El éxodo es un desliz filoso donde las laceraciones y las esperanzas confluyen en los deseos. El éxodo es el pasaje trágico donde dejamos de ser, con la esperanza —con la vaga esperanza— de renacer en una tierra que nos es ajena, ajena en las memorias, en las vivencias y en las alucinaciones
Los buenos, los malos y los feos (o miradas al buenismo, el marxismo y el academicismo)
Algunos de estos “ingenieros” son personas con evidentes agendas desde sus traumas personales y sesgos mentales. Este es el caso de algunos de los grandes referentes intelectuales actuales, como Marx, Sartre, Foucault... Es por haber entronizado a estas figuras envenenadas y resentidas, falsamente humanistas, que estamos caminando a ciegas cuando ya podríamos avanzar iluminados
Bogaciones10 de junio de 2023 Andrés R. Rodríguez*Los animales no aman, se guían por patrones de comportamiento instintivo. Pero tampoco odian. El amor y el odio son comportamientos humanos. Saber regularlos, es parte de nuestro autocontrol, de nuestro Gólgota. He ahí una de nuestras grandes contradicciones. A veces, pretendiendo ser ángeles, somos solo bestias odiadoras.
La naturaleza no transformada se guía por reglas y leyes que son sordas y ciegas al individuo. La espada de su justicia baja rauda y se ensangrienta, luego sube parsimoniosa y se queda pacientemente esperando que lluvia y sol la limpien. Así ha sucedido por eones.
La espada de la justicia natural sube y baja con total desconocimiento del dolor del individuo, sus cuitas. El individuo no es nada, no existe. Lo biológico se enfoca en las estirpes, en la población, en la masa. El ser humano se diferencia de su animalidad, cuando cuida del caído, del enfermo o por el contrario, cuando odia a un desconocido, desde su imaginación.
La naturaleza humana, a veces actúa como la naturaleza no transformada, pero en la medida que las ideas se imponen a los instintos, el individuo emerge de la masa, ya no solo se trata de estirpes y poblaciones sino de individuos y sus huellas.
Cuando el filosofo Carlos Marx reduce la sociedad a ser un ring de boxeo entre tres clases, y autoriza a los muchos a odiar a los pocos, devuelve lo humano a la naturaleza no trasformada. La sociedad no es concertación sino lucha de clases.
La bondad es algo que nos eleva y diferencia de lo zoológico. Pero tiene que ser una bondad selectiva, discriminatoria entre el bueno y el malo. Si fuera no selectiva, pudiera implicar subir al arca de Noé palomas y hormigas, cohabitando con leones y Tyranosaurio Rex. De este modo, abordarían nuestra embarcación humanista varios monstruos, que a la postre desestabilizarían y hundirían el arca, lo humano, la civilización.
El humanismo, no puede navegar distendido por los mares de este mundo, que a veces se hacen tormentosos. Intentar ser bueno parece ser humano, pero aceptar en el arca a aquellos que son esencialmente malignos, es estupidez en estado puro. Claramente NO caben en nuestra Arca humana, los deshumanizados Gengis Khan,
Tamerlan, Hitler, Lenin, Stalin, Pol Pot o Fidel Castro. No debemos dudar en bajar de nuestros mitos a los que disfrazados de bienhechores, pueden causar mucho mal.
Hay algo que ya sabemos con certeza. Todo poder corrompe, y el poder absoluto corrompe absolutamente. Nuestra naturaleza humana es imperfecta. Tenemos que crear métodos que rígidamente impidan la perpetuación en el poder de todos. ¡Abajo el que suba!
Hoy el mundo avanza subido en el tren de la Ciencia. Porque la ciencia tiene métodos eficientes para discernir lo falso de lo verdadero. La verdad científica no se crea en raptos o fogonazos, no se pare en súbitas iluminaciones, si no es construida y deconstruida paulatinamente con pedazos de verdades y mentiras, sometidas a feroz duda sistémica.
Nunca nada es una verdad inamovible en la Ciencia y las ciencias. La precisión es intrínseca y sólida en las ciencias exactas o experimentales (matemática, física, química, un poco menos en biología…), pero inalcanzable o muy cuestionable en ciencias blandas, artes y humanidades, que a veces invocan o mimetizan a lo
auténticamente científico para pretender exactitud.
Las ciencias blandas (sociología, ciencias políticas, psicología… economía) en realidad son más humanísticas, intuitivas y subjetivas, que científicas. A veces las Humanidades descienden al Hades de la deshumanización, enarbolando las banderas del humanismo. Y eso es algo que con evidencia está pasando actualmente en este mundo evolucionante, que ha aceptado, culturalmente, concepciones de dudosa certitud y que deshacen el cuerpo social, entre éstas el buenismo, el marxismo y el academicismo.
EL BUENO, EL MALO, EL FEO
Es muy subjetivo considerar a una persona o una cultura esencialmente buena, y a otra radicalmente mala. Aunque tiene que haber cierta tolerancia, tambien tiene que haber discernimiento. Y en algunos casos, exclusión. La vida es así esencialmente discriminatoria. Cada célula, selecciona de su entorno las sustancias que les son necesarias y las introduce de manera activa. De igual manera, saca del citoplasma de la célula sustancias que ya constituyen tóxicos. Si no hiciera esto, cada célula se convertiría en un basurero. Moriría.
