Evangélicos e instituciones por la libre expresión en el siglo XXI cubano

Muchos cubanos simulan apoliticismo, evitan expresar credos y convicciones o, de hacerlo, matizan el contenido, palabras o frases usadas. Tienden a ajustarse a reglas o normas dominantes para que el entorno hostil no les afecte. Se da un efecto paralizador o chilling effect

CubaLibreEl miércoles Yoe Suárez
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El Nuevo Conservador comparte con sus lectores la conferencia dictada este miércoles, 2 de abril de 2025, en el Graham Center de Florida International University, Miami, por Yoe Suárez, Mellon Fellow

 

La libre expresión en la Cuba post-1959, ha estado cautiva en el arrogante rediseño de la naturaleza humana y sus nodos relacionales (libre intercambio, Familia, comunidad, etc), por un colectivismo importado, que centralizó la plaza pública y los medios en favor del Socialismo.

En ese contexto, los grupos religiosos que no adhieren al discurso oficial ponen en peligro la legitimidad, estabilidad y perpetuidad del régimen, que percibe a los líderes de fe como una voz de autoridad que compite en influencia comunitaria. 

Pastores y creyentes que no callan ven a las autoridades instalar cámaras del sistema panóptico chino frente a sus templos, sembrar informantes en congregaciones, seminarios y grupos civiles. 

Por ello, muchos cubanos simulan apoliticismo, evitan expresar credos y convicciones o, de hacerlo, matizan el contenido, palabras o frases usadas. Tienden a ajustarse a reglas o normas dominantes para que el entorno hostil no les afecte. Se da un efecto paralizador o chilling effect. 

En la Cuba del siglo XXI, el irrespeto estatal por las libertades de expresión o religión afecta expresiones públicas de la fe. Una represión política amplia socava también la libertad religiosa. La falta de libertad de prensa permite el acoso y castigo, incluso, de periodistas independientes que cubren temas religiosos.

Aun así, en lo que va de siglo XXI varios cubanos de fe han alzado su voz a título personal o, en liderazgos organizacionales, en favor de la libertad de expresión. 

Podría citar en estos minutos nombres de periodistas independientes evangélicos como Rodolfo Noda Ortega, Alexis Pérez Lescaille, Ricardo Fernández Izaguirre o Frank Correa. Hombres que saben de la cárcel, de las esposas apretadas en las muñecas, solo por escribir lo que ven sus ojos.

Pero hoy quiero enfocarme en esta conferencia en cuatro nombres, de cubanos que han contribuido decisivamente al éxito y liderazgo de las dos más importantes organizaciones por la libertad de expresión en la isla: Amarilis Cortina y Odalina Guerrero, de la Asociación Pro-Libertad de Prensa (o APLP), y Pedro Luis Hernández y Orlidia Barceló, del Instituto Cubano por la Libertad de Expresión y Prensa (o ICLEP)

 Asociación Pro-Libertad de Prensa: Amarilis y Odalina

De una discreta reunión entre los edificios soviéticos de Alamar, al este de La Habana, nació el 27 de enero del 2006 la Asociación Pro-Libertad de Prensa (APLP). Se reunieron cuatro periodistas independientes y José Fornaris, quien presidiría la institución. 

Aquellos cinco cubanos, en menos de dos años, se multiplicaron en más de 120 miembros. Una de las primeras en sumarse fue Amarilis Cortina Rey, esposa de Fornaris, y afiliada a una iglesia independiente en San José de las Lajas, Isla de la Antilla Mayor Apostólica y Profética.

Screenshot 2024-04-10 at 2.58.55 PMEl Socialismo como (falsa) religión en la isla de las maravillas

Su abuela, de niña, le habló de Dios, y a los doce aceptó a Jesús en una iglesia bautista.

Amarilis y el equipo de la APLP retaron las limitaciones a la libertad de asociación y de prensa en Cuba.

