Teatro Obstáculo: odisea conceptual, Hamlet Homeless y cumpleaños 40

"Me tocará desaparecer pero donde quiera que esté sabré qué pasa y estaré al tanto. Estaré lejos pero siempre cerca. Afuera pero siempre adentro"

Letras02 de febrero de 2025Luis Leonel LeonLuis Leonel Leon
Captura de pantalla 2025-02-02 a la(s) 10.47.57 a.m.
Escena de la obra "Cuba material". Fotografía de Pedro Portal

Los cumpleaños no siempre nos sorprenden y nos llevan, a la par, a la reflexión y el íntimo abrazo de ese viaje que, más allá del placer y la memoria, son o deberían ser. 

Teatro Obstáculo, fundado por el dramaturgo, director y pintor cubano Víctor Varela, es y ha sido una travesía hacia adentro: de ahí la profundidad de sus textos, puestas en escena e interpretaciones actorales, que durante 4 décadas han pasado a una velocidad esencialmente dramática, imponiéndose a los obstáculos de la tragedia y la comedia, del grito y el silencio, del vacío y el infinito parque de ideas que es la creación y que, en definitiva, es la vida, a pesar de los giros y festines de la decadencia, aunque a veces no lo comprendamos. 

Teatro Obstáculo es, a la vez, una leyenda viviente, surgida y alimentada para bien desde que Varela creó ese ícono que sigue siendo La cuarta pared. Teatro Obstáculo es, sin duda alguna, uno de los grupos y conceptos más singulares, coherentes y comprometidos con la exploración de nuestra existencia, de la realidad, lo intangible, la historia y los anhelos, desde un teatro innovador. Y es también, irremediablemente, un retrato interior de la tragedia del ser cubano y de la nación que sobrepasa a la isla. 

El 2 de febrero de 1985 nació en La Habana Teatro Obstáculo (en una primera etapa se llamó Teatro del Obstáculo). Cuando Cuba aún vivía de las subvenciones de la URSS y el bloque comunista de Europa del Este, Víctor Varela decidió armar su propia sala de teatro en la capital de la isla totalitaria. Había vaciado la sala de su vivienda y trabajaba en un espacio de sólo un metro cuadrado por actor y recibiendo sólo a 8 espectadores por noche. Varela recuerda que muy pronto, "lo que ocurre de manera desinteresada y clandestina en un apartamento del Vedado se convierte en un suceso nacional e internacional". 
 
En 1991 Teatro Obstáculo logra tener una sede en los bajos de una enigmática logia masónica de La Habana, ubicada en la esquina de Ayestarán y 20 de mayo. Fue entonces cuando Teatro Obstáculo, según el testimonio de su creador, "se desmarginaliza parcialmente dejando atrás los bajos del apartamento de Calzada entre E y F para establecer un centro de innovación teatral que modifica tanto la manera de hacer teatro, como su resultado estético y el modo de aproximarse al público. El cambio de lugar y de estatus lejos de permitir la asimilación del grupo como se lo proponían las autoridades involucradas, aumenta la distancia y hace evidente la incompatibilidad total entre las políticas culturales cubanas y la manera de sentir el arte y la política del colectivo teatral", relata Varela.  

Sobre el concepto primigenio, que ha marcado la línea del grupo, Varela reconoce que siempre el foco ha estado "en el estudio de los elementos formales y conceptuales del teatro, su práctica parte del riesgo con el objeto de favorecer la innovación teatral y la renovación del lenguaje del teatro en todos los campos" y enfatiza que "el obstáculo no solo es la materia prima con la que este teatro marca la diferencia con otras formas de teatro a través de la historia, también es el soporte que justifica su existencia y el catalizador que le permite una praxis única, sui generis". 

OBRA JULIO LORENTE - ''Incredulidad" (2024) óleo:lienzo, 60 X 50 CMEl éxodo como thelos

Teatro Obstáculo no es sólo un grupo para crear espectáculos como ha ocurrido con la inmensa mayoría de los proyectos teatrales a lo largo de la historia. Teatro Obstáculo nace, además del interés teatral, de la investigación, de la búsqueda de conceptualización, del saber que el ser humano necesita discernir aunque jamás tendrá todas las respuestas, siquiera todas las preguntas. Y ese ánima ha permanecido en su sangre teatral y filosofal. No es una cuestión espacial o temporal, un producto de las circunstancias, las modas intelectuales o el azar. Tampoco es adolescente rebeldía. Teatro Obstáculo es permanente alquimia. 