El cuerpo social, tambien tiene que ser selectivo, o llenarse de tóxicos y contaminación. El cuerpo social tiene que educar y seleccionar al bueno y expeler al malo. En Artes y Humanidades, es usual asumir lo universal en lo puntual. A veces intentar una concertación posterior y negociada. Pero la mayoría de las veces el artista se queda con su experiencia excepcional, pretendiendo que en una mirada ha capturado un destello del universo o un fractal del mundo. Pero ¿a que llama mundo el Arte? Valiéndose de “métodos” humanísticos, solo algunos muy egregios genios logran acceder y discernir a información sustancial y compleja, convertirla en información o conocimiento.
Rara vez, por estos rumbos, se arriba a la sabiduría. Porque la sabiduría no es la iluminación de un ser
sino una integración de innumerables destellos humanos intentando el Ser. Sin embargo, algunos “humanistas” pretenden redefinir el mundo como se hace en una novela. Con simples asertos y suposiciones, pero hoy valiéndose de privilegios académicos o de bulla farandulera. Actuando como emisores privilegiados, algunos pretenden que pueden “reorientar” el mundo.
Algunos de estos “ingenieros” son personas con evidentes agendas desde sus traumas personales y sesgos mentales. Este es el caso de algunos de los grandes referentes intelectuales actuales, como Marx, Sartre, Foucault... Es por haber entronizado a estas figuras envenenadas y resentidas, falsamente humanistas, que estamos
caminando a ciegas cuando ya podríamos avanzar iluminados.
¿Como es posible que, desde el Humanismo, y parapetados detrás de las murallas universitarias se ametralle a lo Humano? Por orgullo, vanidad y arrogancia intelectual. La arrogancia intelectual que puede estar implicando el desconcierto globalista de seres previamente erosionados en su humanidad. La concertación global no puede hacerse pretendiendo un ser humano igualitariamente ovejuno en todas las latitudes y longitudes.
Un ser humano sin sexo, sin raza, sin progenie, comedor de alimentos químicos, un Frankestein orweliano. Nos están deshumanizando en nombre del humanismo. Un humanismo lunático, irrealista, etéreo, que apunta a lo masivo como lo fundacional de lo humano, que insiste en lo gregario cuando la manada es simple comportamiento animal. Un humanismo que pretende descansar en la masa, que desprecia al individuo y martilla toda excepcionalidad.
Un humanismo que guillotina lo excepcional y resalta lo común. Ello es muy evidente en el comunismo, pero está presente en toda forma de buenismo, populismo, colectivismo. Por ahí es por donde hoy se nos está colando la ingobernabilidad planetaria.
*Andrés R. Rodríguez es un investigador, biólogo, profesor y escritor cubano exiliado en Estados Unidos. Autor de no pocos libros: "Havana 500 Anniversary”, "Caribbean Touristic Dictionary”, "Destellos al Alba”, "Lista de nombres comunes y científicos de peces marinos cubanos", "Peces marinos importantes de Cuba", "Ecología actual, conceptos fundamentales”, "Maritime Dictionary”, "Fábulas vivas", "Colonial Havana˗Trinidad”, "Ecología para Ecoturismo" y "La verdad es llama”.
La paradoja radica también en el hecho de las izquierdas terminaron colonizando la cultura, y las derechas las economías. La modernidad es el espectáculo que acogió a la prosperidad y el desaliento en una nueva ecuación dialéctica: empresarios vs intelectuales
Marx pretendió que las religiones son el opio de los pueblos. Las elimino de un plumazo y luego muchos le suscribieron a plomazos. Y se dispuso a vendernos ideas químicas, ya no opio, si no anfetaminas, y otros tóxicos que emborrachan y envenenan a la humanidad
Ambos imperios desde su origen se basan en la degradación del individuo, arrodillándolo al grupo, a la patria, a la gloria militar. Ambos imperios tienen el mito y creen firmemente que la estructura social es rígida pirámide, donde pasar de un nivel al otro no depende del esfuerzo del individuo, sino de su inserción y sumisión a la patria y a la pirámide militarizada
La mayoritaria tradición verbalista o parlamentaria de occidente, no impide que uno que otro hombre de a caballo declare a sus alternancias políticas "enemigos del pueblo" y les envíe Camisas Pardas o Avispas Negras para reprimirlos o liquidarlos
Darwin-Marx: ¿Mala interpretación o mala intención?
Pretender que el motor impulsor de las sociedades es la lucha de clase y que Marx nos pensó en el siglo XVIII cómo seríamos en el XXI, es confundir las leyes que soportan la estructura social humana y llevarnos directamente al odio, como cuando las tribus acusaban al otro de otredad e iban a eliminarlos por infieles. Nada de ello se puede inferir de la acuciosidad científica y caballerosidad de Darwin
Barco con armas para el régimen castrista: un terrible accidente en Estambul
El escritor turco Orham Pamuk, ganador del Premio Nobel de Literatura en el año 2006, dedica un capítulo de su libro Estambul a los accidentes ocurridos en el Bósforo en las décadas de 1960 y 1970, los cuales, asegura, “alcanzaron dimensiones legendarias”
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Celebraremos al Dios de la libertad en medio de un ambiente represivo, con cárceles cada vez más llenas de presos políticos y bajo la mirada amenazadora de aquellos que han decidido hacer de esta isla una cárcel, un inmenso y agobiante campo de concentración
Las Christmas son la fiesta amada de los pequeñuelos, cuyos deseos de todo el año van siendo encomendados a este día solemnísimo, en que se entrará el buen viejo Santa Claus por la chimenea de la casa, se calentará del frío del viaje junto a las brasas rojas que se consumen en la estufa, y dejará en el calcetín maravilloso que cada niño pone a la cabecera de su cama, su caja de presentes