Fundó la web Primavera Digital, imprimió y distribuyó secretamente el boletín Vocablos, y convocó, en sus primeros años, el Premio Papel Periódico. Registró a diario agresiones contra periodistas, publicó informes mensuales y anuales divulgados ampliamente, que impactan la imagen del castrismo frente al mundo libre. 

La APLP se convirtió en la más importante entidad especializada en libertad de prensa en la isla.

No en vano fue invitada a eventos como el Día Mundial de la Libertad de Prensa 2015, en Letonia o, el 23 de septiembre de 2019, a la audiencia de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

El 24 de octubre de 2012 Fornaris fue detenido para evitar que inaugurara una exposición fotográfica auspiciada por la Asociación. Pero, recordaría un testigo, “gracias a la determinación” y liderazgo de Amarilis el evento se dio, en la biblioteca personal del fotógrafo Carlos Ríos Otero.

Más allá de su labor con APLP, Amarilis reportó desde 1998 para el diario digital Cubanet. Lo hizo porque “la fe da seguridad, y ayuda a emprender cualquier propósito. La fe en Dios te motiva a ayudar a los demás, preocuparte por sus vidas. Como siempre me gustó escribir, sentí necesidad de comunicar lo que vivíamos y, confiando en Dios, comencé la obra”.

En aquellos años, sin acceso a Internet, los textos se comunicaban telefónicamente al exterior, donde estaba la redacción del medio y existía la conectividad para subir la nota a la web. Siempre mediaba el temor de que la llamada se cortara, alguien escuchara o delatara a la policía. 

Amarilis es de esa generación que, aún encerrada en Cuba por la tristemente célebre “carta blanca” y con menor visibilidad internacional que la que hoy facilitan las redes sociales, cimentó bases para el boom de la prensa independiente en la segunda década de XXI. 

Los textos de Amarlis, a veces firmados junto a su esposo, cubrían la vida de cubanos comunes, marginados o satanizados en la maquinaria propagandística estatal. 

De la madre a la que la policía impidió poner flores a su hijo, Félix Julián García, muerto huyendo de Cuba en el tren de aterrizaje de un avión; a la paupérrima anciana Caridad León, que cuidaba al niño de una disidente arrestada “gracias al amor cristiano, al amor al prójimo, al deseo (…) de hacer algo bueno, de no dejar a ese niño abandonado”. 

La reacción represiva se enfocó en la casa de Amarilis, a su vez, sede de la Asociación. 

En mayo de 2018 la policía política allanó la vivienda y decomisó los medios técnicos para producir Vocablos. En otras oportunidades, el Estado, atornillado legalmente, empleó mecanismos subrepticios, sin necesidad de usar al aparato militar. 

En 2003 y 2005 las autoridades multaron a Amarilis por vivir, ¡de forma ilegal!, en la vivienda que compró su abuelo en 1924, donde ella misma nació y que había heredado. Por ineficiencia u obstrucción intencionada, la burocracia socialista no inscribió el inmueble a nombre de la mujer.

En 2018 la casa fue otra vez una excusa: por más de un año la dirección local de Planificación Física negó un permiso necesario para reparar el techo que, por su deterioro, hacía peligrar a habitantes y visitantes. Al empezar las reparaciones, el régimen arrestó a Amarilis por horas. 

IMG_7926Revolución cubana: nacer sin historia y vivir sin país

Ese año la APLP llevó al Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas un informe sobre libertad de expresión que abochornó a La Habana durante el Examen Periódico Universal.  

En la confección del material participó la Directora jurídica de la Asociación, Odalina Guerrero. Era, también, pastora del Ministerio Apostólico Internacional Corban, en Artemisa. Su liderazgo en una entidad opositora y en una iglesia desconocida por el Estado revelaban nexos entre fe y deber cívico, pero también la ponían en terreno espinoso.