Estos 40 años de Teatro Obstáculo, según su fundador y director, se dividen en dos períodos: "El primero abarca de 1985 a 2005 (La Habana, Buenos Aires, Miami), y lo defino como No Representacional y Conceptual, también liminar, intertextual, de la puesta en suspensión del espectáculo y una coautoría celeste, circular, imposible. El Segundo va desde el 2009 hasta la fecha (Nueva York); es Sin Forma y Sin Concepto, no figurativo, de la puesta en colapso y el desgarramiento del espectador, de una coautoría extraviada y sin reciclaje, caótico, sin límites, demasiado real para reconocer la existencia de una realidad otra, previa. Ambos períodos son una Estética de la Dificultad, estética que no se identifica ni con una estética de ruptura ni con una ruptura de la estética", dice Varela en su videoconferencia El cuerpo como voluntad de caer, impartida gracias a Internet para Perséfone Teatro, en La Habana, el 15 de febrero de 2024. 

No pocos proyectos artísticos cubanos han dejado de existir cuando sus miembros han abandonado el país, pero ese no ha sido el caso de Teatro Obstáculo. Y no me sorprende. En 1997 Víctor Varela inicia el camino del exilio y Teatro Obstáculo, lejos de desaparecer, junto con él, "adopta una actitud nómada, itinerante. Con sede en varios países (La Habana 1985–1997, Buenos Aires 1997-2002) Miami 2002-2009 y Nueva York 2009 hasta la actualidad), se sitúa siempre en el más independiente de los lugares posibles para rendirle tributo a un fecundo fuera del sistema, donde la marginalidad se despoja de su estereotipo habitual, para dotarse de una tremenda productividad". Teatro Obstáculo es, entre tanto, "teatro del vértigo, de la aporía, de la estética de la dificultad, su misión es la misma que la de sus orígenes: explorar las posibilidades del teatro como medio. Su confrontación con otras culturas se debe a su vocación por la inseguridad creativa, lo cuál incrementa el trabajo de campo de su poética propia, interesada en problematizar los lugares comunes del teatro para obstaculizar sus relaciones habituales como estrategia de resistencia e invención". 

En El cuerpo como voluntad de caer, Varela se adentra en la interpretación de su propio viaje: "Quien trate de leer al Teatro Obstáculo como una ética, habrá perdido la mitad del juicio. Quien trate de explicarlo como una utopía, se quedará sin pirámide y sin laberinto. Será sin ceremonia. Un manjar, alimento para el grifo, nuestro animal ambivalente, nuestro guardián del logos en reversa, la mascota de nuestros dioses. No nos interesa la ética porque no tenemos ni una sola conducta ejemplarizante que ofrecer. No somos buenos, generalmente nos portamos mal. Detestamos la utopía porque no creemos en la existencia de la felicidad. Todo método de actuación es una metafísica", dice Varela como un Odiseo que, al mismo tiempo y tal vez desde dos dimensiones, es emisor y a la vez quien se mira en el espejo retrovisor del receptor antes y después de que a este llegue el mensaje que siempre ha de completar. 

IMG_7926Revolución cubana: nacer sin historia y vivir sin país

En esa misma conferencia-ensayo, Varela se refiere a Bailemos con Radio Reloj, pieza estrenada en 2022 en Documenta 15, un espectáculo, curiosamente, sin actores: "El Teatro Obstáculo es un teatro para el actor y nunca dejará de serlo, pero la posibilidad de no serlo al menos una vez en la historia nos fascina a todos. Bailemos… dura un minuto. Es un Perturbing Art, forma que, al igual que La Aproximación Artística, ha adoptado el Teatro Obstáculo para dejar a un lado el performance y desmarcarnos del happening, la intervención, así como cualquier otro medio creado fuera de nuestra patria: el vértigo. No hay actor, pero hay teatro; no hay cuerpo, pero hay imagen del tiempo, confluencia de lugares que deberían articularse para provocar un fecundo alboroto, un desorden emancipador: Cuba 1991 y Alemania 2022, isla y exilio, patria y éxodo, desobediencia e imán".  

Venciendo, gracias a Dios, no pocos obstáculos de disímiles naturalezas y en diferentes épocas y contextos, Teatro Obstáculo sigue siendo esa rara avis, esa odisea conceptual y teatral, sin la que el corpus dramatúrgico, no sólo de la isla, estaría incompleto y jamás habría conocido las sorpresas, reflexiones y el íntimo abrazo que es presentar (recuérdese que Varela llama a este periodo el "texto imposible representar" o "periodo no representativo") la búsqueda del sentido de la vida. 

