
Se ha hecho más evidente el derrotismo y la impotencia luego de la brutal represión de las protestas de los días 11 y 12 de julio de 2021, los más de 1.000 manifestantes encarcelados y las leyes contra el disenso
A Walterio Carbonell los inquisidores demoraron décadas en rehabilitarlo. Y nunca lo hicieron totalmente. Sus últimos años los pasó relegado a un puesto de poca importancia en la Biblioteca Nacional
CubaLibre15/06/2025 Luis CinoEl historiador y etnólogo Walterio Carbonell, de cuya muerte, en 2008, se cumplen 17 años este 14 de abril, pasó 40 de los 88 años que vivió condenado al ostracismo.
En 1962, su libro de ensayo dividido en 11 capítulos Cómo surgió la cultura nacional, le costó que lo acusaran de “revisionismo”. De nada valió su vieja amistad con Fidel Castro. Fue a parar a las granjas de trabajo forzado en Camagüey, adonde lo enviaron para que, cortando caña, purgara sus problemas ideológicos. Y a su esposa, la pintora Clara Morera, la castigaron también, expulsándola de la Asociación Hermanos Saíz.
Los problemas ideológicos de Walterio Carbonell no eran otros que sus denuncias del racismo y la reivindicación del papel del negro en la cultura cubana. Creyó que la campaña contra el racismo iniciada por el discurso de Fidel Castro del 22 de marzo de 1959 era el momento apropiado para un debate sincero que devolviera al negro su lugar de protagonista y no de actor secundario en la historia y la cultura nacional.
Pero se equivocaba Carbonell. Los edictos revolucionarios que pretendieron abolir el racismo de un plumazo solo destruyeron sus bases institucionales. El complejo entramado de creencias, valores y prejuicios que lo sustentaba quedó casi indemne, barrido bajo la alfombra.
Carbonell, en el fervor revolucionario de principios de los años 60, creyó que para enfrentar el pensamiento racista de Francisco de Arango y Parreño, José Antonio Saco y José de la Luz y Caballero, y la visión histórica que consideraba excluyente de Jorge Mañach, Fernando Ortiz y Ramiro Guerra, bastaba con emplear las herramientas del marxismo. Pero incurrió en un pecado imperdonable en los regímenes totalitarios: el de la ingenuidad.
El discurso de la revolución castrista sobre el negro resultó menos conservador que el de la República, pero también, utilizando como coartada el discurso martiano sobre la raza, diluyó el tema en pro de la unidad de la Nación.
Carbonell no tardó en descubrir que sus tesis daban miedo a “los blancos de himnos y banderitas” que decía Nicolás Guillén. Solo que ya no vestían dril o guayabera, como en la República, sino uniformes verde olivo y, además de citar a Martí, también citaban a Lenin y a Marx.
Las tesis de Carbonell sobre la negritud asustaron a los comisarios castristas. Su pavor a que en Cuba surgiera una versión del Black Power estadounidense, al que decían apoyar, no difería mucho del que sintieron sus antepasados dueños de esclavos por las degollinas y los incendios de las plantaciones del vecino Haití.
Pese al discurso oficial antirracista, además de Carbonell, fueron marginados, también por sospechar el régimen que aspiraban a algo similar al Black Power, los escritores Manuel Granados y Pedro Pérez Sarduy, las poetas Georgina Herrera, Nancy Morejón y Ana Justina Cabrera, y los teatristas Gerardo Fulleda León, Eugenio Hernández y Rogelio Martínez Furé.
En los años 60 y 70, mientras rescataban con destino al folklore y como carnada turística algunas prácticas culturales negras, las revistas Moncada y El Militante Comunista, del Ministerio del Interior y el Partido Comunista, respectivamente, arremetía con odio y desprecio, contra santeros, paleros y abakuás.
A Walterio Carbonell los inquisidores demoraron décadas en rehabilitarlo. Y nunca lo hicieron totalmente. Sus últimos años los pasó relegado a un puesto de poca importancia en la Biblioteca Nacional.