Fornaris reconoció la valía de la mujer asesorando jurídicamente a periodistas de toda Cuba, un servicio permanente “de alto valor”. Doy fe de ello: la paciente labor de Odalina fue clave en la presentación de mi caso ante la Organización de Estados Americanos, cuando mi familia y yo éramos agredidos entre 2020 y 2022 al menos una vez cada tres semanas.

En noviembre de 2017 Odalina fue parte de la delegación de la APLP a un evento en Ginebra que denunció la expulsión de la estudiante y opositora Karla Pérez de la Universidad Central de Las Villas, y demandó libertad para crear asociaciones dentro de la isla. 

El embajador de la Misión Permanente de Cuba, en la sala, no ocultó su incomodidad. Cuando tuvo la palabra dijo que la APLP era “un grupúsculo” hablando por el “imperio” estadunidense. 

En enero de 2018, la policía política citó a Odalina, Amarilis y otros miembros de la organización. Les dijo que Fornaris había “subido la parada” en Ginebra, y que no saldría más de Cuba. Permaneció en la lista negra de los regulados por años, hasta salir a Costa Rica exiliado, en 2022. 

En julio de 2019 Odalina viajaría a un taller sobre libertad de expresión en el extranjero, pero al presentar la documentación antes de entrar a la zona de abordaje del Aeropuerto Internacional José Martí, un militar la condujo a una oficina. Allí supo que tenía prohibido salir de Cuba.

Además de la condena a su libre movimiento, atacaron su labor ministerial. En septiembre, un oficial de la policía política presionó a la Iglesia Apostólica Corban para anular la misión pastoral de Odalina. Su permanencia, amenazó el militar, “podía afectar las demás iglesias” de la red. 

La APLP contactó con el liderazgo denominacional, en Estados Unidos, y la democión de la pastora fue revertida. Ante una encrucijada como esta, el valor de los líderes está a prueba.

En 2019 fueron contra su familia. Funcionarios estatales multaron y decomisaron productos de su hijo, vendedor cuentapropista, por delitos inexistentes y sin el debido proceso. 

Aunque sitiada, la APLP siguió en pie por años, en las calles Independencia entre Lucha y Esperanza.

Instituto Cubano por la Libertad de Expresión y Prensa: Pedro Luis y Orlidia 

Pedro Luis Hernández estudió Filosofía, con un enfoque marxista leninista, propio de décadas previas a la caída de la URSS. 

Poco a poco dejó ese paradigma, y halló otros lentes para mirar el mundo sin resentimiento: la fe. 

Él y su esposa, Orlidia Barceló, se convirtieron en la Iglesia de Dios del Evangelio Completo en el crac económico de los 90 y, en 1995, fundaron el ministerio independiente Manantiales en el desierto. 

En 2013, desde, Jatibonico, Sancti Spíritus, el matrimonio comenzó a colaborar, con artículos de opinión bajo seudónimo, para el Instituto Cubano por la Libertad de Expresión y Prensa (ICLEP). 

Fundado en 2012 y con dirección ejecutiva en la isla, sus reportes sobre ataques a la libre expresión de los cubanos tienen eco en listas como la de Reporteros sin Fronteras. 

Captura de pantalla 2024-09-18 a la(s) 10.16.10 p.m.El Padre Castor, un cura matemático en el epicentro de Cuba

Es la única entidad que logró crear y sostener una red de medios de periodismo comunitario en la isla. Produce y distribuye, clandestinamente, boletines noticiosos mensuales digitales e impresos en varias provincias cubanas, entre ellas, Sancti Spítitus. 

Allí, además de pastorear, Orlidia dirige desde 2018 el boletín El Espirituano, y a más de una docena de ciudadanos que escriben sobre problemas locales bajo el Socialismo. 

La reportería de esa red y otras de ICLEP, propone un ángulo distinto al de largos informes para mecanismos internacionales; barrial, de gente común hastiada de la escasez y la falta de libertad. 

