![Captura de pantalla 2025-01-10 a la(s) 9.04.32 a.m.](/download/multimedia.normal.9bc1b5d3799afa6a.Q2FwdHVyYSBkZSBwYW50YWxsYSAyMDI1LTAxLTEwIGFfbm9ybWFsLndlYnA%3D.webp)
Los mandamases de la continuidad postfidelista, ni remotamente poseen la erudición de los mandarines confucianos de la dinastía Ming, pero de bobos no tienen un pelo. De ahí que aunque hayan arruinado al país y sumido a los cubanos en un purgatorio de hambre y apagones, se mantengan, como lapas, aferrados al poder