Bolivia necesita una nueva perestroika

¿Será que los bolivianos tenemos el talento de volver al pasado y elegir un frente capaz de sacarnos de la crisis nacional y aplicar una nueva perestroika?

Autores09/06/2025 Hugo Balderrama
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Un tumulto de gente se aglomera en la Avenida Camacho, centro financiero de la ciudad de La Paz, su objetivo es cambiar, lo más rápido posible, sus devaluados bolivianos por dólares a la tasa de cambio paralela, que es la que ofrecen los librecambistas callejeros. Mientras tanto, los bancos comerciales enfrentan cada vez mayores problemas de liquidez de la divisa americana.

La imagen arriba descrita, aunque parezca actual, corresponde a lo que sucedía en la sede de gobierno a principios de los años 80. Pero los paralelismos no se limitan a la inflación del peso nacional, sino que abarcan más aspectos como las empresas estatales improductivas, por ejemplo, COMIBOL y BOA, el déficit fiscal o el elevado índice de riesgo del país. Desde luego no pueden faltar los paros, las huelgas y los bloqueos de avenidas y carreteras, cada vez más frecuentes e intensos.

En 1985, la crisis generalizada llevó a que dos políticos históricamente rivales, el Dr. Víctor Paz y el Gral. Hugo Banzer, se reunieran para planificar una serie de medidas que se resumieron en el Decreto Supremo 21060. En Bolivia, se realizaron reformas estructurales que, aunque con varios límites, orientaron la economía al mercado, la inversión privada y la apertura al comercio internacional.

Screenshot 2024-02-27 at 11.30.58 PMEl carnaval de la dictadura boliviana

Al respecto, Juan Cariaga (+), en su libro: Estabilización y desarrollo, afirma:

Curiosamente, Bolivia enfrentó su propia Perestroika, mucho antes que lo hiciera la Unión Soviética o los países de Europa del Este.  Aplicó una reforma   estructural de largo alcance, orientando su economía hacia el mercado, cuándo en Latinoamérica   todavía   se defendían   a ultranza los principios del intervencionismo y la regulación por parte del Estado.
Hoy, mayo 2025, aparentemente, ya están cerrados los binomios que correrán la competencia para elegir al nuevo gobierno del país. El mapa electoral se divide en tres:

Socialismo del Siglo 21: representado por sus tres cabezas: Eva Copa, Eduardo del Castillo y Andrónico Rodríguez. Si bien, no todos irán de azul, los tres responden a la franquicia delictiva cubana. Su estrategia comunicacional se reduce a llamarle neoliberal, fascista y golpista a cualquiera que no piense igual que ellos. Además, tenga por seguro, exaltarán el racismo y el victimismo, algo tipo: «si vuelve la derecha, los indígenas no entraremos a las ciudades».

Centro izquierda: acá podemos encajar a Jorge Quiroga, Samuel Doria Medina, Rodrigo Paz y Manfred Reyes Villa. Su plan de gobierno es, básicamente, prestarse plata, pero jamás reducir el gasto público, aplicar políticas de shock y modificar las leyes infames del sistema dictatorial. Es decir, nos ofrecen lo mismo que el Movimiento Al Socialismo, pero con buenos modales y «bien administrado».

amionesGeneración idiota, revolucionarios a 15 dólares por camiseta

La nueva derecha: son gente formada en dos importantes escuelas de economía (Austriaca y Chicago). Sus valores, mayoritariamente, adhieren al conservadurismo de Roger Scruton, Nicolás Márquez y Agustín Laje. Sus simpatías políticas son Donald Trump, Javier Milei y Jair Bolsonaro. Su principal oferta es aplicar un plan de reestructuración económica similar al de los 80, aunque con un elemento adicional: la dolarización. Los referentes ya oficializados son Jaime Dunn, que corre por NGP, y Paulo Folster, que participará por Alianza Libertad y Progreso.

¿Será que los bolivianos tenemos el talento de volver al pasado y elegir un frente capaz de sacarnos de la crisis nacional y aplicar una nueva perestroika?

No lo sé. Sin embargo, la pelota ya está en juego, ya que, si no sucede nada extraordinario, el 17 de agosto los bolivianos iremos a las urnas a elegir al nuevo gobierno. ¡Dios ilumine a esta patria!

imageUn pequeño apocalipsis

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