El régimen no se toma a la ligera ese, aparentemente, minúsculo espacio. Bajo el totalitarismo la libre expresión, en cualquier proporción, debe controlarse. 

Luego de cubrir un accidente automovilístico en marzo de 2020 el hogar de Orlidia y Pedro Luis, espacio también de Manantiales en el desierto, fue allanado sin orden judicial. Pasadas las 9 de la noche, fuerzas combinadas de la PNR y la policía política irrumpieron en la casa, la registraron, y encerraron a Pedro Luis por 24 horas en un calabozo.

Amén de los ataques, opina que su fe y liderazgo cívico están ligados: “un hombre de fe debe vincularse a causas justas, proyectarse contra toda injusticia. En los tiempos que vivimos no puede separarse la militancia como evangélico del activismo por el bien del país. No podemos callar”.  

Para el pensador Michael Ots la justicia y la libre expresión emanan de la cosmovisión cristiana, porque ella provee bases filosóficas para la igualdad ante la ley, pues somos creados a imagen de Dios y con valor intrínseco. El cristianismo modeló nuestra cultura a tal extensión que pueden expresarse y creer, libremente, disímiles puntos de vista e ideas (algo que no promueven todas). 

Pedro Luis es Director de Capacitación del ICLEP. Por su trabajo, viaja en la isla frecuentemente. 

En 2022 caminaba por La Habana cuando un auto de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) frenó cerca de él. Un uniformado le exigió identificarse. El periodista extendió su carné. Los militares hicieron una llamada, y en breve llegó un oficial de la policía política. 

Lo condujeron de vuelta a la Terminal Nacional de Ómnibus, y en una oficina fue interrogado. 

Captura de pantalla 2024-12-24 a la(s) 1.26.10 p.m.La Navidad de los héroes

¿Por qué había ido a la capital? ¿Quién lo enviaba? Pedro Luis hizo silencio una y otra vez. Uno de los oficiales golpeó la mesa que los separaba, y le dijo que era un “gusano”.

En Sancti Spíritus, Orlidia esperaba la llamada de seguridad que habían pactado. Pero el teléfono nunca sonó a la hora acordada. Entonces alertó a otros colegas. Marcaron el número de la Dirección General de la PNR, pero Pedro Luis no estaba en el registro de detenidos en la capital.

El ICLEP lanzó una alerta que exigía información policial sobre Pedro Luis: “es una persona sumamente pacífica, es cristiano y no tiene enemigos, a no ser los represores de la dictadura cubana, que lo persiguen para que desista del ejercicio del periodismo independiente”.

El arresto acabó horas luego, cuando los policías decomisaron el celular de Pedro Luis y, so pena de sanciones legales, le prohibieron volver a La Habana. En un bus lo deportaron a Sancti Spíritus.

Nada de esto detuvo al matrimonio pastoral. 

Amarilis, Odalina, Pedro Luis y Orlidia son nombres poco mentados en los medios. Pero a ellos debemos la constancia, a veces secreta, de que muchas violaciones a la libertad de expresión no queden si conocerse. 

Es un trabajo malagradecido, sin glamur a veces, uno que, como hemos visto, acarrea arrestos, multas, ataques contra miembros de la familia, restricciones a la libertad de movimiento. 

Pero es la labor que deja los datos, las estadísticas y los gráficos con los que la Historia de Cuba, que se escribe hoy, no quedará amnésica mañana.

Muchas gracias.

Captura de pantalla 2025-02-19 a la(s) 11.16.45 a.m.El castrismo no se aviene con los poetas que no sirven a sus intereses

Yoe Suarez

Screenshot 2023-07-15 at 9.49.18 PM11-J, el anhelado y (por el momento) frustrado despertar de los cubanos
Collage _El lado más soleado y más oscuro de mi calle_, LLL, 2023Todas las Habanas son Habanas perdidas

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