El marxismo, Vladimir el Terrible y el gatillo de una Makarov

Las sociedades marxistoides e igualitaristas, implosionan desde su propia estupidez. Allí los individuos resentidos y envidiosos se dedican abiertamente a reducir y hasta a eliminar a los que les son superiores en inventiva e inteligencia...

Bogaciones20 de julio de 2023 Andrés R. Rodríguez*
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"Vladimir el Terrible NeoMarxista"2023, LLL

Rusia había estado bajo el dominio de los Romanov por cientos de años. De los europeos, era uno de los reinos más absolutistas y militaristas. En 1917 cayeron bajo los bolcheviques y surgió la URSS, que llamaron el primer estado obrero-campesino. Se pretendió que allí existía igualdad y que con ello se minimizaba la maldad. Toda una mentira, como pasa con todos estos “Robin Hood”, que después son Alí Babá. 

Las burocracias bolcheviques solo maquillaron el zarismo y el imperialismo ruso. Pero lo renombraron como revolución e internacionalismo proletario. Y hoy lo tenemos por acá, por el Caribe y otras latitudes, mintiendo, otra vez. 

Los bolcheviques, para hacerse del poder y mantenerlo, superaron la improvisación de la revolución francesa y del jacobinismo. El bolcheviquismo fue mucho más planificado y eficientemente asesino, bajo personalidades enfermizas como Lenin, Trotsky, Stalin, etc. Eliminaron muchos conciudadanos y decimaron la parte más productiva de la sociedad, manteniendo aterrorizada a la masa de la población, la menos proactiva e independiente, pero más zoológica. La rehicieron manada.

Los jacobinos franceses mataron sin un plan, casi aleatoriamente. Los extremistas robiesperrianos fueron el terror por unos años, tal vez porque al más demente de todos, Robespierre, lo eliminaron tempranamente. Y nadie pudo sustituirlo. Así la “revolución francesa”, por su propio peso se desvió del sendero mas demente y asesino.

Los bolcheviques mantuvieron el timón por más tiempo, y llevaron a cabo una sistemática limpieza ideológica. Porque ya contaban con un manual para asesinar toda oposición inteligente a su propuesta niveladora social: El Manifiesto Comunista, escrito por Engels y Marx, publicado en Londres en 1848 a pedido de La Liga de los Comunistas. 

Screenshot 2023-07-15 at 11.02.16 PMINTELECTUALIDAD: ¿Improductiva o degradadora?

Cuando Lenin sufrió igualmente un atentado y murió, había varios camaradas que lo podían sustituir en su labor robespierriana. Stalin los eliminó a todos para quedarse él como único relevo. Instauró un terror selectivo y personalizado por largos años, pivotando sobre las espaldas del “gran pensador”, Carlos Marx, un “filósofo” que se dedicaba a la ingeniería social y fue inflado como un rock star de la época por la Internacional Comunista.

En sus planteamientos Marx explicaba y justificaba el “odio de clases”. En los hechos, esa es una de sus ideas centrales. Ello facilitó que los bolcheviques, unos burdos aventureros, procedieran a una “limpieza científica” de la sociedad rusa y sus satélites, maquillando a Rusia como la URSS. Eliminaron sistemáticamente o hicieron emigrar, a los “burgueses”, que no eran de la “clase”. Con ello pretendían que revolucionaban la estructura social. Más recientemente y con menos sangre, pero similar saña, Castro y Chávez, y otros alumnos aventajados de Marx y Lenin, han repetido la limpieza en América Latina en el siglo XX y XXI.

La técnica que recomienda Marx implica minimizar la “burguesía” con plomo, luego someterla a fusilamiento moral, degradarlos de nombre (contrarrevolucionarios, enemigos del pueblo, kulaks, oligarcas, blancos, gusanos, escuálidos). Los que queden, deben ser sometidos a “reeducación” con varios métodos: aprisionamiento, extrañamiento en gulags, ataques de turbas, hacerlos vivir hambreados, revoluciones culturales, cajitas CLAP, etc. Todo lo que no sea rojo, rojo rojito, debe ser apostrofado, odiado, degradado. Todo, según la ingeniería social de aquel “gran pensador” que, sentado en una poltrona de una biblioteca pública en el Siglo XIX, había “descubierto” el llamado “materialismo histórico”, las supuestas “leyes” por las que se mueven eternamente las sociedades humanas. Menudo manual, no para entender y desarrollar sociedades, sino para destruirlas. Es resultado es palpable. 

¡Qué gran genio Marx, aunque solo contaba con su cerebro! Un genio atemporal, dictando desde el Siglo XIX leyes sociales al siglo XXI y más. ¿Para qué se habrán inventado las computadoras e Internet en cuestiones sociales? Aplicando “El Capital”, ya sabemos por dónde va a discurrir la manada humana.