La permanencia y la persistencia de Teatro Obstáculo se debe, en buena medida, a su poderoso concepto. "Hoy es el cumpleaños de Teatro Obstáculo. Al comenzar el día recordé con cariño los primeros tiempos de nuestro teatro en la Habana, en Buenos Aires, en Miami, en Nueva York. Hemos tenido sede en cuatro ciudades y a lo largo de estos años hemos realizado más de 25 espectáculos y aportado al teatro técnicas innovadoras que hemos compartido con todos a través de libros, talleres, conferencias, ensayos. Nuestro repertorio original de obras teatrales escritas no hace más que aumentar. Lo que estamos preparando para el futuro es muy estimulante. Le doy gracias a todos los actores que han formado parte del grupo, en especial a Bárbara María Barrientos y a Yaima Mena, quienes aún se mantienen junto a mí actualizando nuestro teatro imposible, del vértigo y de la innovación, y a todos los espectadores que con su coautoría han hecho posible nuestra aventura estética. A los que se fueron, sepan, donde quiera que estén, que los llevamos para siempre en nuestros corazones. Estoy muy orgulloso. Después de 40 febreros nos mantenemos más vivos y alocados que nunca", ha escrito Varela este 2 de febrero. 

Captura de pantalla 2025-02-02 a la(s) 10.51.15 a.m. Pintura "El túnel" de Víctor Varela realizada en Nueva York en 2024. 

Teatro Obstáculo es riesgo, reflexiva irreverencia, teatro avant garde, teatro experimental y teatro clásico. Teatro Obstáculo es ardua felicidad de escoger lo difícil, despojo del populacho y entendimiento de la historia y la cultura popular, venturosa exigencia al mensaje, al emisor y al receptor. Teatro Obstáculo es una visión y un espacio donde sobrevolar el caleidoscopio de la realidad y expandir la visión y el disfrute de la experiencia silenciosa, colectiva, interna y dialógica que es el teatro. Teatro Obstáculo es el reconocimiento y la trascendencia del obstáculo y el abismo, convertidos en puente. 

Collage _El lado más soleado y más oscuro de mi calle_, LLL, 2023Todas las Habanas son Habanas perdidas

En el ensayo El Teatro del Obstáculo y la poética de la dificultad, Ileana Diéguez ilustra varias de las rutas esenciales de la creación de Varela y su proyecto teatral: “Sus textos existen en la espesura escénica, proponiendo una dramaturgia del acontecimiento donde la experiencia se teje en una extraña textualidad performativa: más próximos a una partitura ellos se revelan como escrituras escénicas de marcada vocación intertextual. Las estrategias deconstructoras agudizan el filoso ángulo de su mirada, rabiosamente paródica. Insistir en las márgenes, investigar en los límites se percibe aquí concordante con la ineludible condición de precariedad. Sus tejidos escénicos invitan al cuestionamiento más radical, casi en una especie de festividad de los bordes, de lúdica complicidad con los estados marginales".

Diéguez es consciente de que los procesos de investigación de Varela "han abordado extremas situaciones de crisis en circunstancias diversas: la agónica sobrevivencia de las relaciones afectivas (Los gatos); la experiencia extrema en las relaciones humanas (La cuarta pared I); la experiencia extrema del ser (Cuarta pared II); la imposible representación de un espacio mental (Opera ciega); la simbolización del interior humano en una estética del vacío (Segismundo exmarqués); la violencia fundadora sobre los límites de un desastre: el hombre inventándose a sí mismo (El arca); la irrealizable consumación del deseo en las márgenes de la moral (Biblis)”. 

Hamlet Homeless es una de las piezas más viscerales de Varela. Escrita con la pasión y el profundo viaje poético, filosófico e intertextual que caracteriza su obra, Varela ha lanzado al mundo y los cubanos "un poderoso manifiesto poético", al decir de Julio Llopiz Casal y Aminta D' Cárdenas, que no sólo revisita el universo de Hamlet, del inglés William Shakespeare, sino que, además, redimensiona, reinventa y otra vez hace renacer el icónico personaje, despojándolo "de su dilema existencial" y transformándolo "en una voz rebelde de la Cuba contemporánea", como enfatiza el grupo de artistas plásticos cubanos Forma Foco, con residencia en Madrid. 

