
La primera vez que escuché su nombre fue en los medios de comunicación del régimen de La Habana, controlados por el Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC). Lincoln fue muy odiado por Fidel Castro y sus acólitos
Como sucede en cualquier otro campo humano, la libertad creativa se sostiene en la propiedad privada de los medios de producción. Si los teatros son propiedad estatal, como acontece en Cuba y otras dictaduras socialistas, será el Estado quien decida lo que es arte y lo que no
Autores14 de septiembre de 2024 Hugo BalderramaNo suelo consumir producción audiovisual boliviana, pues la mayoría de los temas tratados en los podcasts son repetitivos y trillados. Pero alguna vez encuentro algo rescatable, por ejemplo, la entrevista que Ramiro Serrano (empresario, humorista y comunicador) tuvo en el programa QD SHOW allá por el 26/09/2021. Invito a ver la totalidad de la charla, son más de 3 horas. Pero para esta nota tomaré la parte donde Serrano habla de la situación de los creadores de humor en la Bolivia de hoy.
Ahora todos se ofenden de todo. El homosexual se ofende, la feminista se ofende, el cura se ofende, el negrito se ofende, el indio se ofende, el político se ofende, hasta te cierra el canal. No hay caso de hacer humor con la libertad que antes se hacía. El humor es humor. Antes el político se reía con nosotros.
Ese antes al que Ramiro Serrano se refiere es, concretamente, la década del 90, época donde sus programas Cabo de risa y Esta boca es mía rompieron récords de audiencia en toda Bolivia. No obstante, ese país con democracia, libertad económica y apertura a la creatividad artística terminó ese fatídico octubre de 2003.
Evo Morales y otros caudillos alineados al Socialismo del Siglo XXI resultaron más intolerantes y tiranos que cualquier rey de la antigüedad. De hecho, Napoleón III y los monarcas europeos, en general, se reían a gusto contemplando comedias que les ponían como chupa de dómine. El censor de los teatros británicos de la época victoriana, el lord Chamberlain, no obstaculizó la representación de las revistas de Gilbert y Sullivan que satirizaban las venerables instituciones amparadoras de la no escrita constitución inglesa.
Penosamente, ahora nadie puede usar un escenario para hablar de la economía, la corrupción estatal, la deficiencia de los servicios de salud o el bajo nivel educativo, cualquier broma en alusión a esas realidades es motivo de, en el mejor de los casos, condena social y, en el peor, procesos legales, incluso arrestos sin órdenes judiciales como le tocó pasar al humorista cochabambino, Raúl Cuenca.
Como sucede en cualquier otro campo humano, la libertad creativa se sostiene en la propiedad privada de los medios de producción. Si los teatros son propiedad estatal, como acontece en Cuba y otras dictaduras socialistas, será el Estado quien decida lo que es arte y lo que no. Los jefazos serán quienes autoricen guiones, obras y escenas. Por ende, cuando más cerca se encuentre un país del socialismo, más censura tendrá. Por ejemplo, hoy, agosto 2024, es casi imposible que una compañía de humor se atreva a burlarse de Arce Catacora o Evo Morales.
Todo lo anterior es una señal de la ruta totalitaria en la que se encuentra Bolivia, ya que lo único que tiene permitido el teatro es caerle bien a los mandamases y dictadores. Y eso no es comedia, tampoco arte; son relaciones públicas. Empero, nobleza obliga a reconocer que toda la censura y represiones son, en gran medida, culpa de los propios artistas, puesto que, en su afán de exigir un Estado financiador del arte, acaban cediendo la libertad creativa a cambio de unos pesos.
Los defensores del financiamiento público del arte parecen estar inconscientes de este peligro cuando elogian el papel de los fondos fiscales como sello de calidad para los artistas. Sin embargo, como dice el refrán popular: «El que paga la banda impone las cuecas». Ergo, no se quejen cuando sus guiones tengan que ser revisados, validados y aprobados por un comisario del pensamiento. Al respecto, David Boaz, académico asociado al Instituto Cato, en su artículo: La separación del arte y el Estado, afirma que:
"El Estado implica la organización de la coerción. En una sociedad libre la coerción debería reservarse únicamente para funciones esenciales del Estado como la protección de los derechos y el castigo de los criminales. Las personas no deberían ser forzadas a contribuir dinero a esfuerzos artísticos que no necesariamente apoyan, ni los artistas deberían ser forzados a limitar su horizonte para complacer los estándares del Estado".
]A manera de cierre, soy amante del arte, vengo de familia de músicos, precisamente, por eso estoy convencido que lo mejor que puede suceder es separar el arte del Estado. Es hora de que los artistas le pierdan el miedo al capitalismo, que es un sistema fabuloso para desarrollar los talentos.
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No había un solo asesor principal de Clinton que apoyaba las sanciones contra la dictadura cubana, y Clinton pronto comenzó una serie de "obsequios" unilaterales a Castro, ocultos en el lenguaje de la política de "pueblo a pueblo". En consecuencia, me enfoqué en la necesidad de quitarle el embargo al Presidente de Estados Unidos y ponerlo dentro de los parámetros de la ley de Estados Unidos a través de legislación
Es una pena que mientras las naciones del mundo, incluida una gran parte de África, está buscando como mejorar la competitividad de sus economías, nuestros países todavía sigan de rehenes de una recua de hampones
En tres generaciones, los nativos americanos ya eran sacerdotes, profesores, políticos e historiadores, jamás se los trató mal, menos se practicó un genocidio. Además, el sentido de pertenencia a España era tan fuerte que durante las conspiraciones contra la corona que Simón Bolívar y otros organizaron, mal llamados Procesos Independentistas, los nativos pelearon a favor del Rey
El caos total llega cuando son el 80% o más: se establece un control absoluto del islam sobre la sociedad, eliminando toda forma de disidencia, respeto a los derechos humanos y libertad individual como ocurre en los países de mayoría musulmana
Esa retorica continuó hasta bien entrados los años 80. Por ejemplo, las notas de prensa del Periódico Granma y los discursos de Fidel Castro enfatizaban en la reducción de la influencia de la economía norteamericana en el mundo
En 1884, a propósito de un notable ensayo del filósofo inglés Herbert Spencer, Martí escribió el artículo “La Futura esclavitud” que publicó en Nueva York. Nos dice muy muy claramente cual es su pensamiento acerca del socialismo, comunismo o colectivismo
Es una pena que mientras las naciones del mundo, incluida una gran parte de África, está buscando como mejorar la competitividad de sus economías, nuestros países todavía sigan de rehenes de una recua de hampones
Las órdenes escritas en Nueva York fueron enviadas por Gonzalo de Quesada desde Key West a La Habana a Juan Gualberto Gómez, quien debía darles curso. Pocos días después Juan Gualberto Gómez ponía el cable convenido, y fijaba la fecha del 24 de febrero para el alzamiento
No había un solo asesor principal de Clinton que apoyaba las sanciones contra la dictadura cubana, y Clinton pronto comenzó una serie de "obsequios" unilaterales a Castro, ocultos en el lenguaje de la política de "pueblo a pueblo". En consecuencia, me enfoqué en la necesidad de quitarle el embargo al Presidente de Estados Unidos y ponerlo dentro de los parámetros de la ley de Estados Unidos a través de legislación
La primera vez que escuché su nombre fue en los medios de comunicación del régimen de La Habana, controlados por el Comité Central del Partido Comunista de Cuba (PCC). Lincoln fue muy odiado por Fidel Castro y sus acólitos