
Desde este 23 de septiembre, en la galería de Copper Bridge Foundation de Miami, el pintor cubano Felipe Alarcón Echenique expone piezas que dialogan con la memoria, los gritos y susurros de una Habana neocubista con sello propio
Como sucede en cualquier otro campo humano, la libertad creativa se sostiene en la propiedad privada de los medios de producción. Si los teatros son propiedad estatal, como acontece en Cuba y otras dictaduras socialistas, será el Estado quien decida lo que es arte y lo que no
Autores14/09/2024 Hugo BalderramaNo suelo consumir producción audiovisual boliviana, pues la mayoría de los temas tratados en los podcasts son repetitivos y trillados. Pero alguna vez encuentro algo rescatable, por ejemplo, la entrevista que Ramiro Serrano (empresario, humorista y comunicador) tuvo en el programa QD SHOW allá por el 26/09/2021. Invito a ver la totalidad de la charla, son más de 3 horas. Pero para esta nota tomaré la parte donde Serrano habla de la situación de los creadores de humor en la Bolivia de hoy.
Ahora todos se ofenden de todo. El homosexual se ofende, la feminista se ofende, el cura se ofende, el negrito se ofende, el indio se ofende, el político se ofende, hasta te cierra el canal. No hay caso de hacer humor con la libertad que antes se hacía. El humor es humor. Antes el político se reía con nosotros.
Ese antes al que Ramiro Serrano se refiere es, concretamente, la década del 90, época donde sus programas Cabo de risa y Esta boca es mía rompieron récords de audiencia en toda Bolivia. No obstante, ese país con democracia, libertad económica y apertura a la creatividad artística terminó ese fatídico octubre de 2003.
Evo Morales y otros caudillos alineados al Socialismo del Siglo XXI resultaron más intolerantes y tiranos que cualquier rey de la antigüedad. De hecho, Napoleón III y los monarcas europeos, en general, se reían a gusto contemplando comedias que les ponían como chupa de dómine. El censor de los teatros británicos de la época victoriana, el lord Chamberlain, no obstaculizó la representación de las revistas de Gilbert y Sullivan que satirizaban las venerables instituciones amparadoras de la no escrita constitución inglesa.
Penosamente, ahora nadie puede usar un escenario para hablar de la economía, la corrupción estatal, la deficiencia de los servicios de salud o el bajo nivel educativo, cualquier broma en alusión a esas realidades es motivo de, en el mejor de los casos, condena social y, en el peor, procesos legales, incluso arrestos sin órdenes judiciales como le tocó pasar al humorista cochabambino, Raúl Cuenca.
Como sucede en cualquier otro campo humano, la libertad creativa se sostiene en la propiedad privada de los medios de producción. Si los teatros son propiedad estatal, como acontece en Cuba y otras dictaduras socialistas, será el Estado quien decida lo que es arte y lo que no. Los jefazos serán quienes autoricen guiones, obras y escenas. Por ende, cuando más cerca se encuentre un país del socialismo, más censura tendrá. Por ejemplo, hoy, agosto 2024, es casi imposible que una compañía de humor se atreva a burlarse de Arce Catacora o Evo Morales.
Todo lo anterior es una señal de la ruta totalitaria en la que se encuentra Bolivia, ya que lo único que tiene permitido el teatro es caerle bien a los mandamases y dictadores. Y eso no es comedia, tampoco arte; son relaciones públicas. Empero, nobleza obliga a reconocer que toda la censura y represiones son, en gran medida, culpa de los propios artistas, puesto que, en su afán de exigir un Estado financiador del arte, acaban cediendo la libertad creativa a cambio de unos pesos.
Los defensores del financiamiento público del arte parecen estar inconscientes de este peligro cuando elogian el papel de los fondos fiscales como sello de calidad para los artistas. Sin embargo, como dice el refrán popular: «El que paga la banda impone las cuecas». Ergo, no se quejen cuando sus guiones tengan que ser revisados, validados y aprobados por un comisario del pensamiento. Al respecto, David Boaz, académico asociado al Instituto Cato, en su artículo: La separación del arte y el Estado, afirma que:
"El Estado implica la organización de la coerción. En una sociedad libre la coerción debería reservarse únicamente para funciones esenciales del Estado como la protección de los derechos y el castigo de los criminales. Las personas no deberían ser forzadas a contribuir dinero a esfuerzos artísticos que no necesariamente apoyan, ni los artistas deberían ser forzados a limitar su horizonte para complacer los estándares del Estado".