Sin dudas Hamlet Homeless es esa voz que la nación cubana tanto necesita escuchar, saber que existe, mirarse a los ojos en los ojos de este Hamlet que emerge desde la maldita circunstancia de la isla, sus exilios e inxilios, sus miserias y anhelos, sus ahogos y gritos por todas partes. Hamlet Homeless, presentada también en Documenta 15, no fue solo escrita y dirigida por Varela, sino también actuada por él. Sobre esa experiencia ha contado:

"Cada vez que me tocaba ensayarla, me invadía la inquietud de no saber quién era. Hamlet Homeless, ese señor, tan parecido a mí, del cual tanto sabía, me dejaba solo y sin asideros en el momento crucial; no podía apelar ni a su historia ni a mi biografía personal. Por un momento pensé que se debía al cambio de paradigma. No era la primera vez que actuaba en Teatro Obstáculo, pero todo lo que había hecho con anterioridad pertenecía a la etapa No Representativa y por tanto al principio del trabajo del actor basado en la Acción en Movimiento y el trabajo con la imagen vocal, en cambio Hamlet Homeless como parte del Arte sin Forma y Sin Concepto estaba orientado al Movimiento puro y el habla natural sin arabescos, es decir, sin voces o imágenes vocales, en tanto puesta en abstracción del comportamiento escénico y la experiencia teatral. Yo sabía que tenía una serie regulada de movimientos, una pauta para la técnica de la estructura orgánica, y que con eso era suficiente para sobrevivir, pero quería algo más. Le pregunté a Barbarita Barrientos: ¿Quién actúa, el actor o el personaje? Me dijo: El texto. Buena respuesta, sobre todo si se tiene en cuenta que el texto no solo es lo que el actor dice verbalmente, también el movimiento puro que realiza, el gesto, el silencio". 

El pasado 25 de enero Hamlet Homeless tuvo una lectura dramatizada en la Librería Arenales, de Madrid, protagonizada por los actores cubanos radicados en España, Carlos Alejandro Halley y Yasel Rivero Iturria. "Me montaré en una balsa / y llegaré a Cayo Hueso. Haré mía una tierra / extranjera, pero no pararé de pensar / el resto de mis días en lo que ya saben", escribe Víctor Varela. 

OBRA JULIO LORENTE - ''El hijo de la Historia" (2024) óleo:lienzo, diámetro 60 CM  Capitalismo del antivalor o mercadotecnia de la decadencia cultural

En esta creación, desde fuera de la isla pero con la isla dentro, el protagonista, el Hamlet de la isla cárcel, curiosamente, "se niega a ser Hamlet, rechaza la introspección pasiva y el conflicto interno, para encarnar una lucha colectiva y urgente contra la opresión política y social en la Isla. La voz del personaje, poética y teatral a un tiempo, se proyecta desde el Malecón de La Habana. Resuena como un llamado visceral a la acción y a la memoria, que nos deja preguntas sobre la identidad, el exilio y el sacrificio; honra a los caídos y celebra la lucha por la libertad".  

Luego de los históricos sucesos del 11 de julio de 2021 en Cuba, Varela no podía dejar de hacer (escribir, dirigir y actuar) Hamlet Homeless, un texto apasionado, cuestionador y de inteligente denuncia, vital dentro de la dramaturgia cubana, escrito hace apenas dos años por el autor y director de títulos tan distintos, cohesionados y memorables como La cuarta pared, Ópera ciega, Segismundo exmarqués, El arca, Biblis, Aplaude con una mano, Nonato en útero, Cuba material, El abismo de los pájaros, entre otras.

Con Hamlet Homeless aplaudimos los 40 años de Teatro Obstáculo, fundado por Valera en un oscuro y luminoso rincón de La Habana en 1985 y que desde 2009 tiene su sede en Nueva York, desde donde sigue haciendo teatro para cualquier sala del mundo y para esa nación que habitamos más allá de la isla. Sus obras lo evidencian, una y otra vez. Víctor Varela es Teatro Obstáculo y viceversa. En próximas entregas, para continuar celebrando ese banquete infinito que es el teatro, publicaremos otros textos de Varela, en una especie de dossier por los 40 años. 

Imaginamos que compartir con los lectores de El Nuevo Conservador el texto de Hamlet Homeless, es una hermosa forma de soplar, sin obstáculos, las velas de un cake conceptual, geométrico, sentimental, nostálgico pero nada melancólico, tan vivo y resiliente como su ánima. Gracias por estas 4 décadas a Víctor Varela, Bárbara María Barrientos, Yaima Mena, y a los que como Tania Coto, Julio Mazorra y Alexis Díaz de Villegas, se fueron antes de celebrar estos primeros 40, que inevitablemente serán sus 40 principales. Feliz cumpleaños, Teatro Obstáculo. 

