hechos han resultado los verdugos de Occidente
El amor en tiempos del Covid 19 y los zombis tecnotrónicos
La promiscuidad es un herbicida en el rosal que es el amor de pareja. Pretender demoler y convertir en negativo el mito del príncipe y la princesa que se buscan y reproducen en un tercero
Bogaciones04 de agosto de 2023 Andrés R. RodríguezAsistimos hoy a un ataque por todos los ángulos contra la civilización occidental enfocado en la destrucción familia y muy específicamente en el amor de pareja y el filial, que estuvieron hasta ahora enfocados en seleccionar un parental fuerte y darle calor de hogar a la indefensa cría humana. Con ello crecimos, nos hicimos humanos, siendo los mamíferos que mayor cuidado dan a su prole, el infante más desvalido entre todos los vertebrados.
Hoy ciertas tendencias sociales pretenden sustituir al ser humano integral con un zombi tecnotrónico, desmembrado robot HP (Hexlet Packard). Dicen numerosos siquiatras, psicólogos, sociólogos y otros profesionales con estudios de postgrado en la universidad Alicia en el pais de las maravillas, que el enfoque de cada individuo no debe ser la reproducción, sino un “amor” hallado en internet, la promiscuidad hippie, el sexo grupal, de fricción-ficción y drogas. Menuda propuesta científica y filosófica.
En fin, ya habitamos un Bravo Mundo. Las entidades biológicas tienden a ser viables cuando el número de individuos que se incorporan a una población (nacimientos, reclutas, progenie, brotes, plántulas) es mayor que el de muertes o emigración (enfermedad, mortalidad). En ese caso se dice que tienen un buen potencial biótico.
No es extraño entonces que desde el inicio del proceso civilizatorio, e históricamente las leyes morales humanas, hayan sido seleccionadas para favorecer los comportamientos y mortalidades que refuerzan los linajes, favoreciendo la selección como parentales de los más aptos, a la vez evitando la promiscuidad y transmisión de enfermedades y epidemias.
Esos comportamientos y moralidades, a veces tomaron por senderos escabrosos o enyerbados, pero al final nos hicieron sociedades más viables y sostenibles y más y mejores seres humanos. Ética, moral y comportamiento social no son adornos o caprichos, tienen razones basales. Se trata de sostenibilidad, esa palabrita con la que tantos académicos viajan por el mundo a teorizar.
La educación debe ser para SER. Ser siendo. La moral no es estarnos preocupando con quien duerme con la vecina o que hace un individuo con su cuerpo. Se trata de pura viabilidad y sostenibilidad de los grupos humanos, de la especie Homo sapiens a la larga.
Una serie de intelectuales y académicos (como Marx, Engels, Sartre y su “novia” Simone de Beauvoir, Foucault, Derrida y otros) que han disfrutado de consideraciones especiales en sociedades industrializadas, nos han ido inculcando una serie de ideas “alternativas” y conduciendo a una “moderna” moralidad gelatinosa, un pensamiento Alicia en el país de las maravillas que no se preocupa por sostenibilidad alguna, aparte de cierta fama artificialmente inflada de alguno de ellos.
No pocos de ellos, aprovechándose de la riqueza y permisividad de sociedades industrializadas occidentales, nos han inculcado “ideas” estupidizantes, que provocan transmisión de enfermedades, epidemias desestructuradoras de la cultura y la civilización. No tienen contacto con el mundo real. Sus propuestas son irracionales, una serie de asertos incoherentes e incomprobables con métodos científicos. Se basan en robar cámara, gritería, chusmería, vanidad y lentejuelas.
La cultura occidental ha ingerido esta información intoxicante y, como no la ha regurgitado, su salud se resiente. En nombre de la justicia social grupos de intereses con agendas ocultas han ido convirtiendo a Occidente en insostenible e inviable. Los sistemas educativos nos han traicionado. Y el descenso del empuje civilizatorio eurocentrista deja espacio para la emergencia de las culturas orientales colectivizantes, machistas islámicas o tribales africanas.
