
Durante años, el General y el reguetón fueron la encarnación de la música que me resultaba insoportable. Pero eso fue hasta que llegó el llamado reparto
Ya no deberían asombrar las evasivas, zorrerías, circunloquios y pendejadas de los artistas cubanos que, en el exterior, en lo que respecta al régimen castrista dicen ser apolíticos, pero que se prestan gustosos a participar en cuanto guateque y pachanga oficialista son convocados cuando están en Cuba
CubaLibre21/03/2024 Luis CinoEl reguetonero Jorge Junior, director del grupo Los Cuatro, residente desde hace años en Miami, se enredó en una maraña de ambigüedad cuando el youtuber Papel Encara le preguntó si en Cuba hay una dictadura.
Nervioso, con una voz entrecortada que en nada recuerda a la que emplea para sus tiraderas, Jorge Junior intentó definir qué es una dictadura, pero como parece que las características que alegó no le resultaron suficientemente malas, terminó con una conclusión que pudo haber sido dictada por Salomón y mal traducida por Tres Patines: “Yo no hablo de lo que no sé. Lo que sí sé es que hay muchos errores, hay muchas cosas que no están bien hechas ni bien pensadas por el gobierno y que están afectando al pueblo”.
Vamos, Jorge Junior, te pasaste de prudente: eso casi que lo pueden decir Michel Torres y sus adláteres del programa Con filo, o algún periodista atrevido de un periódico provincial o hasta del mismísimo Granma.
¿Sería, ya que se metió en definiciones, que a Jorge Junior decir “dictadura” le pareció insuficiente, por el sentido provisional y para situaciones de emergencia que se le daba al término en Roma antes del tiempo de los César, y hubiera preferido darle al castrismo el calificativo de “tiranía”?
No, eso sería esperar demasiado de las neuronas de un reguetonero para el que dictadura fue la de Hitler, si es que sabe quién fue Hitler. Y ni hablar de su valentía. ¿Cómo va a enojar Jorge Junior a los mandamases que lo pueden castigar impidiéndole venir a Cuba, a recholatear y presumir de su dinero y la pacotilla, como ha hecho su coleguita El Micha (quien declaró en una entrevista que le quitaron la leche de los niños, pero Cuba ahora está mejor)?
Quienes se fueron de su país por motivos que siempre, de un modo u otro, van a parar a la política, bien valdría la pena que, si viene al caso, hablen claro y dejen los subterfugios.
De tan frecuentes, ya no deberían asombrar las evasivas, zorrerías, circunloquios y pendejadas de los artistas cubanos que, en el exterior, en lo que respecta al régimen castrista dicen ser apolíticos, pero que se prestan gustosos a participar en cuanto guateque y pachanga oficialista son convocados cuando están en Cuba.
No es que uno apruebe y aspire a que los artistas cubanos tengan que pasarse la vida haciendo declaraciones políticas, ni que en cuanto pongan un pie fuera de Cuba, precisados por youtubers e influencers en plan de inquisidores que cual cederistas de signo contrario exigen combatividad, tengan que aceptar convertirse en activistas del agit-prop anticastrista. Nada de eso.
Los que estamos en pro de la libertad artística no podemos de ningún modo aprobar que los artistas sean acorralados e interrogados con propósitos políticos. Pero sí podemos esperar de ellos que se comporten con dignidad y que se den a respetar.
Los artistas están en su derecho a no hablar de política. Es más, se les agradece que no hablen si lo que van a hablar es mierda. Y peor aún, si luego van a rectificar y pedir perdón, aquí en La Habana o allá en Miami, por lo que dijeron.
Jorge Junior es mejor que desista de ser politólogo. Puede seguir en su tiradera contra sus colegas, sin molestar al régimen, recaudando dólares de los aseres recién llegados a Miami que de su pasado solo dejaron atrás la libreta de abastecimiento y el carnet de identidad.
Reguetoneros y reparteros, ya hay bastantes en la tiradera contra la dictadura. Tantos, que, parafraseando aquella vieja consigna castrista referida al Movimiento de la Nueva Trova, se pudiera afirmar hoy que “el reguetón es un arma de la contrarrevolución”.
