¿Novela negra, realismo sucio? De eso y más hay en Cubiche. Y unas descripciones tan fieles que a uno le parece acompañar a Cubiche en sus andanzas por Little Havana, La Sagüesera (South West) o Hialeah
Retrato hablado: la desgarradora primera novela de Miguel Iturria
Resultan muy oportunas las referencias al contexto de los años 60, época en que se desarrolló su adolescencia, principalmente la descripción de cómo era la vida en la escuela de becados, la mansión en Miramar que fue propiedad de un millonario expropiado o fusilado...
Letras01 de enero de 2025 Luis CinoEn Retrato hablado, la primera novela que escribe Iturria, que hasta ahora se había dedicado al ensayo y la investigación histórica y cultural, relata de modo descarnado la accidentada vida de su hermano Pedro, transcurrida entre la marginalidad, el delito y la demencia.
“Soy un diablillo que sobrevive sin joderle la vida a los demás con el cuento de la patria y el futuro”, explica el protagonista en uno de los primeros párrafos.
Debe haber sido muy doloroso para el escritor referir ―siempre en primera persona― la triste y dura historia de Pedro: nacido en el Oriente de Cuba en la década de 1950, huérfano desde muy pequeño, rodando de casa de un familiar a otra y luego ―supuestamente para readecuar su conducta― por becas y hospitales psiquiátricos donde imperaba un ambiente similar al que encontraría en las prisiones a las que finalmente iría a parar.
Resultan muy oportunas las referencias al contexto de los años 60, época en que se desarrolló su adolescencia, principalmente la descripción de cómo era la vida en la escuela de becados, la mansión en Miramar que fue propiedad de un millonario expropiado o fusilado:
“Allí nadie respondía, eran robots con uniformes… Nos cambiaron el nombre por un número; nos decían ‘los mayitos’, por la escuela Primero de Mayo, como si fuéramos unos gorriones… A las criadas les decíamos ‘tías’, ‘Makarenko’ a los maestros, ‘instructor’ al sargento que daba órdenes… Había que pedir permiso hasta para mear o cagar, y marchar como soldados antes del desayuno, las clases y las comidas, además de oír el Noticiero de Televisión, caminar en fila india y vociferar: 1, 2, 3, izquierda, derecha, ¡firmes!… Nos sentíamos contados, acechados, vigilados; éramos la Reserva de la Patria, teníamos una misión y un destino glorioso. Éramos ante todo un número, teníamos que responder ‘¡presente!’ y levantar el brazo como los soldados de las películas rusas y alemanas. Si alguien hacía un chiste, no saludaba la bandera u olvidaba el número asignado, lo obligaban a marchar y soportar un discurso sobre la Revolución, la Patria, el futuro…”.
No tardaría Pedro en manifestar su rebeldía contra la atmósfera cuartelaria de la beca. Pero cuando se fugaba, lo delataba el uniforme carmelita y las botas militares, “como la ropa de los presos o la marca del ganado: te ven, avisan al dueño y este recoge y castiga a la bestia”.
Luego de la beca, por delinquir, pasó dos años en el penal de Bayamo y uno en la cárcel de Boniato, donde aprendió a pintar, pero, según explica, “me lié por culpa de los cazadores de jóvenes”: a uno le cortó la cara con una espátula afilada y a otro le tiró la bandeja con comida, lo que le costó cinco años por agresión y reyerta colectiva.
“Para mí, la prisión fue como la beca pero sin calles ni sol; la comida vomitiva (…). Tienes que luchar por la comida ―macarrones o harina de maíz con bichos, un trozo de boniato y sopa sin carne ni fideos―, por la cama, por los cigarros y por la vida”.
A partir de 1980, en La Habana, Pedro pasaría por las cárceles de La Cabaña, el Combinado del Este, Taco Taco y el Hospital Psiquiátrico Mazorra. El escritor resume así lo que califica como “una travesía por el infierno”: “Viví 12 años entre rejas, tres en las calles y casi 20 en este círculo del infierno, rodeado de putas con título de enfermera, médicos que recetan sin mirar al que se tragará sus pastillas, un psiquiatra maniático, el barbero sin navaja que nos corta el pelo y las ideas, cocineros que roban y venden la comida, almaceneros traficantes, asistentes estúpidos y locos que dan el culo por café o tabaco”.
El autor escribió esta sombría novela-testimonio basándose en lo que le escuchó relatar a su hermano durante sus visitas a cárceles y manicomios.
Miguel Iturria, nacido en 1953, reside en Valencia, España, desde 2011, cuando partió al exilio debido al hostigamiento de la Policía política por su labor como periodista independiente. Ha publicado los libros Españoles en la cultura cubana, Los vascos en Cuba y Miradas cubanas sobre García Lorca e Isla azul sobre fondo rojo: escritores cubanos del siglo XX.
Publicado originalmente en Cubanet.
Cuba: crónicas de un camino letal o el tránsito del paraíso al infierno
Murió en Miami el escritor Armando de Armas, miembro de la AHCE
"Las personas desinformadas o menos despiertas, como parte del gran rebaño al que ni siquiera saben que pertenecen, repiten que la cultura no tiene nada que ver con la política. Y están equivocados. La cultura no sólo tiene mucho que ver con la política, sino que la determina. Siempre ha sido así"
Policía, policía, ¿tú eres escritor? La trama oculta de la militarización cultural en Cuba y su exilio
Lo que es más velado y revela este libro es la utilización de la UNEAC por los órganos de inteligencia castrista para alcanzar con sus largos tentáculos a los escritores y artistas residentes en otros países
un puñado de ojos que duermen desvelados en el fondo del mar
Elon Musk, Vivek Ramaswamy y el futuro del capitalismo estadounidense
El gobierno anterior de Trump, fue una fase agonal de la política, pero ahora, de sus colaboradores se espera que colaboren en una fase arquitectónica, la del legado
Por segundo año, 'CubaNet' elige a las 11 personalidades cubanas que han protagonizado algunos de los hechos más infames de 2024
Más allá de Canadá, Panamá o Groenlandia, el estilo demostrado muestra dos cosas, que esta vez Trump está mucho más organizado que la vez anterior y segundo, que la resistencia que encuentra permanece centrada solo en su personalidad avasalladora, es decir, exactamente lo que fracasó para detener su ascenso político, por lo que de tener éxito podría generar un cambio duradero
Para no dejarse engañar y no caer en trampas, la oposición prodemocrática debe tener claro el rumbo, las metas a las que aspira. Para ello, antes que con el régimen, deben dialogar y ponerse de acuerdo, al menos en sus puntos básicos y demandas, con todos sus actores, tanto en Cuba como en el exilio
CurveBall Agency: la "jugada perfecta" para un régimen con experiencia en curvas
Pelota Cubana USA despata las intenciones de CurveBall Agency. La figura detrás de esta agencia es Lourdes Dávalos León, una abogada cubana conocida por su papel en la defensa del régimen en tribunales internacionales, específicamente en el juicio por impagos millonarios que sacudió al Banco Nacional de Cuba en Londres