Cualquier masacre de conciudadanos es inmoral, pero la de los bolcheviques rusos, además, fue muy deleznable por haber detentado el poder largamente. Con prolijidad “científica” convirtieron con la población del país en zombi.

Screenshot 2023-07-15 at 9.49.18 PM11-J, el anhelado y (por el momento) frustrado despertar de los cubanos

El genio de Tréveris, sustenta su lucha de clases y “justicia social’ en que los que no trabajan con las manos son intrínsecamente “explotadores”. Y luego, entre otras incongruencias, afirma que el valor de un objeto depende de la cantidad de horas de trabajo para construirlo. ¡Eureka! Si un genio crea algo en unos minutos, eso no vale casi nada. Si un retrasado mental se demora una semana en hacer una mesa, ese es un gran valor.

La palabra “burgués”, sorprendentemente, se deriva de burgos, que según la Real Academia Española es una “aldea o población muy pequeña, dependiente de otra principal” o “fortaleza construida por los nobles feudales para vigilar los territorios de su jurisdicción”. La historia demuestra que los llamados burgueses son, en general, la parte de la población más creativa, que surgió cuando los Siervos de la Gleba (campesinos medievales) migraron a las ciudades. 

¡La justicia social ametralla a los “burgueses” y se enfoca en revertir el proceso civilizatorio! Genial visión: el 95% de la población actual, son sospechosos a los ojos de los bolcheviques. Debemos comprender entonces que hoy todos los habitantes de cualquier ciudad deben ser odiados por los marxistas enquistados en las universidades. Y no es simple retórica demencial.

Saloth Sar, más conocido como Pol Pot, el dictador camboyano jefe de los Jemeres Rojos (miembros de su Partido Comunista), lideró un genocidio que eliminó el 50% de la población de Kampuchea. Y este es un solo ejemplo. Pues la lista, aún incompleta, de los crímenes de regímenes de raíz marxista, sobrepasan los 100 millones de víctimas. 

A pesar de los hechos recogidos por la historia, en las universidades actuales se ha desatado una fiebre de intolerancia que niega sus principios fundacionales. Degradar o asesinar una parte de la población es algo que han hecho los poderes desde tiempos inmemoriales, dejando vivos a los que les son sumisos. La innovación bolchevique fue ideologizarlo, masificarlo, odiar intelectualmente, convertirla en discusión teórica dentro de universidades occidentales y una guía para limpiar de “enemigos de clase” los centros educacionales y de pensamiento, las “ciencias” sociales y la filosofía de “estados obreros”. 

Lo anterior, en la práctica, consiste en eliminar con sistematicidad a todo el que fuera capaz de usar su cabeza, es decir, sacar del medio a los más creativos y capaces. Y dejar a un líder y sus lugartenientes a cargo de pastorear la masa ya descerebrada, “el pueblo”. ¡La macabra ingeniería social marxista e igualitarista se enfoca en eliminar los seres humanos con empuje y mantener a la ciudadanía en una masa amorfa, ovejuna, ganado sumiso, pastoreado por los autorizados a asesinar en nombre de “ideales obreros”!

Screenshot 2023-07-29 at 5.46.34 PMHacer lo sano y lo correcto: impugnar la discriminación en cualquier sentido

No es extraño que las sociedades marxistoides e igualitaristas, implosionan desde su propia estupidez. Allí los individuos resentidos y envidiosos se dedican abiertamente a reducir y hasta a eliminar a los que les son superiores en inventiva e inteligencia. Ello devuelve la sociedad al nivel de colmena y explica por qué, cada vez que estas “ideas” se hacen gobierno, la sociedad se convierte en suciedad. 

Los planteamientos, teóricos y negados por la experiencia empírica, del “filósofo” y “científico” Marx, sirvieron para justificar los desmanes a mentalidades psicópatas como Lenin, Trotski, Stalin y otros bolcheviques y continuadores. Pero sus esfuerzos hubieran sido baldíos si Rusia no fuera el extenso imperio con enormes recursos naturales y energéticos, que habían conquistado los ejércitos zaristas, con métodos inmisericordes de ocupación territorial y vigilancia política. Crearon un imperio continental cosaco en el siglo XVI.

Iván IV Vasílievich, más conocido como Iván el Terrible, fue el primer monarca ruso en adoptar el título de zar y es considerado uno de los principales arquitectos del Estado ruso. Ese mismo imperio, en la actualidad, pretende acosar al mundo con ojivas nucleares. El imperialismo ruso, que encabeza Vladimir el Terrible Putin, entrenado por la KGB hasta 1998, es muy hábil en manipular, suprimir y manipular información y crear desinformación. Y eso lo saben quienes que lo colocaron en el trono zarista. 