]A manera de cierre, soy amante del arte, vengo de familia de músicos, precisamente, por eso estoy convencido que lo mejor que puede suceder es separar el arte del Estado. Es hora de que los artistas le pierdan el miedo al capitalismo, que es un sistema fabuloso para desarrollar los talentos.
Desde este 23 de septiembre, en la galería de Copper Bridge Foundation de Miami, el pintor cubano Felipe Alarcón Echenique expone piezas que dialogan con la memoria, los gritos y susurros de una Habana neocubista con sello propio
Una vez consolidado el golpe de Estado, Carlos Mesa, quien fue presidente producto de su deslealtad a Sánchez de Lozada y sus acuerdos oscuros con los golpistas, empezó el proceso de desinstitucionalización del país
¿Por qué la izquierda intenta borrar de la historia de los pueblos los aportes del cristianismo, en especial, de la tradición católica, a la construcción de su identidad?
Opinión de Sayde Chaling-Chong García, presidente de la Alianza Iberoamericana Europea Contra el Comunismo (AIECC)
Después de la caída de las torres se ha hecho muy difícil rodar en las calles neoyorquinas sin permiso. Esto nos costó ser arrestados en cierto momento que vieron a uno de los actores con una pistola plástica, para una escena que ni siquiera terminó en la película...
La desfachatez puede tener su encanto, el encanto de la persona “dura”, sin límites, capaz de lograr lo que quiere a cualquier precio… pero es un encanto a corto plazo
Ahora en Bolivia la tragedia consiste en un país con democracia que el año 2003 avanzaba en el camino del desarrollo sostenible ha sido llevado a la miseria bajo la narrativa del socialismo del siglo 21, convertido en una dictadura satélite de Cuba y Venezuela
Hombre renacentista, además del arte y la arquitectura, le fascinaba la poesía. Escribió en varias revistas como Verbum, Espuela de Plata, Nadie Parecía, Orígenes, y con la ayuda de José Lezama Lima, en 1940 publicó un libro de poemas
Opinión de Sayde Chaling-Chong García, presidente de la Alianza Iberoamericana Europea Contra el Comunismo (AIECC)
Se ha hecho más evidente el derrotismo y la impotencia luego de la brutal represión de las protestas de los días 11 y 12 de julio de 2021, los más de 1.000 manifestantes encarcelados y las leyes contra el disenso
¿Por qué la izquierda intenta borrar de la historia de los pueblos los aportes del cristianismo, en especial, de la tradición católica, a la construcción de su identidad?
El momento es histórico, porque trae la situación y las soluciones posibles dentro de un plano local, no internacional, que creo permitirá a las partes involucradas llegar a acuerdos con los que puedan convivir y disfrutar los beneficios que la paz ofrece
Se iniciaba así una luna de miel que se concretaría con un millonario subsidio tras la entrada de Cuba en el Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME) en 1972, lo que logró paliar los desastrosos resultados de la Zafra de los 10 Millones
Ella sabe de cruz y sabe de exilio, está con nosotros, con los de dentro y con los de fuera, y eso basta
Esta perseverancia es el gran legado de nuestros libertadores. Lo más grande de ellos no es que murieron por Cuba, sino que todos vivieron por Cuba, que fueron más fuertes que el tiempo
Una vez consolidado el golpe de Estado, Carlos Mesa, quien fue presidente producto de su deslealtad a Sánchez de Lozada y sus acuerdos oscuros con los golpistas, empezó el proceso de desinstitucionalización del país
Desde este 23 de septiembre, en la galería de Copper Bridge Foundation de Miami, el pintor cubano Felipe Alarcón Echenique expone piezas que dialogan con la memoria, los gritos y susurros de una Habana neocubista con sello propio