Publicado originalmente en Cubanet. Luis Cino Álvarez reside en Arroyo Naranjo, Cuba, y a pesar de la represión desde 1998 ejerce el periodismo independiente. Entre 2002 y la Primavera Negra de 2003 perteneció al consejo de redacción de la revista De Cuba. Fue subdirector de Primavera Digital. Es colaborador de CubaNet desde hace 20 años. Trabajó como profesor de inglés, en la construcción y la agricultura. Sueña con poder dedicarse por entero y libre a escribir narrativa. Le apasionan los buenos libros, el mar, el jazz y los blues.
Durante años, el General y el reguetón fueron la encarnación de la música que me resultaba insoportable. Pero eso fue hasta que llegó el llamado reparto
¿Será que la gratitud por dádivas concedidas hace décadas es un cheque en blanco extendido a sus amos, para tener que aguantarles, sin chistar y aplaudiendo, todo lo malo que han hecho después y que es cada vez peor?
A partir de aquel tiempo de ansias y esperanzas, que finalmente se vieron frustradas, Cuba y los cubanos ya no fueron los mismos
La Carta de los Diez significó el primero y mayor de los retos por parte de intelectuales que ha tenido que enfrentar la dictadura castrista. Los firmantes de la declaración fueron sometidos a todo tipo de represalias y acosos. Pero lo peor recayó sobre María Elena Cruz Varela
Luego de seis décadas de cultura domeñada, censuras y prohibiciones, los testaferros intelectuales del castrismo se han dado a la tarea de reinterpretar las Palabras a los Intelectuales para mostrar que la ordenanza del Máximo Líder dejaba bastante campo a la creación artística, siempre que fuera “dentro de la Revolución”
No responde a principios humanitarios, sino a una afinidad estratégica basada en la enemistad común con Estados Unidos y el aislamiento internacional
Con aquellos noticieros de catecismo, para nada sutiles, pretendían adoctrinarnos e inculcarnos la visión que le convenía al castrismo
Es probable que la inédita protesta estudiantil en Cuba no consiga sus objetivos. Pero, pase lo que pase, se ha sentado un precedente muy peligroso para la dictadura
Los sucesos del 11J podríamos definirlos como auténticamente contrarrevolucionarios. Y los son porque escapan a esos obligatorios relatos genésicos que suponen la Revolución cubana, a estas alturas un doble espectral que se invoca como consigna
¿Será que la gratitud por dádivas concedidas hace décadas es un cheque en blanco extendido a sus amos, para tener que aguantarles, sin chistar y aplaudiendo, todo lo malo que han hecho después y que es cada vez peor?
Este factor evalúa cuán eficaz es la justicia penal de un país, tomando en cuenta que se trata de un mecanismo para reparar agravios y entablar acciones legales contra las personas por delitos contra la sociedad
El mandato de silencio, justificado bajo la falacia de la intemporalidad política, ha inoculado la sospecha y la autocensura como prerrequisitos de supervivencia intelectual
En enero de 2016, para el rodaje de un documental de History Channel, Ozzy Osbourne estuvo seis días en La Habana
Durante años, el General y el reguetón fueron la encarnación de la música que me resultaba insoportable. Pero eso fue hasta que llegó el llamado reparto
Si hay cese del fuego, su futuro va a estar marcado por la convocatoria a elecciones, y sería importante para él seguir en detalle lo que hoy está pasando en la política interna de EEUU
Cuando ya no hubo peligro de que tiraran botellas, macetas o ladrillos, porque hasta los balcones y las azoteas de media Centro Habana estaban tomados por los represores, el Comandante se paseó orondo por el Malecón, para que sus aduladores crearan otro de sus mitos
A la entrada de aquellos recónditos campamentos, rodeados por alambradas de púas y vigilados por guardias con armas largas, letreros reminiscentes del que hubo en Aushwitz, proclamaban: “El trabajo os hará hombres”
Lo que está pasando en Colombia no es un asunto local, incumbe a las Américas y al mundo libre