En el año 1999, en medio de la inestabilidad en la URSS, el presidente Boris Yeltsin nombró primer ministro a Putin y lo designó su sucesor en las elecciones del 2000. En diciembre de 1999 Yeltsin dimite como presidente interino y es reemplazado por él. Su nombramiento en algo recuerda el nombramiento de Napoleón como cónsul al frente de Francia en caos. En marzo 2000 hubo un referendo, obtiene 53% de los votos y asume la presidencia en mayo de ese año. De oscuro agente de la KGB pasa a ser uno de los hombres más poderosos del planeta. Hoy lleva más de 22 años en el poder y ha retrotraído al mundo a la guerra de trincheras intercalada con amenazas nucleares.

La población de Rusia zarista era aterrorizada por la Okhranka, la policia política. En el siglo XX, la URSS mantuvo a la población como masa de siervos de la gleba, sumisos a la policía política (la Checka, luego KGB, hoy SFS). Esta sumisión feudal, está implícita y latente en la cultura rusa actual, que sigue siendo imperial y zarista en sus sentimientos íntimos, aunque educada formalmente y con métodos científicos o ingenieriles. 

Lenin modernizó el Imperio Ruso, apoyándose en el descontento de los intelectuales citadinos moscovitas y san peterburgueses, Y hoy Putin, recoge aquél legado imperial. Sus cosacos ya no cabalgan en la estepa, han evolucionado. Ahora se refugian en bunkers y apuntan a sus enemigos con ojivas nucleares.

Screenshot 2023-07-15 at 11.03.31 PMEl bien feroz y la caperucita roja

La Rusia de Vladimir el Terrible, cree poder vencer gracias a 2 factores: su carácter de enorme país rico en recursos naturales (petróleo lo principal), y limpieza inmisericorde de toda disidencia, hasta domesticar al cuerpo social, “proletarizándolo”.

Putin es un educado abogado, pero a la vez un hombre de acción de la Okhranka, perdón, la KGB. Se puede mover desde la amigable discusión hasta la extrema violencia. Puede sostener sus ideas intelectualmente y ser coherente, montar un oso o apretar el gatillo de una Makarov. Pero la vida del actual presidente de Rusia está rodeada de misterios.

El bolchevismo, ha sido uno de los más crueles experimentos reestructuradores de sociedades humanas. Sus ingenieros sociales barrieron los “enemigos del pueblo” como si fueran mísera basura llorona. Los generales romanos y otomanos, Tamerlan o Gengis Khan, eliminaban ciudades, algunos sin dejar piedra sobre piedra. Hitler, asesinaba judíos. Los bolcheviques eliminaban seres pensantes, selectivamente. El que no aceptara su absurdo dogma, era “seleccionado”. Y no necesitaron de la guillotina, tenían la Siberia para recolonizarla con cientos de Gulags. El castrochavismo, por su parte, se ha enfocado en expulsar del país a toda alternancia de pensamiento. Y su principal gulag está en Miami. Aunque también hay otros, menos cuantiosos, en Bogotá y Madrid. 

La capacidad bolchevique de identificar y eliminar a todo el que puede pensar por sí mismo, explica su permanencia en el poder tantos años. La Francia revolucionaria a principios del siglo XIX no logró hacer una limpieza tan “científica”. No supo identificar tan eficientemente a los “enemigos del pueblo” y algunas cabezas pensantes les crearon un caos ingobernable. Entonces, los “revolucionarios” jacobinos cedieron, tuvieron que rehacer una estructura piramidal social muy similar a la de los luises. Surgió el Emperador Napoleón.

Cada vez se hace más evidente que Occidente, conducido por políticos buenistas, socialistoides y hippies, ha permitido que los cosacos no solo lleguen al Danubio, sino que ya están en el Rin, el Támesis, el Sena, en el Orinoco y hasta en el Mississippi. 

Screenshot 2023-06-28 at 11.26.42 PMDe lo humano y lo que no

*Andrés R. Rodríguez es un investigador, biólogo, profesor y escritor cubano exiliado en Estados Unidos. Su más reciente libro es Involución. Otros de sus títulos son: "Havana 500 Anniversary”, "Caribbean Touristic Dictionary”, "Destellos al Alba”, "Lista de nombres comunes y científicos de peces marinos cubanos", "Peces marinos importantes de Cuba", "Ecología actual, conceptos fundamentales”, "Maritime Dictionary”, "Fábulas vivas", "Colonial Havana˗Trinidad”, "Ecología para Ecoturismo" y "La verdad es llama”. 

Los columnistas son responsables de sus opiniones.  

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