 Captura de pantalla 2025-02-02 a la(s) 11.28.03 a.m.

Screenshot 2023-07-15 at 9.49.18 PM11-J, el anhelado y (por el momento) frustrado despertar de los cubanos

Captura de pantalla 2025-01-27 a la(s) 9.21.45 a.m.                Fotografía de la revista Rialta            

HAMLET HOMELESS 

Autor: Víctor Varela

Maleconazo de Elsinor

Yo
no
seré
H
A
mlet.


Me pararé en el muro del malecón y contemplaré
el mar. Una ola vendrá a mi encuentro
y me invitará a decir
mi recitación
a hablar conmigo mismo
y en voz baja,
a preguntarme y a dudar.
Callaré.

No diré nada.
Náusea me dará la mentirosa
y prefabricada reflexión, el falso debate
del problema, la ilusa búsqueda de una solución.
Asco el doble libreto de la capital: uno para uno,
la Habana 1994 y otro para ellos, Alí Babá,
entre individuo y libertad
la soledad de un abismo.
No seré Hamlet pero
me llegará
el maleconazo de Elsinor
y aprenderé
la primera protesta.

Allí gritaré por mi derecho a fuga:
--Claudio, ya que te has tomado el trabajo de bajar
hasta aquí desde tu altísima torre
y que vestido de militar
nos preguntas a todos
qué pasa y qué es lo que queremos
yo te digo en nombre mío
y el de toda esta
gente.

Abre esta Isla
que nos queremos ir de aquí.
No dejes que esta bahía nos trague
que esta bahía nos sepulte
ante la mirada impune
de todas tus glorias, de todos tus dones, de todas
tus medallas. Danos al menos un horizonte
de locura, un horizonte de sal,
porque en este lugar ya no tenemos casa
ni país y cualquier cosa
es mejor que una tierra sin techo
una tierra con amo,
sin ilusión.

Me montaré en una balsa
y llegaré a Cayo Hueso. Haré mía una tierra
extranjera, pero no pararé de pensar
el resto de mis días en lo que ya saben.
Esa ansia, ese anhelo.
Esa Cuba nuestra que no sale.
Esa ansia, ese anhelo.
Esa Cuba nuestra que no sale.
Esa ansia, ese anhelo.
Esa Cuba nuestra que no sale.

Al día siguiente de mi partida, de mi exclusiva ausencia, la roca fortificada recuperará su tino, la masa de agua volverá a su marco, el océano a su límite. Seré olvidado lentamente con la misma suavidad con que se pule a una roca, con que se hunde un cuchillo en el corazón de un cerdo animal para el banquete del cochino.
Toda mi historia será fuertemente sujetada
hasta que el último de mis recuerdos
pare de chillar
y de latir.

Me tocará desaparecer
pero donde quiera que esté
sabré qué pasa y estaré al tanto.
Estaré lejos pero siempre cerca. Afuera pero siempre adentro.
Pasarán veinte o treinta años, que importa. Cuando llegue el momento como un perro sabueso sabré orientarme en dirección al mar. Y en un abrir y cerrar de ojos
me encontraré parado
en el mismo intento de cambio,
en el mismo punto,
en el mismo corte
y otra vez no seré Hamlet.

Correré
en la dirección correcta
y me toparé con un agente de la Seguridad.
Me dirá: --¡Apúrate Hamlet! Está a punto de comenzar
tu escena. Considera esta Isla tu Teatro Oficial.
--¡Qué cheo!, me pondrá encima del muro,
frente a la marea
y me alentará a decir mi soliloquio, pero
me daré vuelta y me dirigiré a los hombres
de paso: --Yo no tengo
preguntas, ni monólogo interior.


--Nosotros tampoco -me dirá uno con un cartel en alto.
Un cartel escrito con odio, “Díaz Canel singao”, escrito con ganas “Díaz Canel singao”, escrito sin miedo, “Díaz Canel singao.”
--¿A dónde vas buen hombre? – le diré.
--Donde me coja la libertad. Estoy harto –me responderá.
--Voy contigo -añadiré-, pero te advierto
que no seré Hamlet.