Eso no les preocupa a seguidores de Sartre o Foucault. Los intelectuales que participan en esta piñata, lo hacen con total irresponsabilidad y con muy poco rigor científico, aunque se disfrecen con toga y birrete, con serpentinas y lentejuelas, con intrigas y agendas ocultas.
Lo han hecho destruyendo a la familia como núcleo social, provocando una ruptura en la columna vertebral del cuerpo social. ¿Era ese su objetivo? ¿Esto es parte de un desmontaje de la cultura occidental? No me uno a teorías conspirativas, pero no dejo de constatar que, si escarbamos un poco, notaremos que no se trata de algo casual.
Estos planteamientos desmoralizantes se reflejan en un evidente y acentuado desmembramiento social de occidente, el descenso acentuado de la natalidad de las poblaciones de los países donde han prosperado estas ideas y el aumento de las poblaciones donde no se aplican estas estupideces. La moralidad que proponen se contrapone a esenciales principios biológicos de supervivencia de la especie y en especial, de la muy exitosa cultura europea. También ello se refleja en el envejecimiento de las poblaciones de Europa, USA, Japón y en el rechazo de las nuevas generaciones a tener descendencia.
Por otro lado, una sociedad compuesta de individuos idénticos es un contrasentido. La igualdad de tabla rasa como meta social, solo se le puede ocurrir a envidiosos enfermizos. Sin embargo, muchos catedráticos ex-hippies y poetas inflados, llaman AMOR hoy a ciertos comportamientos trashumamos. Impulsan a la juventud actual a normalizar el homosexualismo, a practicar el aborto como un método anticonceptivo, y participar en desenfrenos tales como asistir a fiestas para drogarse y tener sexo grupal y bisexual. Dejan a esa juventud sin el mito de existir en otro, la convierten en zombis hambrientos de soma.
La promiscuidad es un herbicida en el rosal que es el amor de pareja. Pretender demoler y convertir en negativo el mito del príncipe y la princesa que se buscan y reproducen en un tercero. Esto es: el príncipe representa la selección del espermatozoide subiendo por las Trompas de Falopio, solo llegan los más enérgicos e insemina SOLO UNO. Entre los espermatozoides, no hay igualdad. Su carrera falopiana es un método discriminatorio y selectivo-cósmico de los más viables.
Occidente y su cultura se vendrían abajo si se elimina la discriminación para seleccionar pareja y se instauran formas indiscriminadas, promiscuas e inestables de sexo y reproducción. Sería muy destructor del cuerpo social el azar dominando encuentros improvisados, selectividad electrónica, rediseño hormonal, matrimonio por grupo, relaciones poliamorosas, sexo reducido a meras fricciones anales o vaginales, efímeras y medicadas.
Se trata de suplantar todas las leyes y reglas, tanto las que podemos vislumbrar de la naturaleza como que han ido proponiendo las religiones más estabilizadoras, en mi criterio la cristiana y la budista. Han sido destiladas por siglos como sabiduria, sin embargo, viene un catedrático hippie o un marxista consciente o inconsciente, a desmontarla a golpe de paper.
Malamente, somos víctimas de propuestas e ideas despeinadas, que parecen más de bar sin intelecto que de academia. Han surgido principalmente desde intelectuales y académicos de humanidades, de dudosa precision y moralidad, escasa cordura y objetividad biológica-científica. En los hechos, presentan una batalla sin cuartel a la realidad geológica, biológica e histórica, contraponiéndola a su realidad caprichosa, enfermiza e inviable. Pure
wishful thinking.
*Andrés R. Rodríguez es un investigador, biólogo, profesor y escritor cubano exiliado en Estados Unidos. Su más reciente libro es Involución. Otros de sus títulos son: "Havana 500 Anniversary”, "Caribbean Touristic Dictionary”, "Destellos al Alba”, "Lista de nombres comunes y científicos de peces marinos cubanos", "Peces marinos importantes de Cuba", "Ecología actual, conceptos fundamentales”, "Maritime Dictionary”, "Fábulas vivas", "Colonial Havana˗Trinidad”, "Ecología para Ecoturismo" y "La verdad es llama”.
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