
Se ha creado entre los cubanos una cultura de la subsistencia en la que vale todo y que entraña el riesgo de degenerarnos como pueblo
Paquito de Cuba, que se autodefine como “martiano, comunista y gay”, no tiene límites para la sumisión, el oportunismo y la desvergüenza
CubaLibre03/04/2025 Luis CinoEl anuncio del restablecimiento de las labores en Radio Martí a partir de este 26 de marzo le aguó la fiesta a Francisco Rodríguez Cruz, más conocido como Paquito de Cuba, vicepresidente de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC) y diputado de la Asamblea Nacional del Poder Popular, que fue uno de los voceros del régimen que más regocijo mostró al dar por anticipado el fin de “la emisora del enemigo”.
Paquito de Cuba también se congratuló en las redes sociales por la crisis y alta de fondos de los medios alternativos y cargó burlonamente contra los periodistas independientes a los que no considera como tales, sino como “mercenarios y parte de la industria de la contrarrevolución”.
Las opiniones que tenga Paquito de Cuba sobre los comunicadores que ejercemos nuestro trabajo fuera del control del Estado-Partido-Gobierno son lo de menos: estamos acostumbrados a los ataques y difamaciones de los cotorrones del régimen. Lo peor es que Paquito aseguró nada más y nada menos que la prensa oficialista en Cuba es “independiente de cualquier facción política”.
¡Imagínense hacer tal afirmación en un país donde el principal periódico, Granma, es el órgano oficial del Comité Central del Partido Comunista, y los demás, con contenidos idénticos, responden a las llamadas “organizaciones de masas”, que son las correas de transmisión de las ordenanzas del gobernante partido único!
¡Apretó Paquito de Cuba! ¿Estaría bajo los efectos del químico? Su jefe inmediato superior, Ricardo Ronquillo, el presidente de la UPEC, debería advertirle a Paquito que no hay que exagerar con los elogios a la prensa oficial, todavía enfrascada en la tarea, tan inacabable como la de Penélope, de “hacer un periodismo que se aparte del triunfalismo y se parezca más al país real”.
Paquito, desbocado en su servil apoyo al régimen, debe pensar que antes que, a él por sus despropósitos, como el del apoliticismo e independencia de la prensa oficial, a los que deben jalar las orejas los mandamases es a personas como el cantautor Silvio Rodríguez, a quien recientemente advirtió que cualquier crítica, al ser dicha por él, adquiere “relevancia y connotaciones válidas”.
Paquito de Cuba, que se autodefine como “martiano, comunista y gay”, no tiene límites para la sumisión, el oportunismo y la desvergüenza. Estrechamente conectado al Centro Nacional de Educación Sexual (CENESEX) y amigo de su directora Mariela Castro, no tiene reparos en pasar por alto la homofobia de estado, los campos de concentración de las UMAP y la persecución contra los homosexuales en las décadas de 1960 y 1970 para afirmar, deshaciéndose en agradecimientos al régimen, que “fue la Revolución la que empoderó e hizo conscientes de sus derechos a los homosexuales”.
Hace unos años, cuando la policía reprimió una marcha de orgullo gay que no había sido autorizada por el CENESEX, dieron asco los pronunciamientos de Paquito de Cuba en el post “La marcha LGTBI independiente u otra herida a cicatrizar”, en su blog, donde justificaba la bestial actuación de los represores alegando que había personas que “tenían la intención de provocar un incidente y no acataron las indicaciones de la policía para poder lograr ante las cámaras el espectáculo que se habían propuesto”, y advertía que “ello nos vuelve a enseñar que las personas LGBTI debemos estar muy claras para que no nos manipulen ni utilicen con fines políticos no solo en contra de la revolución, sino de nuestros propios derechos y conquistas”.
En aquella ocasión, un lector del blog de Paquito, que se identificó como Carlos Yllobre, escribió en su comentario: “Paquito, los ciudadanos cubanos deben y tienen el derecho de expresar libremente lo que piensan y tomar la calle, que es de todos los cubanos, sin que siempre tengan que ser pastoreados por el gobierno, más cuando ese gobierno sistemáticamente niega ese derecho, como mismo tiene tu colectivo el derecho a asistir a esos lugares de encuentro gay a los que tú acostumbras a ir y donde te ha reprimido la policía, como tú has denunciado. ¿Te gustaría que el gobierno también monitoreara, organizara el cómo y dónde vuestro colectivo debe reunirse e incluso la forma como debes meterte una p…?”
Perdónenme la crudeza de la cita, pero Paquito de Cuba se merece que le digan eso y más.
Publicado originalmente en Cubanet.
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