--Entonces sígueme, repatriado o como quiera que te hagas llamar, que a la junta militar fascista no se le tumba con nombres, ni con cuentos chinos, ni con palabras, sino con gente.
Nos hace falta coro, unidad.”


11 J. Julio de Lesa Humanidad

Será 11 de julio.
A la tarde se le abrirá una vieja herida.
Volverá a sangrar el mismo lado del crepúsculo.
Todo mi reino por una huelga Ricardo Tercero,
por una huelga general.
No seré Hamlet. Seré uno más del montón. Iré junto al cuerpo escuálido del asere, junto a la señora de las viandas, junto al niño de la cara limpia, junto al viejo de la bicicleta, el hombre de calle y de la chusma, me mancharé de turba, de muchedumbre. Me levantaré junto a los de la Güinera, Santa Clara, Las Tunas, Mayabeque. Me caerán a palos, a empujones y cuando corra la sangre un demonio asesino me gritará a la cara. “Hamlet, ¿qué esperas? Tú eres el príncipe de las tinieblas, saca tu espada y muéstranos quién es el verdadero carnicero.”
Lo pensaré tres veces.
Respiraré hondo y me aferraré al suelo.
Aguantaré los impulsos violentos de mi instinto sanguinario, isabelino, anglosajón.
Me quedaré quieto. Dejaré que me esposen
y que me lleven preso. Cuando esté seguramente atado en una celda de castigo veré a mi verdugo y le diré. --Conozco mi pasado.
Sé lo que quieres.
Entonces
se me aparecerá la sangre misma en persona
y me increpará al oído.
--Qué pasa principe mata-reyes
vengo a buscar mi cuota.
No se tiene
un pasado matarife
por nada.
Una voz no deseada me sacará
de mi delirio místico.
--El Teatro está lleno
caro príncipe
repleto
de generales y condecoraciones
-me dirá el subteniente
a cargo de mis interrogatorios.

15 N

--No deberías arriesgar tu buena suerte.
Solo queremos verte ser Hamlet.
Manchar de sangre toda la isla.
Jugar al número 15 N. Perder la rosa blanca.

Pero si no te animas, tengo algo para ti.
Mira, esto es sangre en polvo, la raspé del suelo con una hoja de afeitar. Se la debes a uno de tus compinches -el muy puerco la olerá. --Es para que te entonces -tendrá la desvergüenza de decirme. --Lo creas o no es un narcótico de primera línea. Mi aporte a la sociedad psicodélica. --¿Así le llama al totalitarismo? Por último, como si fuera poco, pasará su nariz de elefante marino como una aspiradora por el borde de la mesa, tratando de absorber hasta el último grano.

Completamente drogado escuchará exactamente todo lo que nunca dije.
--Vaya hombre al fin vuelves en ti. Mira
que te has hecho de rogar.
--Usted se hace ilusiones. Yo no he dicho nada.
--Claro que has dicho.
--No, para nada.
--Has dicho que serás Hamlet.
--Más bien le he dicho una y otra vez
que no. No y mil veces no seré Hamlet.
Me mirará a los ojos
y me dirá colérico, a gritos. --No puedes
decir sí y no al mismo tiempo.
--Sí y no, sÍ y no, sÍ y no –le repetiré desafiante.
Será demasiado. Sacará su arma y me apuntará a la cabeza. --Se acabó mi paciencia, si no quieres ser Hamlet tienes que morir.
Escucharé un disparo largo
interminable
estirado en el tiempo,
pero no será
el mío.La cabeza del subteniente Matías caerá
a mis pies.
Veré a la libertad deseando
al pueblo.
Saldré a la calle. Correré en medio del júbilo
y de la multitud. Llegaré por fin a casa.
La puerta estará abierta.
Me sentaré a la mesa con toda
mi familia. Brindaremos.
Beberé un prolongado sorbo de vino tinto.
Sentiré un golpe lacerante en la sien. Veré una luz blanquecina que me cegará. Entonces todo habrá acabado. Estaré muerto.
Todo mi escape no habrá sido más
que una pasajera ensoñación
adoptada en los dos o tres segundos
previos a la caída.

Captura de pantalla 2025-01-27 a la(s) 9.22.51 a.m.

(Escrito por Víctor Varela el 14 de mayo de 2022 en la ciudad de New York, donde reside. El autor acota que en el título “Hamlet Homeless” ha de entenderse “homeless” con el significado de sin país) 

Captura de pantalla 2024-09-18 a la(s) 10.16.10 p.m.El Padre Castor, un cura matemático en el epicentro de Cuba
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