Alejo Carpentier y su relación con el castrismo

La incondicionalidad de Carpentier con el castrismo se contradice con el pesimismo que, en su más importante novela, El Siglo de las Luces, muestra respecto al devenir de las revoluciones y de los revolucionarios

Letras09 de mayo de 2024 Luis Cino
Screenshot 2024-05-07 at 11.22.31 AM

Alejo Carpentier, uno de los más destacados escritores cubanos y de Hispanoamérica del siglo XX, no murió en La Habana sino en París, el 24 de abril de 1980, a los 76 años. Poco antes de fallecer, Carpentier, uno de los tres cubanos que han recibido el Premio Cervantes (los otros son Guillermo Cabrera Infante y Dulce María Loynaz) donó el dinero del premio al régimen de Fidel Castro.

En el momento de su deceso, Carpentier ocupaba desde hacía trece años el cargo de agregado cultural de la Embajada cubana en Francia. Su designación en 1967 para ese puesto debe haber sido sumamente grata para el escritor, que al dejar de ser el director de la Imprenta Nacional de Cuba, tomó un segundo aire como creador al disponer de más tiempo para escribir.

Y realmente lo aprovechó. Mientras que apenas escribió en el tiempo que estuvo en Cuba, fungiendo como burócrata de la cultura entre 1959 y 1967, en sus últimos años en París Carpentier escribió El recurso del método y Concierto barroco (1974), La consagración de la primavera (1978) y El arpa y la sombra (1979).    

Carpentier, nacido en Suiza en 1904, hijo de un francés y de una rusa y habiendo residido durante doce años en Francia, siempre se sintió más a gusto en Europa que en Cuba, donde nunca se consideró lo suficientemente bien acogido ni comprendido.

La incondicionalidad de Carpentier con el castrismo se contradice con el pesimismo que, en su más importante novela, El Siglo de las Luces, muestra respecto al devenir de las revoluciones y de los revolucionarios, al reflejar las contradicciones y la paulatina degradación de uno de los protagonistas, Víctor Hughes.

Screenshot 2024-04-23 at 11.40.44 PMLa guerrilla de Salta fue un desastre, como todos los planes del Che Guevara

El idealista Hughes termina convertido en un sanguinario, oportunista y cínico tirano que para justificar el restablecimiento de la esclavitud explicaba: “Hemos terminado la novela de la revolución, nos toca ahora empezar su historia y considerar tan solo lo que resulta real y posible en la aplicación de sus principios”.

Carpentier puso en boca de Esteban, uno de los personajes de la novela, la advertencia: “¡Cuidado! Son ustedes, los ilusos, los devoradores de escritos humanitarios, los calvinistas de la idea, quienes levantan las guillotinas”.

Si no fuera porque Carpentier, que residía en Venezuela, terminó de escribir El Siglo de las Luces en 1958, varios meses antes del ascenso al poder de Fidel Castro, se pudiera pensar que alude a él cuando Sofía se asombra porque su amante Víctor Hughes fuese: “Capaz de hacer el bien o el mal con la misma frialdad de ánimo, de ser Ormuz como podía ser Arimán; reinar sobre las tinieblas como reinar sobre la luz.  Según se orientaran los tiempos podía volverse, de pronto, la contrapartida de sí mismo”.

Alejo Carpentier no era profeta, no tenía modo de saber cómo sería Fidel Castro, que todavía estaba alzado en la Sierra Maestra, pero le bastaba con saber cómo fueron Robespierre, Lenin, Stalin y Mao. Aun así, siendo capaz de intuir lo que vendría, Carpentier no vaciló en poner su pluma al servicio del régimen castrista.

Al regresar a Cuba en 1959, unos meses después del triunfo de la insurrección, Carpentier hizo algunos cambios a la novela para ponerla más a tono con la revolución cubana, congraciarse con el régimen y despejar cualquier duda que pudiera surgir acerca de su adhesión. Incluso llegó a proponer que se hiciera “una lectura desde un punto de vista marxista” de El Siglo de las Luces.

Screenshot 2024-04-23 at 11.52.19 PMLenin, el mayor dogmático y revisionista del marxismo

Cuando en 1962 se publicó el libro en Cuba, varios meses después que en México, muchos pensaban que Alejo Carpentier tendría problemas. Uno de ellos fue Heberto Padilla, que según cuentan, al coincidir en un entierro con Carpentier, le dijo: “Deja que Fidel lea tu novela, que vas a salir por el techo”. 

Pero no sucedió así. La novela se publicó íntegramente y no hubo escándalo. Tal vez influyera el prestigio con que contaba el autor de El reino de este mundo y Los pasos perdidos. Lo cierto es que ni Fidel Castro ni sus comisarios culturales atinaron a desentrañar la moraleja de la novela en la espesa prosa barroca de Carpentier, y en vez de considerarla ideológicamente nociva o contrarrevolucionaria, la elogiaron.  

Para 1964, Carpentier decía estar trabajando en lo que calificó como “una trilogía épica de la Revolución Cubana”. Pero, tan atareado como estaba en lograr un balance entre los clásicos de la literatura universal y los títulos del realismo socialista soviético que se publicaban en la Imprenta Nacional que dirigía, solo hizo tres capítulos de la trilogía que resultaron bastante decepcionantes y asustaron a algunos mandamases, como Carlos Rafael Rodríguez. Tal vez a eso se debió que decidieran enviar a Carpentier a París.

Diseño sin título (37)La Vigía, Hemingway y la finca del castrismo

Publicado originalmente en Cubanet.

Screenshot 2024-05-07 at 1.45.49 PM

Diseño sin título - 2023-12-21T215130.591“Hotel París”, el último libro de Manuel Ballagas

Te puede interesar
Collage Armando de Armas-AHCE

Murió en Miami el escritor Armando de Armas, miembro de la AHCE

Redacción ENC-AHCE
Letras09 de octubre de 2024

"Las personas desinformadas o menos despiertas, como parte del gran rebaño al que ni siquiera saben que pertenecen, repiten que la cultura no tiene nada que ver con la política. Y están equivocados. La cultura no sólo tiene mucho que ver con la política, sino que la determina. Siempre ha sido así"

Lo más visto
Captura de pantalla 2024-12-12 a la(s) 4.01.55 p.m.

Recuerdo cubano: Premio Casa de las Américas 1978

Ricardo Israel
CubaLibre12 de diciembre de 2024

El mejor de los ensayos propuestos fue sin duda, de lejos, el escrito por el chileno Ricardo Israel Z., titulado “Un caso de fascismo dependiente”. Pero en su texto citaba a Trotsky para hacer una crítica de sus interpretaciones del fascismo (Roger Bartra, Letras Libres)

Captura de pantalla 2024-12-18 a la(s) 1.41.43 p.m.

El socialismo es crimen, Hayek lo dijo

Hugo Balderrama
AutoresAyer

Huber Matos, uno de los históricos comandantes de la Revolución Cubana, explica que Fidel Castro siempre actuó contrario a los intereses de los cubanos, ya que desde la Sierra Maestra usaba sus armas para asaltar haciendas, robar animales y traficar marihuana

Captura de pantalla 2024-12-18 a la(s) 2.43.39 p.m.

Juan Manuel "el gordo" Salvat, un cubano ejemplar

Néstor Carbonell Cortina
El miércoles

Hay otro episodio del intrépido Salvat que tuvo también enorme impacto y trascendencia. Se llevó a cabo el 24 de agosto de 1962, unos dos meses antes de la Crisis de los Misiles

Suscríbete al newsletter para recibir periódicamente las novedades en tu email