Finalmente, a regañadientes y demasiado tarde, el régimen tuvo que aceptar que Walterio Carbonell tenía razón al asegurar que en Cuba pervivía el racismo, que fue siempre un factor de nuestra historia y que, aunque pretendieron erradicarlo por decreto, hoy sigue, bajo múltiples disfraces y coartadas, prendido como una mala hierba de conciencias y percepciones.
Publicado originalmente en Cubanet.
Se ha hecho más evidente el derrotismo y la impotencia luego de la brutal represión de las protestas de los días 11 y 12 de julio de 2021, los más de 1.000 manifestantes encarcelados y las leyes contra el disenso
Es tan torpe el régimen tardo-castrista que quiere vender, no solo al mundo exterior, sino a los propios cubanos en medio de su cotidianidad dolorosa, la imagen de un país muy diferente al real
A diferencia de las revoluciones de Francia y de las Trece Colonias, la Revolución Bolchevique impuso al Estado sobre el individuo, conculcándole sus libertades civiles y políticas
En sus últimos años no le hacía mucho favor la imagen de un anciano testarudo y frágil que escribía confusos editoriales para CubaDebate y el periódico Granma que llamaba Reflexiones y firmaba como “Compañero Fidel”, en los que hacía predicciones apocalípticas y uso y abuso del corta y pega
Durante años, el General y el reguetón fueron la encarnación de la música que me resultaba insoportable. Pero eso fue hasta que llegó el llamado reparto
¿Será que la gratitud por dádivas concedidas hace décadas es un cheque en blanco extendido a sus amos, para tener que aguantarles, sin chistar y aplaudiendo, todo lo malo que han hecho después y que es cada vez peor?
A partir de aquel tiempo de ansias y esperanzas, que finalmente se vieron frustradas, Cuba y los cubanos ya no fueron los mismos
La Carta de los Diez significó el primero y mayor de los retos por parte de intelectuales que ha tenido que enfrentar la dictadura castrista. Los firmantes de la declaración fueron sometidos a todo tipo de represalias y acosos. Pero lo peor recayó sobre María Elena Cruz Varela
Las dictaduras de Cuba, Nicaragua y Bolivia se saben en la misma condición que la de Venezuela. Los gobiernos paradictatoriales ya han empezado a actuar a favor de los intereses criminales de sus mandantes
Hombre renacentista, además del arte y la arquitectura, le fascinaba la poesía. Escribió en varias revistas como Verbum, Espuela de Plata, Nadie Parecía, Orígenes, y con la ayuda de José Lezama Lima, en 1940 publicó un libro de poemas
Después de la caída de las torres se ha hecho muy difícil rodar en las calles neoyorquinas sin permiso. Esto nos costó ser arrestados en cierto momento que vieron a uno de los actores con una pistola plástica, para una escena que ni siquiera terminó en la película...
A diferencia de las revoluciones de Francia y de las Trece Colonias, la Revolución Bolchevique impuso al Estado sobre el individuo, conculcándole sus libertades civiles y políticas
Es tan torpe el régimen tardo-castrista que quiere vender, no solo al mundo exterior, sino a los propios cubanos en medio de su cotidianidad dolorosa, la imagen de un país muy diferente al real
La respuesta la tiene uno de los mayores expertos bolivianos en la materia, Mauricio Ríos García
Ahora en Bolivia la tragedia consiste en un país con democracia que el año 2003 avanzaba en el camino del desarrollo sostenible ha sido llevado a la miseria bajo la narrativa del socialismo del siglo 21, convertido en una dictadura satélite de Cuba y Venezuela
La desfachatez puede tener su encanto, el encanto de la persona “dura”, sin límites, capaz de lograr lo que quiere a cualquier precio… pero es un encanto a corto plazo
Opinión de Sayde Chaling-Chong García, presidente de la Alianza Iberoamericana Europea Contra el Comunismo (AIECC)
Se ha hecho más evidente el derrotismo y la impotencia luego de la brutal represión de las protestas de los días 11 y 12 de julio de 2021, los más de 1.000 manifestantes encarcelados y las leyes contra el disenso